EL PAíS
En el juicio por la AMIA quieren conocer a los testigos secretos
Uno de los defensores oficiales pidió que se conozca la identidad de los testigos secretos. Dos jueces se opusieron al planteo y otro lo aceptó. Son testimonios claves para definir la responsabilidad policial.
› Por Raúl Kollmann
El Tribunal Oral que lleva adelante el juicio del caso AMIA se dividió el miércoles a raíz de una cuestión espinosa: los testigos de identidad reservada, es decir personas individualizadas sólo con los números 1 y 2 y la letra K que declararon ante el juez Juan José Galeano complicando la situación de alguno de los imputados. Uno de los defensores oficiales, Eduardo García, pidió que se levante la reserva sobre esos testigos y que declaren antes de que el lunes próximo hable ante el Tribunal el principal imputado, Carlos Telleldín. Dos jueces -.Gerardo Larrambebere y Miguel Pons– rechazaron el pedido del defensor y dijeron que los testigos declararán más adelante, cuando corresponda, mientras que el tercer juez, Guillermo Gordo, sostuvo que el pedido era razonable y que los fiscales corren con ventaja porque ellos sí saben quienes son los testigos de identidad reservada.
En el caso AMIA los testigos de identidad reservada juegan un papel muy importante. Por ejemplo, hay uno que declaró que cerca de la casa de Telleldín vio parado un auto Ford Falcon, con personas adentro, en actitud de vigilar la vivienda del “Enano”, como le dicen a Telleldín. Como el vehículo le pareció sospechoso, preguntó qué hacían allí y uno de los tripulantes del auto contestó: “somos policías de Lanús y mejor no llames a la comisaría de acá. No te puedo decir lo que estamos haciendo, pero no te hagas problemas porque va a ocurrir algo muy grande y ya te vas a enterar por los diarios”. Ese testigo de identidad reservada comprometió fuertemente a los uniformados que encabeza el otro imputado clave del caso, el ex comisario Juan José Ribelli, que era precisamente de Lanús. La hipótesis oficial es que los colaboradores de Ribelli tenían vigilado a Telleldín porque se aprestaban a llevarse la camioneta que luego sería usada como coche-bomba en el atentado.
Justo por eso es que el defensor García, quien asiste a uno de los hombres de Ribelli, el ex subcomisario Raúl Ibarra, pidió que se levante el secreto sobre esos testigos, esencialmente porque sospecha que son allegados o conocidos de Telleldín, quien podría haberlos usado para incriminar a los policías.
En un juicio oral también vinculado con el caso AMIA y que se llamó Armias, porque trató de una banda que traficó armas y explosivos y fue detenida durante la investigación del atentado, también hubo testigos de identidad reservada. La experiencia terminó en escándalo: una de las testigos resultó ser la ex amante de un policía y fue procesada por falso testimonio.
En la polémica desarrollada en el juicio oral, García insistió en que se conozca a tres testigos de identidad reservada y que se los llame a declarar antes que a Telleldín. De esa manera tendría en claro elementos para después interrogar al “Enano”. Otros defensores se sumaron al pedido, pero el Tribunal terminó votando dos a uno en contra de la petición, argumentando que esos testigos de identidad reservada ya serán llamados a declarar en el momento oportuno. Los defensores sostienen que no se sabe si cuando ello ocurra Telleldín aceptará declarar otra vez para contestar a los elementos que planteen los testigos.
Igualmente la polémica sobre los testigos de identidad reservada viene de lejos, con los defensores objetándolos y los fiscales y las querellas de la AMIA y la DAIA respaldando lo actuado en ese terreno por el juez Juan José Galeano. Es muy posible que los testigos terminen declarando más adelante en una habitación contigua a la sala de audiencias, que no se les pueda ver el rostro, aunque la clave estará también en saber quiénes son.