“¿Candidato? Nosotros no tenemos candidato. De los que hay, ninguno es nuestro. En todo caso tenemos que buscar uno distinto.” En una conversación de la que fueron testigos tres ministros, Néstor Kirchner dejó en claro en las últimas horas que el Gobierno no respaldará abiertamente a ninguno de los que hoy se postula para la gobernación de Santiago del Estero. Más aún: muy cerca del Presidente admiten la posibilidad de no bendecir a candidato alguno en la provincia.
Las elecciones santiagueñas se realizarán el 20 de febrero. El interventor Pablo Lanusse formalizará la convocatoria esta semana, probablemente flanqueado por Alberto Fernández. Según el jefe de Gabinete, el objetivo de “normalizar” la provincia está cumplido y el derrotero para desmontar la hegemonía juarista va por buena senda.
Una encuesta de OPMS que manejaba anoche el Gobierno, y que se realizó entre el 21 y el 28 de septiembre, refleja un nivel de rechazo de los santiagueños al ex gobernador Carlos Juárez –actualmente con arresto domiciliario– del 75 por ciento. Para Kirchner, la frutilla del postre sería evitar ahora que la intervención arrastre una impronta perdedora. O sea, que quede asociada a un proyecto que termine derrotado en las urnas.
Seguramente por esta razón, algunos funcionarios de la Rosada vieron en la candidatura Gerardo Zamora un chance para mostrarse victoriosos y, de paso, que los diferencie del juarismo. Sucede que el radical es el mejor posicionado en las encuestas, mientras que su principal rival, el justicialista José María Cantos, le sigue bien atrás y está indefectiblemente asociado al ex gobernador.
Sin embargo, Kirchner no piensa igual que algunos de los suyos, en especial sobre la estrategia electoral a seguir en la provincia.
–¿Zamora no es un gobernador potable para el Gobierno? –se le preguntó en Casa de Gobierno, según recreó un ministro a Página/12.
–No es Cantos. Pero tampoco es nuestra estrella –se sinceró sobre el postulante que hoy reúne las mayores adhesiones.
Página/12 publicó la última semana que algunos hombres del Gobierno no verían con desagrado un triunfo de Zamora. Otros medios informaron luego sobre la posibilidad de que la Rosada respaldara al radical en una fórmula mixta, completada con el diputado kirchnerista Fernando Salim.
Lanusse fue categórico ayer al tomar distancia de ambas posi-bilidades. Y lo hizo utilizando prácticamente las mismas palabras de Kirchner. “La intervención no tiene ni va a tener candidato, y tampoco el gobierno nacional.” En la grilla de potenciales delfines de Kirchner, en algún momento también se había mencionado a Héctor “Chabay” Ruiz, el intendente de La Banda. Pero en los pasillos del poder un ministro escuchó cómo el Presidente le bajaba el pulgar. “Chabay tiene más vínculos con Ick de lo que nosotros pensábamos.”
Néstor Ick es el empresario todopoderoso de Santiago y tiene una capacidad de lobby asombrosa en la provincia. No sólo en la política sino también en la Justicia. Una derrota de Juárez, en verdad de quienes representan sus intereses, no significa necesariamente un debilitamiento de este hombre de negocios que sabe condicionar cualquier candidatura. Por eso en la Rosada aún sueñan con un postulante “impoluto, no contaminado con la política”. Saben que eso es difícil, pero soñar no cuesta nada.