EL PAíS
› EL GOBIERNO CHILENO DIO DE BAJA A TRES MILITARES
Un gesto para descomprimir
Estaban acusados por el espionaje al consulado en Punta Arenas. Igual, el viaje de Kirchner a Chile está suspendido.
Un gesto de buena voluntad del presidente de Chile, Ricardo Lagos, podría comenzar a desarmar la impasse creada en la relación bilateral con Argentina a partir de la designación como canciller de Ignacio Walker. En una decisión confirmada la semana pasada pero que recién se conoció ayer, Lagos dispuso la baja de tres militares chilenos involucrados en el sonado caso de espionaje en el consulado argentino de Punta Arenas ocurrido en diciembre pasado. Con todo, y pese a las declaraciones en contrario que se repitieron del otro lado de la cordillera, en la Casa Rosada aseguraron que el viaje del presidente Néstor Kirchner a Santiago pautado para el 30 de noviembre se encuentra suspendido.
“Esperamos con los brazos abiertos al presidente Kirchner cuando él quiera o pueda venir a Chile”, sostuvo ayer el canciller Walker cuando lo consultaron sobre la situación creada con el gobierno argentino. En mayo pasado, Walker publicó un artículo en el que calificó al peronismo como un movimiento autoritario, fascistoide y corrupto.
La Casa Rosada consideró casi una provocación la designación como canciller de Chile de un dirigente que piensa de esa manera sobre el partido gobernante argentino. Walker pidió disculpas, pero cerca de Kirchner hablan de la necesidad de una rectificación lisa y llana, algo que difícilmente ocurra. Próximo a viajar a Italia, Walker descartó su renuncia. “Yo no estoy aquí como articulista o cientista político, sino como canciller”, explicó.
Dada la situación, la relación bilateral entró en una impasse en la que las dos partes están a la espera de lo que haga el otro. En ese sentido, Lagos hizo un gesto la semana pasada, pero como recién se difundió ayer, en la Cancillería argentina se preocuparon por relacionarlo con la coyuntura. El gobierno chileno decidió pasar a retiro al teniente coronel del ejército Víctor Poza Reyes; al mayor Rodrigo Acuña y al suboficial Ruiz Robles Ricus por su vinculación con el espionaje al consulado en Punta Arenas, sucedido el 30 de diciembre pasado. El caso generó otro cortocircuito entre ambos países y si bien en aquel momento los militares no fueron dados de baja, al menos Lagos resolvió hacerlo ahora.
Por otro lado, cerca del canciller Rafael Bielsa destacaban que los temas en común entre ambos países seguían su marcha. Por ejemplo, estaba previsto para esta semana un ejercicio conjunto de ambas Fuerzas Armadas que se realizará con normalidad. También el subsecretario de Política Latinoamericana, Darío Alessandro, viajará en estos días a Santiago, tal como estaba previsto. Para hablar del tema, Bielsa recibió ayer en su despacho al embajador de Chile, Luis Maira, pero, dado lo delicado del cuadro, no difundieron el contenido del encuentro.
En lo que no se ponen de acuerdo argentinos y chilenos es en cuanto al viaje de Kirchner a Santiago, originalmente previsto para el 30 de noviembre. “La visita sigue vigente”, informó un portavoz del gobierno chileno. Una vez más, en la Cancillería argentina insistieron en que el viaje se suspendió. O, para ser más exactos, que no se continuará con sus preparativos, ya que la agenda aún se estaba armando.
Quienes no hicieron caso a gestos de distensión fueron los presidentes de los bloques legislativos. Según anticipó el jefe del bloque de diputados justicialistas, José María Díaz Bancalari, en la sesión de mañana la Cámara de Diputados podría aprobar un pedido de “rectificación pública urgente” al canciller chileno. “Sus expresiones agravian la más alta investidura del presidente de la Nación, Néstor Kirchner, así como también la trayectoria democrática del Partido Justicialista”. En chile, en tanto, tanto los legisladores oficialistas como opositores consideraron que la disculpa pública de Walker había sido un gesto suficiente para normalizar la relación con Argentina.