Con el objetivo de fomentar los microemprendimientos llevados a cabo por organizaciones sociales, la Asociación Madres de Plaza de Mayo inauguró ayer el primer mercado frutihortícola mayorista de Lanús. El acto, lleno de contrastes, reunió a la titular de la asociación, Hebe de Bonafini, con el intendente del partido y dirigente histórico del PJ bonaerense, Manuel Quindimil. Se calcula que la obra generará alrededor de 400 puestos de trabajo.
Puntual e impecable, Quindimil esperó a las Madres que, un tanto atrasadas, llegaron al predio acompañadas de un gran aplauso en un acto con insistentes matices del justicialismo de la provincia. “Con la protesta y la propuesta”, según sus palabras, Hebe inauguró el espacio de 31 mil metros cuadrados destinados a la comercialización de alimentos orgánicos. Con un llamado a la generación de “trabajo digno”, la titular de Madres logró arrancar un beso del octogenario intendente, correspondido tan sólo con un saludo formal de la dama.
Frente a la presencia de los titulares de Mercados de Agroalimentos de Venezuela y Brasil y de un centenar de personas, Quindimil no dejó pasar la oportunidad y desplegó un extenso discurso en donde, convocando a Dios “para que saque a la Argentina de la crisis”, condensó críticas al Fondo Monetario y al problema de la inseguridad. Finalmente, en envidiable despliegue retórico, y seguido por la mirada recelosa de los pañuelos blancos, hizo referencia a cuestiones como la delincuencia y la falta de trabajo mezclando la consigna “Ni un paso atrás” con una que no podía estar más alejada: “Acá hay que poner orden”.
Sin embargo, la jornada logró exceder toda intención partidaria y el nuevo mercado de agroalimentos se transformó en protagonista. Los 72 puestos fijos distribuidos en el predio ubicado en Camino General Belgrano al 4400 serán utilizados por pequeñas y medianas empresas junto con organizaciones sociales para comercializar producciones propias. El lugar pertenecía a la fábrica de chatarrería Rocanegra. Prácticamente convertidas en un basural por la quiebra de la empresa, las tierras, tras recibir el permiso de la municipalidad, fueron recuperadas con el trabajo de integrantes de los MTD de Villa Solano y Lanús. Las organizaciones piqueteras estuvieron ayer presentes pero, ajenas al acto, permanecieron en sus talleres ubicados a unos cien metros del escenario. El emprendimiento será financiado con lo recaudado por la venta de los productos en el mercado. También está prevista la inauguración de una escuela primaria bajo la modalidad de educación popular.
Entre las organizaciones que integrarán la iniciativa, el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase) comercializará carbón y leña. Si bien los movimientos de desocupados que participaron activamente en la construcción del lugar, todavía no cuentan con un puesto fijo, han abierto allí un taller de dulces, una herrería y dos huertas dedicadas a la producción de alimentos para comedores comunitarios. Por otro lado, la Mesa de Trabajo de los Pueblos Originarios, representante de 24 comunidades étnicas, se dedicará a la venta de frutas y verduras orgánicas. “Más que comercializar la producción, el valor político de esta obra para nosotros es que es un modo para financiar la lucha por la tierra”, explica Cristina Oribe, titular de la organización.
El acto, que incluyó el tradicional corte de cinta y una emotiva ceremonia de bendición donde fue recordado el padre Mujica, no fue ajeno a la cuestión de la expropiación territorial y a las denuncias de criminalización de la protesta social. Al respecto, Hebe pidió por la “libertad de los prisioneros políticos”, haciendo referencia a los dirigentes del Mocase detenidos recientemente en Santiago del Estero. El problema de la toma de tierras incluso no escapó a Quindimil. Eufórico y ya eludiendo cualquier pronóstico posible, el legendario Manolo mostró indicios de apoyar la iniciativa: “Toda tierra que no cumpla una función se debe poner en manos de algo en beneficio de la patria y la familia”.

Informe: Carolina Keve.