EL PAíS
› EL PENSAMIENTO VIVO DEL GOBIERNO NORTEAMERICANO SOBRE LA CRISIS ARGENTINA
Qué piensan realmente de Argentina
El consejero político de la embajada en Buenos Aires, Michael Matera, habló en una reunión reservada con importantes financistas. Dijo lo que nunca dicen: un devastador retrato sobre cómo ve realmente EE.UU. a un país “peor que Rusia” al que no habría que darle ni un centavo “hasta que haga realmente el ajuste”.
› Por Mario Wainfeld
Argentina es conocida por sus crisis pero esta es, lejos, la peor. Rusia no cayó tanto como lo hizo Argentina. Fernando de la Rúa jamás encaró el tema. Domingo Cavallo sí, aunque lo minimizó y acudió a soluciones mágicas. Los bancos están técnicamente, quebrados. Los argentinos, empero, siguen teniendo una –tan invariable cuan equivocada– lectura acerca de su importancia en el mundo y están seguros de que el mundo vendrá y los ayudará. Creen que una parte importante de sus problemas son responsabilidad del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de Estados Unidos, por lo tanto opinan que ellos tienen la obligación de ayudar a Argentina. Pero la embajada de Estados Unidos está convencida de que no debe venir plata a la Argentina hasta que el gobierno no desarrolle un programa sustentable. En verdad, la última cosa que debería hacer la comunidad internacional es darle más plata a este gobierno. Esa visión -lapidaria respecto de la situación argentina y crudamente escéptica acerca del tino de sus gobernantes y de su población para entender y modificar lo que les pasa– trasluce el pensamiento de la embajada norteamericana en Buenos Aires. Tanto así, que todas las frases precedentes fueron expresadas por su influyente consejero político, Michael Matera, ante un auditorio VIP (financistas de primer nivel) que le pidieron un cuadro de situación sobre estas desdichadas pampas.
El encuentro ocurrió en Fortaleza, Brasil, y fue pedido por importantes representantes de la banca internacional con intereses de la Argentina. Bancos con casas matrices en Londres y Nueva York. Matera aceptó dar una exposición off the record ante una decena de estos financistas. Ocurrió el 14 de marzo pasado. Uno de los asistentes, impresionado por el cuadro que pintaba Matera, tomó rigurosos apuntes, a los que accedió Página/12. El cónclave, y el tono de la charla, fue confirmado por otro asistente.
Matera tiene background y piné para hablar de la Argentina. Es un diplomático de carrera que tuvo importantes destinos en Europa y Rusia (lo que hace más abracadabrante la comparación que intenta entre sus respectivos defaults) y ya lleva dos años en Buenos Aires. Es el agregado de Asuntos Políticos de la embajada, un puesto desde el que teje las relaciones con los principales políticos argentinos. Un dato histórico contextualiza la entidad de su cargo: es el que ocupó el actual embajador James Walsh en un estadio anterior de su carrera, cuando Terence Todman era el jefe de la sede diplomática en los primeros años de Carlos Menem.
Por añadidura, la esposa de Matera es criolla, economista para más datos, y también bien informada. Es que la licenciada Silvina Vatnik, especialista en mercado de capitales, trabajó en el Ministerio de Economía hasta hace poquito, en el área de Financiamiento que controla Lisandro Barry. Ahora asesora al presidente del Banco Central, Mario Blejer.
Matera habló en inglés, claro, y algunos de sus textuales se transcribirán dado el tono drástico y cortante que suele tener la lengua sajona, esa que un argentino célebre y conocedor, apellidado Borges, encontraba mucho más rica que la castellana. A continuación, un punteo de los principales planteos que Matera expuso ante un auditorio del máximo nivel económico. De lo que sigue sólo los títulos surgen de la pluma de Página/12.
- La tormenta: “La Argentina es bien conocida por sus crisis pero esta es, lejos, la peor”. “Rusia jamás cayó como la Argentina.” “La crisis es contagiosa política pero no económicamente.” “El hambre es un tema central (‘issue’) en la Argentina. Hay saqueos en supermercados.”
- Los timoneles: “De la Rúa jamás encaró el tema (‘never faced’). Cavallo creyó que todo estaba bien y apeló a soluciones mágicas. Duhalde hace un día a día y trata de acomodarse. Algo puede ocurrir un día de estos y Duhalde tendrá que irse, pero no es una persona que abandone el bote. Si se va, llamará a elecciones”.
- La brújula: “La política no cambiará. Los políticos deben limitarse a implementar un programa sustentable. Aun si lo hacen, las cosas empeorarán pero no hay otro camino”.
- La gente: “El pueblo cree que una parte importante del problema se debe a Estados Unidos y el FMI. Por lo tanto, piensa que el FMI tiene la obligación de ayudar a la Argentina”. “Los argentinos tienen un inmutable punto de vista acerca de la importancia estratégica, económica, etcétera, de su país. Están convencidos de que el mundo debe venir a ayudarlos. Esa es una de las razones por las que Argentina jamás ajustó realmente.” “El pensamiento de los economistas internacionales es incompatible con la mentalidad nacional de los argentinos.”
- Consejos: “Lo peor que podría hacer la comunidad internacional sería darle más plata a este gobierno”. “La embajada de Estados Unidos está convencida de que no debe venir dinero hasta que ellos aparezcan con un programa sustentable.”
Una crisis descomunal, con políticos que oscilan entre el autismo y la soberbia psicótica. Una sociedad que no termina de percibir los problemas, y que responsabiliza de ellos al FMI y los Estados Unidos. Un colectivo incapaz de cambiar, inmaduro y paranoico. Un país que está peor que Rusia en su peor momento y al que –más vale– hay que retacear ayuda. Esto, nada menos, fue lo que dijo un puntal de la embajada norteamericana a figuras descollantes, decisivas en el sector financiero local. Decir eso y sugerir que un gigantesco pulgar se inclina hacia abajo es casi lo mismo. La anécdota ocurrió hace un mes. Por esos azares de la información se conoce cuando el enviado del FMI Anoop Singh acaba de hacer suyas durante dos semanas las oficinas del Ministerio de Economía para proponer su programa económico a la Argentina y mientras Jorge Remes Lenicov sufre en Washington. El gobierno local juega todas sus barajas a esa little help of his friends. Saber qué piensan sobre la Argentina los friends, de quien Matera es acabado representante, refuerza una sensación ya en boga: esa apuesta tiene todas las de perder.
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