Si Roberto Lavagna fuese el futuro ministro de Economía, el núcleo de empresarios más destacado del país tal vez prestaría uno de sus miembros para ocupar el Ministerio de la Producción, tal como les rogó Eduardo Duhalde. Pero hasta anoche nada era demasiado firme. Ni siquiera la supervivencia de la cartera que dejaría vacante José Ignacio de Mendiguren. Las más fuertes empresas argentinas estarían dispuestas a ocupar ese lugar sólo a condición de que el timón del Palacio de Hacienda quede en manos de un técnico con perfil industrialista. El Presidente sufrió desaires mayores a esta reticencia patronal para integrarse a su trastabillante gestión: fue cuando el propio presidente del Banco Central, Mario Blejer, se resistió a reemplazar a Jorge Remes Lenicov.
El miércoles por la noche Duhalde se reunió en Olivos con Alberto Alvarez Gaiani (titular de Copal), Aldo Roggio (construcción), Sergio Einaudi (Techint), Luis Pagani (Arcor) y Oscar Vicente (Pérez Companc) para invitarlos a sumarse al gabinete nacional. El otro anfitrión oficial fue el propio Remes Lenicov, quien detalló ante el ilustre quinteto las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y pidió sugerencias sobre cómo capear el temporal económico.
Pero ningún empresario presente se atrevió a hacer sugerencias concretas y, mucho menos, a mostrar la mínima disposición para recoger el guante y sumarse a la gestión pública de un gobierno con destino tan incierto. Por el contrario, se fueron de Olivos con la común impresión de que el Gobierno está extraviado y el Presidente, en la peor de las soledades.
Eso no significa que las grandes empresas del país no estén dispuestas a ingerir en la administración duhaldista. Por el contrario, antes de que la renuncia de Remes precipitara la actual crisis, ya habían postulado al ejecutivo de Acindar, Carlos Leone, para la Secretaría de Industria. El dirigente siderúrgico, es junto a Federico Nicholson, de Ingenio Ledesma, y el propio Vicente los nombres que también se barajaban ayer para reemplazar a De Mendiguren, a quien Duhalde le busca reemplazante.
En el encuentro de Olivos quedó claro que hay demasiadas incógnitas, empezando por el futuro del tipo de cambio. Ni siquiera los principales industriales están de acuerdo con fijarlo, pero tampoco les convence la idea de dejarlo flotar en la Argentina ultradolarizada.
Una cosa sí está fuera de duda: ningún hombre de empresa se haría cargo de Economía, puesto para el cual ellos sueñan con un técnico solvente y relativamente joven (“capaz de resistir un ritmo de trabajo de 14 horas diarias)” y “con buena inserción internacional”. Otra condición, según admitió ante Página/12 uno de los visitantes de la Quinta Presidencial, es que no sea un aperturista a ultranza. “Imagínese si pusieran a Daniel Artana, quien hace tiempo asegura que los derechos antidumping son una monstruosidad”, se preocupaba ayer el alto directivo de un grupo trasnacional. En este sentido, admiten, Lavagna es un candidato potable.
Ya existen en la administración duhaldista algunos referentes patronales como el secretario de Defensa de la Competencia, Pablo Challú, u otros técnicos de la Copal que trabajan para la secretaría de Agricultura. Pero el arribo a la primera plana de la administración estatal podría darse a través de Producción, ministerio cuya existencia está en revisión. Dentro y fuera del gobierno hay quienes piensan que podría ser absorbido por Economía, en particular si no hubiera un postulante de talla para reemplazar a De Mendiguren.
Los empresarios que horas atrás conversaron con el Presidente vuelven a reunirse hoy para revisar el escenario, presuntamente, con datos más firmes. Difícilmente la vieja y estrecha relación que Duhalde construyó con Vicente (sindicado como su ministro de la Producción en la campaña electoral del ‘99) hará que el hombre de Pérez Companc acepte el convite de sumarse al gobierno. Pero es posible que el cónclave de hoy, se acuerde algún nombre de empresas para reforzar el staff del desasosegado Duhalde.