“No les voy a dar el gusto”, dijo ayer Ricardo López Murphy, descartando así la posibilidad de cambiar de distrito y presentarse como candidato en la Capital en las elecciones del año que viene. Con la frase, el líder de Recrear rechazó la propuesta de Mauricio Macri, que le había sugerido la idea de cruzar la General Paz a partir de sus propios deseos de presentarse en la provincia. El resultado del entuerto es que López Murphy –según explicaban ayer sus íntimos– está “furioso” con Macri, que el presidente de Boca no sabe bien adónde le conviene candidatearse y que la alianza de centroderecha parece hoy más lejana que nunca.
El último capítulo de la eterna telenovela de la oposición comenzó la semana pasada, cuando Macri recibió en su casa a López Murphy para sugerirle una idea que un mes atrás, cuando comenzó a analizarse, este diario describió con la imagen del espejo: Macri, que el año pasado debutó como candidato a jefe de Gobierno de la Capital, se presentaría en la provincia; y López Murphy, nacido en Adrogué y con una larga militancia en la UCR bonaerense, se presentaría en la Ciudad de Buenos Aires.
En la reunión, Macri argumentó que las encuestas le asignan una alta intención de voto del otro lado de la General Paz. Propuso avanzar en un acuerdo global para, más adelante, resolver la cuestión de los distritos de acuerdo al posicionamiento de cada uno. López Murphy rechazó la oferta con la sospecha de que detrás se esconde Eduardo Duhalde, con quien Macri se reunió en Montevideo y que –según sospecha el economista– quiere desactivar su postulación en la provincia.
Ayer, justamente, López Murphy atribuyó a Duhalde y a Kirchner las movidas para que no se presente: “El Presidente me aconsejó que me mudara a la Capital, ahora quieren hacer una compulsa para ver si me tengo que mudar a la Capital, pero yo no debo guiarme por lo que le sirve a los demás candidatos. No les voy a dar el gusto”, explicó el ex ministro. Por la tarde, sus asesores aseguraban que estaba indignado con lo que definía como una “operación” de Macri. “Es la segunda vez que filtra una reunión”, explicaban.
Más allá de los cruces, tanto el empresario como el economista tienen buenos motivos para insistir con sus posturas. Conviene empezar con los de López Murphy:
- La primera razón para candidatearse en el complicado territorio bonaerense es estratégica: el ex ministro está convencido de que sus posibilidades se encuentran irremediablemente atadas a su viejo partido. Según sostienen en Recrear, López Murphy tiene buenas chances de conquistar al votante radical afincado en el Norte del Gran Buenos Aires y el interior bonaerense. La estrategia consiste en imitar la astuta campaña presidencial del 2003 y apuntar al voto gorila, buscando la polarización con el PJ (que postula a Cristina Kirchner) y aprovechando la debilidad relativa del resto de las opciones opositoras: Marta Maffei (candidata del ARI) y Margarita Stolbizer (candidata radical).
- El segundo motivo tiene que ver con el escenario porteño, donde las encuestas coinciden en que Elisa Carrió es la dirigente con más chances de ubicarse como la líder de la oposición y capturar lo que ella denomina el “voto republicano” y que el Gobierno define como el “voto gorila”. López Murphy no tiene intenciones de disputar ese lugar con la chaqueña. Es más, aunque la líder del ARI lo rechazó de manera rotunda, no pierde la esperanza de llegar a un acuerdo más adelante: enfrentarla en una elección no parece el camino más adecuado.
- El tercer motivo es emocional. Según explican en Recrear, el economista se entusiasma con la idea de ser senador, un cargo que el año que viene se elige en la provincia pero no en la Capital.
El otro protagonista, Mauricio Macri, también tiene buenos motivos para defender su posición:
- Las encuestas lo ubican en un segundo o un tercer puesto en la Capital, lejos de Carrió y del posible candidato del Gobierno, Rafael Bielsa. Además, está convencido de que las críticas de la chaqueña a su currículum de empresario serán implacables. “Le tiene miedo a Lilita”, confiesa uno de sus amigos.
- Por otro lado, Macri cree que, si se presenta en la provincia, podrá seducir a un electorado peronista que sencillamente no existe en la ciudad de Buenos Aires: la idea es conquistar a un segmento –aunque sea menor– de votantes del PJ descontentos con la candidatura oficial de Cristina Kirchner.
- Finalmente, el presidente de Boca confía en la posibilidad de cerrar un acuerdo tácito con Duhalde, algo que espanta a López Murphy pero que él considera esencial: la idea es que el ex presidente aliente por lo bajo a algunos sectores del vasto aparato del peronismo bonaerense para que se encolumnen detrás de su candidatura. Si consigue un buen resultado, Macri quedaría automáticamente posicionado para pelear la gobernación en el 2007 y Duhalde conseguiría un candidato muleto en caso de una ruptura con Kirchner.
Evidentemente, los dos tienen buenos motivos para insistir en sus posiciones. El problema, claro, es que son posturas encontradas que dificultan cualquier posibilidad de acuerdo. El tema se complica por otros motivos: las internas dentro de cada fuerza, la falta de figuras alternativas (si los dos se presentan en la provincia, ¿quién será su candidato en la Capital?) y las dificultades de comunicación entre las segundas líneas. En suma, el economista y el empresario continúan cada uno con su microemprendimiento y no logran ponerse de acuerdo para constituir la gran empresa opositora que la derecha reclama a los gritos.