”No me importa si la batalla por construir una Argentina nueva me tritura, lo que me interesa es que nazca un país nuevo”, declaró ayer en Santa Fe el gobernador Néstor Kirchner, uno de los justicialistas que sigue trabajando con miras a las elecciones presidenciales del 2003.
“No voy a especular con mi destino personal, ni voy a estar agazapado esperando en qué momento tengo que salir, lo hago ahora cuando la patria lo necesita”, declaró Kirchner, uno de los dirigentes del PJ que aspira a suceder al presidente Eduardo Duhalde. En una reunión con militantes del justicialismo, el santacruceño resaltó que “la política no puede seguir siendo un lugar de negocios, ni un trato de gerentes o clientes. En los locales políticos ya no se habla más de ideas, de proyectos, y ese es el mayor atropello, el mayor castigo que se le puede hacer al pueblo argentino. No quiero gerentes y clientes, quiero cuadros políticos y militantes con más autocrítica”.
Kirchner, quien la semana pasada se enfrentó con las empresas privatizadas de su provincia, esta vez apuntó contra los políticos, que “no se dan cuenta de que en la Argentina crece cada día más la brecha de pobreza, que cada día hay más excluidos y se destruyen miles de empleos por día”. Y exhortó a terminar con “los discursos de hoy hago campaña y mañana gobierno. No creo en las campañas tradicionales donde los dirigentes salen a trabajar tres meses antes a tratar de generar consensos, la mayoría de las veces vendiendo ilusiones”. El gobernador terminó el encuentro afirmando que “hay que perfilarse en serio para construir en serio ese proyecto nacional y popular que está haciendo falta en la Argentina”.