EL PAíS
“Yo podría poner de ministro a Claudio Lozano, no a Solanet”
Margarita Stolbizer lanzó ayer su candidatura a senadora por la provincia para 2005. Critica a López Murphy y al grupo radical que cuestiona su conducción. La vieja relación UCR-PJ.
› Por José Natanson
En las últimas elecciones bonaerenses, cuando todos pronosticaban una catástrofe inevitable para la UCR, Margarita Stolbizer consiguió un 9 por ciento y se convirtió en la candidata no peronista más votada. Ayer, la diputada encabezó un acto donde presentó su propuesta para la provincia, primer paso de su postulación a senadora en las elecciones del año que viene. Había unos 30 intendentes radicales y estaban también aliados como Federico Storani y Leolpoldo Moreau. De ellos, de la posibilidad de reflotar al radicalismo y del difícil desafío de enfrentar a Cristina Kirchner, Stolbizer habló con Página/12.
–Usted plantea una renovación partidaria para construir una alternativa al PJ. ¿Es posible hacerlo con el apoyo de sectores y dirigentes –Raúl Alfonsín, Storani, Moreau– que son los mismos que gestionan la UCR desde siempre?
–En primer lugar, no son los únicos que están apoyando este proyecto. En el acto estuvieron presentes 30 intendentes. Algunos me dicen que me tendría que descolgar de Moreau y Storani. Y por una cuestión de autoestima la verdad es que considero que yo no me tengo que descolgar de nadie. Yo presido el partido desde hace un año y lo he hecho con tanta autonomía que he llegado a depurar los padrones, algo que la vieja estructura no quería. Instalamos un debate doctrinario que costó mucho. Logramos romper con el peronismo de la provincia y consolidar un partido de confrontación clara con el PJ.
–¿Antes no era así?
–En los últimos años el radicalismo había ido perdiendo identidad. Pero lo central es que estamos modificando la relación con la sociedad. Entre las culpas y la responsabilidad el partido había desertado desde hace tiempo de los espacios públicos. Hoy tenemos un partido que recuperó ese espacio, con posiciones políticas claras, recorriendo la provincia, con una actitud militante. Una de las cosas que estamos modificando es que hay que democratizar la estructura de toma de decisiones. Eso es cierto. Pero es una fantasía pensar que dirigentes como Fredi o Moreau lleven a la gente a votar a la interna aparateando. Hay una fantasía de que manejan más de lo que en realidad manejan. Yo presido el partido hace un año y nadie me llamó para decirme qué tenía que hacer. Más allá de los liderazgos reales, que por supuesto existen, hay una exageración que no se compadece con la realidad.
–¿Es decir que Storani y Moreau no tienen tanto poder?
–Sí, y además hubo una renovación real. Estamos tratando de ofrecer un radicalismo distinto, porque no es suficiente que seamos una invocación histórica. Con eso no le damos respuestas a la gente.
–¿Se siente desafiada por el grupo de intendentes rebeldes?
–Es un grupo muy heterogéneo. Entre ellos hay muchos que tienen un reclamo de cambio y que apoyan muchas de las cosas que estamos haciendo. Ven que estamos intentando crear una alternativa al peronismo. Por otro lado, dentro de ese grupo hay algunos con una cuota de pragmatismo muy grande. Los que quieren hacer un acuerdo con López Murphy no lo hacen por una definición ideológica, sino por pragmatismo, porque estaban con López Murphy cuando era el que podía salir segundo. Cuando parece que se cae en las encuestas conversan con Macri o con Kirchner. Es el todo vale de la política, algo con lo que no comulgo. Pero son los menos.
–¿Es imposible un acuerdo con López Murphy, como quieren algunos?
–Cuando López Murphy se fue de nuestro partido lo hizo defendiendo ideas que son incompatibles con lo que sostenemos, con nuestra doctrina. Tiene un discurso republicano con el que uno quizá pueda coincidir, pero si tiene que nombrar a un ministro de Economía no va a poner a un intendente radical sino a Daniel Artana o a Manuel Solanet.
–Usted dice que eso está alejado de los valores del radicalismo y la verdad es que no parece que sea tan así. Habrá un radicalismo progresista, pero también hay uno que no lo es. De hecho, el último presidente radical puso de ministro a Cavallo, y su partido nunca rompió con su gobierno.
–Si de algo nos tenemos que hacer cargo es de la frustración del gobierno de la Alianza, incluso de antes de haber puesto a Cavallo. No nos olvidemos que cuando asumió De la Rúa tenía cuatro economistas liberales en su gabinete. Pero nosotros estamos reconstruyendo un radicalismo progresista, con un perfil bien definido. Yo estoy más cerca de poner de ministro a Claudio Lozano que a Solanet.
–¿Hay posibilidad de un acercamiento con el ARI de Elisa Carrió?
–Nosotros compartimos cosas no sólo con el ARI, sino con todos aquellos que tienen una posición de centroizquierda, que reivindican una distribución más equitativa del ingreso. Tenemos coincidencias ideológicas importantes. La diferencia es el modo de construcción política para conseguir esos objetivos. Lamentablemente el ARI no tiene una estrategia de construcción que sirva. Ese discurso tan apocalíptico de Lilita, que dice que la descompone pensar que va a volver al Congreso pero después es candidata, esta visión tan negativa de la realidad, no contribuyen a la construcción política. Yo entiendo a la política como una herramienta de transformación, y lo que ellos están planteando no es eso. No hay en ellos una posibilidad de ejercicio del poder, de gestionar para transformar la realidad. Y creo que ellos se quedan en algo muy teórico.
–¿Quién es su adversario político? ¿Duhalde, el PJ bonaerense, Kirchner?
–En primer lugar los responsables de que la provincia esté como esté, es decir Cafiero, Duhalde, Ruckauf y Solá. El peronismo que gobernó la provincia durante 17 años, vaciándola y corrompiéndola. Ahora, como si fuera poco, al desastre que han hecho se suma que conviertan a la provincia en un botín de la sociedad conyugal de los Duhalde o los Kirchner. No entiendo cómo Cristina, que parece que va a ser candidata, puede resolver el conflicto de intereses cuando tenga que votar en el Senado. ¿Va a defender a la provincia de Buenos Aires o a la de Santa Cruz, que defendió durante tanto tiempo? ¿Va a defender el interés de su marido, que tiene una vocación centralista, que maneja discrecionalmente los recursos, se los saca a los bonaerenses y a las provincias pobres del norte para llevarlos a una provincia rica como Santa Cruz? La verdad es que no entiendo cómo va a resolver eso.