EL PAíS
› OPINION
¿Qué es ganar en Santiago?
› Por Martín Granovsky
Si el gobierno nacional cree que todo su éxito en Santiago del Estero es sacarse de encima a Carlos Juárez, ya lo logró: Juárez no será candidato a gobernador. Entonces, si ésa no es la victoria, ¿qué significa triunfar en Santiago? Hay elementos viejos y nuevos que sirven para una respuesta:
- El gobierno nacional, que apostaba como único candidato al intendente de la capital santiagueña, Gerardo Zamora, ya no tiene caballo del comisario.
- Zamora podrá o no ser candidato, pero eso no se define hoy mismo.
- Lanusse no quiere que la intervención auspicie un candidato, y se niega a que el gobierno nacional lo haga. El punto es cómo se traduce su deseo. Si se agota en la formalidad de que no haya un postulante con sponsor oficial o llega a que se cumpla la idea, más sustancial, de que el candidato no quede atado antes de asumir al poder real de Néstor Ick, cuya radiografía se incluye aparte.
- El presidente Néstor Kirchner parece haber optado por dar libertad de maniobra a sus negociadores, a tal punto que en los próximos días no será extraño ver, en paralelo y sin chocarse, cómo hacen contactos en Santiago del Estero Juan Carlos Mazzón y a Rafael Follonier, que hasta ahora apostaban a construcciones distintas. El primero es un antiguo manzanista, hoy bajo cobijo y control en la Casa Rosada. El segundo, secretario de Provincias del Ministerio del Interior y dedicado a cuestiones piqueteras, es uno de los funcionarios del gobierno nacional que armó una opción santiagueña, el Frente Popular de la Victoria, cuando aún parecía que podía haber Constituyente. Incluye entre otros a Gustavo Yocca, Osvaldo Ríos Olivero y Javier Baudino.
- Los negociadores actuarán también sobre los intendentes que se sumaron al FPV.
- Sin duda habrá internas abiertas y simultáneas el 12 de diciembre, con lo cual el juarizmo perderá poder de ahí a los comicios del 20 de febrero. - Tras esas internas, se puede conjeturar que la libertad de movimientos para los negociadores terminará y, le fastidie o no a Lanusse, de hecho habrá un guiño desde la Casa Rosada, más o menos discreto según el caso, para una fórmula mixta entre Zamora y un peronista, para una fórmula mixta de sentido inverso o para un tándem que hoy resulte impensable pero que pueda perfilarse de acuerdo con las encuestas.
- Otra opción en danza es que se resuelva la unificación de mandatos de Santiago del Estero respecto al resto del país, con lo cual el período del nuevo gobernador debería llegar sólo hasta el 2007. Así se acentuaría su carácter de transición y se prolongaría de hecho la agenda postergada de una intervención que sin duda, de aquí a febrero, habrá resultado corta.