EL PAíS
› EN OCTUBRE DEL 2005 SE VOTARA EN TODO EL PAIS
Regalo del Día de la Madre
Será el primer o último domingo de ese mes. Se realizarán los comicios para elegir diputados y senadores nacionales y serán unificados por primera vez desde que el menemismo los escalonó.
› Por Diego Schurman
El primer o el último domingo de octubre del 2005 se realizarán las elecciones legislativas en todo el país. Néstor Kirchner decidirá hoy entre esas dos alternativas para unificar los comicios nacionales no sólo del próximo año. La intención del Presidente es que la decisión que se tome sea de ahora y para siempre, a fin de evitar lo que en la Casa Rosada denominaban “el festival del sufragio”, por la dispersión de actos electivos que se produjo en los últimos años.
El texto de la iniciativa era anoche materia de debate entre las principales espadas de la Casa Rosada. Además de Kirchner, analizaron el tema el jefe de Gabinete, Alberto Fernández; el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.
El Gobierno está convencido de que los mandatarios provinciales no ofrecerán reparos a la iniciativa. De todos modos, dejaron en manos del ministro del Interior, Aníbal Fernández, el trabajo de “ablande” de los gobernadores.
La unificación no hará otra cosa que “nacionalizar” las elecciones. El Presidente sabe que tiene una alta imagen positiva y que con ella podrá traccionar votos hacia sus preferidos de cada distrito. Y allí está incluido la Capital Federal, donde el canciller Rafael Bielsa aparece bien posicionado, aunque –según reconocen en la Rosada– su candidatura no está totalmente resuelta.
Kirchner quiere que las elecciones sean en octubre. Aspira a convertir en tradición el mes que marcó la reinstauración de la democracia, con aquellas presidenciales de 1983 que consagraron a Raúl Alfonsín. En esta oportunidad se descartó de plano el segundo domingo de octubre. ¿La razón? El 9 queda en el medio de un fin de semana largo, ya que se adelantaría para el lunes 10 la celebración del Día de la Raza.
A los hombres del Presidente les gustaba el 16 de octubre de 2005. Pero alguien les recordó que –como sucede cada tercer domingo de ese mes– se celebra el Día de la Madre. Por lo tanto anoche se convencieron de que no había demasiado margen: o llamaban a elecciones para el primer domingo, el 2, o para el cuarto, el 23. Aunque nadie habló del quinto domingo –que en el 2005 existe y cae 30– seguramente pensando que no en todos los años el mes de octubre tendrá cinco domingos.
“En las próximas horas anunciaremos la fecha. Pero ya está consensuado para que sea en octubre. Faltan algunos aspectos técnicos no menores, pero la decisión política está y no creo que se nos presente ninguna resistencia. De ahora en más la gente debe saber que tal día, cada tantos años, hay una elección. Y no desayunarse con una novedad según la coyuntura”, evaluó ante Página/12 uno de los hombres que consulta Kirchner para la redacción del decreto.
La ingeniería electoral para fragmentar las elecciones nacionales estuvo a cargo, a fines de los ’90, del ex ministro del Interior menemista Carlos Corach. En algunos casos, las modificaciones eran producto de la propia interna peronista, en otros se hacían para doblegar a los candidatos de la oposición.
El Presidente y su tropa evaluaban la mejor manera de viabilizar el decreto y si había que reformar el Código Electoral. Lo que tenían en claro era que no se avanzará sobre las autonomías provinciales y que simplemente se establecerá un ordenamiento a nivel nacional, de tal manera que los legisladores nacionales sean elegidos en una única elección, en algunos casos coincidiendo con las del presidente y el vicepresidente.
Antes de la cumbre con Fernández, Zannini y Parrilli, el Presidente analizó este y otros temas con el jefe de la bancada justicialista, el diputado José María Díaz Bancalari. En la Casa Rosada nadie quiere descuidar ningún detalle y muchos menos generar mal humor en el Congreso. Saben, entre otras cosas, que en materia electoral se podrá plantear una disputa leguleya si no se acuerda con el Parlamento.