El debate en la Legislatura porteña por la sanción de la diputada Mirta Onega, quien trató de “judío de mierda” a un ex empleado suyo, quedó a última hora de ayer a mitad de camino entre dos posibles resoluciones: la caída de la sesión, lo que postergaría las discusiones para más adelante, o la falta de votos necesarios para definir qué tipo de castigo corresponde, que llevaría al archivo de la causa.
Aunque en las horas previas a la sesión de anoche todo parecía indicar que el bloque macrista haría pesar sus votos para aplicar a Onega una sanción de 30 días, en lugar de los 180 días sin goce de sueldo que había sugerido la comisión creada para investigar el incidente, a la hora de las discusiones en el recinto las aguas macristas quedaron divididas entre quienes se inclinaban por la sanción de 180 días propuesta por la comisión que fue creada para investigar el incidente y quienes pedían una pena menor.
En ese marco, legisladores de distintas bancadas expresaron su decisión de abstenerse, lo que anunciaba una falta de votos para fijar cualquier sanción a Onega y al diputado Jorge Giorno, cuestionado por orquestar la cámara oculta que dejó en evidencia a su colega. “Eso dejaría la sensación de que finalmente no hicimos nada”, señalaban varios legisladores no macristas.