Fue un mero trámite. Algunos especulaban que cuando los peronistas se reunieran a discutir el presupuesto 2005 las chispas se verían desde lejos. No fue así. “El bloque avanza con la política de los hechos consumados”, confió ayer uno de los diputados del oficialismo que participó de la reunión para explicar el encuentro que la mesa de la bancada oficialista tuvo con los diputados que integran la estratégica comisión parlamentaria. Los hechos consumados a los que se refiere el legislador incluyen que hoy se firme dictamen favorable en comisión, acotar las críticas en el momento del debate en el recinto y llegan incluso a levantar la reunión habitual de la totalidad del bloque que suele realizarse los martes. Ayer no se realizó.
La reunión del plenario de la bancada tendría que haberse concretado luego de que la mesa discutiera el presupuesto con los diputados que integran la Comisión de Presupuesto. Fue levantada. En ella se esperaban algunas críticas, esas que los diputados suelen repartir en los pasillos pero nadie manifiesta en público. La bonaerense Graciela Camaño, una de las que hizo públicas sus críticas a la delegación de facultades conocida como superpoderes, aceptó no votar en contra en el encuentro que la conducción de la bancada mantuvo con aquellos que conocen en detalle los pormenores del presupuesto. Claro que también acordó que cuando llegara ese momento, el de discutir el artículo 11 de la denominada ley de leyes, se levantará de su banca y abandonará el recinto.
Otro de los que hizo públicas sus críticas a los superpoderes fue el santafesino Oscar Lamberto. A diferencia de la esposa de Luis Barrionuevo, las críticas del santafesino fueron formuladas primero en medios de su provincia y luego en un diario económico. Un legislador que escuchó los argumentos de Lamberto comentó a este diario que, para el santafesino, “con el actual nivel de recaudación esa delegación de facultades es innecesaria”. Si bien reconoce que la crisis todavía no fue superada en su totalidad, considera que no hace falta extender a los ministros la facultad de reasignar partidas dentro de lo que le corresponde a su ministerio.
Por lo pronto, de la reunión de anoche quedó en claro que hoy se firmará el dictamen de mayoría. En este punto la falta de debate fue estratégica. Claro que entre los muchos que repiten sus quejas, nadie del oficialismo sugirió propuestas de cambio. La oposición tiene sus alternativas pero ese es otro cantar. Los números de ambas Cámaras favorecen con holgura al oficialismo y se harán sentir.
A la reunión de ayer se sumó el senador justicialista Jorge Capitanich. El chaqueño viene coordinando con los integrantes de la Cámara baja las modificaciones que se le van incluyendo al presupuesto. El oficialismo pretende de esta manera obtener una rápida sanción del proyecto cuando llegue a la Cámara alta.
“Como quedó, el presupuesto no tiene modificaciones de importancia respecto de lo que envió el Ejecutivo”, comentó a Página/12 un conocedor de las negociaciones que se vienen manteniendo alrededor del tema. Más allá de las especulaciones originales que daban cuenta de que el Gobierno se avendría a atenuar las facultades delegadas, nada de eso ocurrió. Y con los números a su favor es poco probable que alguno de esos cambios el peronismo acepte incluirlos cuando el tema se discuta en el recinto.
Lo que queda de aquí hasta el 3 y 4 de noviembre, fecha en la que el oficialismo pretende discutir el presupuesto en el recinto, parece que será un mero trámite. Lo más importante se discutió anoche en la cocina de la mesa del bloque.