El gobernador Felipe Solá salió ayer nuevamente a respaldar a su ministro de Seguridad, León Arslanian, a raíz de versiones de una pelea porque el ministro se tomó tres días de vacaciones. En diálogo con este diario, Solá sostuvo que “no hubo pelea alguna”. “El ministro me pidió el jueves tomarse tres días para descansar y por supuesto le dije que sí. Sé que Arslanian trabaja de lunes a domingo y me pareció razonable porque, además, se trata de un cargo en el que hay tensiones enormes. No lo llamé, no hubo pelea alguna”, aseguró el gobernador. Ayer, tras un encuentro entre ambos, Solá insistió: “Estoy absolutamente conforme con el ministro. Niego rotundamente que hayan existido diferencias”.
Tanto el gobernador como la vicegobernadora Graciela Giannettasio recordaron que Arslanian asumió en Pascuas y desde entonces no se tomó ni un solo día de descanso. “A veces hemos tenido reuniones hasta las cuatro de la mañana –le señaló Solá a este diario–, de manera que me pareció lógico que se tomara los tres días. Lo único que convinimos es que él iba a estar con el celular permanentemente abierto y si había algún hecho de máxima urgencia regresaría en unas horas.”
Con respecto a que el destino del viaje haya sido un spa de Punta del Este, cuyo costo ronda los 600 dólares por día, el ministro explicó que él pagó la estadía con recursos propios y que fue a Uruguay porque eso le permitía viajar sin custodia. Arslanian goza de una sólida posición económica, por cuanto fue durante años el titular de uno de los estudios de abogados más fuertes del país, con clientes del máximo nivel como YPF y algunas de las empresas de mayor envergadura de la Argentina. Ayer, Arslanian defendió que también el Banco Provincia sea cliente desde hace años de su estudio. En una conferencia de prensa a la que acudió junto a Solá, el ministro rechazó cuestionamientos a esa relación: “No veo por qué debí haber interrumpido ese antiguo vínculo con el Banco Provincia cuando asumí el cargo”. El ministro salió así al cruce de las versiones de que su estudio –y por lo tanto él– habrían cobrado una gran cantidad de dinero para aceptar uno de los ministerios más conflictivos del país.
Más allá de las controversias, el gobernador y Arslanian evaluaron la situación en materia de secuestros, sobre todo porque a raíz de que bajó la oleada en San Isidro apareció el desplazamiento a otra zona caliente, el partido de Moreno (ver recuadro). Paralelamente, ambos hablaron de la necesidad de incorporar más efectivos a la fuerza, la puesta en marcha del sistema de call center 911 y la descentralización que empieza en 35 municipios del interior provincial en los que los intendentes aceptaron el funcionamiento de la policía comunitaria.