La ausencia de Néstor Kirchner en la cumbre de Cuzco tuvo como daño colateral un enfriamiento de la relación bilateral con el Brasil. Luiz Inácio Lula Da Silva, demiurgo y principal patrocinador del entusiasmo de Eduardo Duhalde para construir la Comunidad Sudamericana de Naciones (CSN), fue el promotor del encuentro y su defensor en las no poco ásperas discusiones que se dieron entre los mandatarios allí reunidos la semana que se fue. El fracaso de la negociación que se llevó a cabo este viernes en Buenos Aires –sobre las barreras que la Argentina quiere imponer a un grupo de productos brasileros– puso a la relación en una tensión que, a los largo de los últimos meses, se aprecia como in crescendo.
Afortunadamente, Néstor Kirchner accedió a última hora del viernes a viajar, la semana que comienza, a Ouro Preto, donde ambos países mantendrán una cumbre. Los dos presidentes podrán retomar un diálogo que fue cortado hace meses y tratar de revitalizar al Mercosur.
El faltazo de Kirchner a Cusco derramó sobre la delegación argentina una frialdad cortante. El canciller brasileño, Celso Amorim, se lo hizo notar a su par argentino, Rafael Bielsa. El vicepresidente Daniel Scioli recibió las fulminantes miradas de Lula, cuando en su speech central defendió durante 20 minutos los esfuerzos que hace y hará para conseguir la integración regional, a pesar de que ello le acarree un alto costo político en su país, facturó. Los ojos de Lula saltaban de los de Scioli, a los de Bielsa, sentado detrás del vicepresidente.
El mandatario venezolano Hugo Chávez prendió un fuego: “Los gobiernos de cumbre en cumbre; los pueblos de abismo en abismo”, descerrajó. Los brasileños saltaron de sus bancas, empezando por Lula, que le respondió con aquel discurso del costo político y la cantidad de viajes que hizo y al sinnúmero de presidentes que recibió en el Planalto.
Un miembro de la delegación argentina relató a Página/12 que Bielsa estuvo pidiendo a las autoridades peruanas durante dos meses que cambien la sede de la cumbre. “Háganlo en Lima, no en Cusco, de lo contrario, Kirchner no viajará”, alertaba el canciller. Los peruanos se negaron a cambiar el sitio, que entendían era de la talla del evento fundacional que ahí tendría lugar.
Dicho esto, las fuentes también lamentaron la ausencia del patagónico. “En la cumbre se discutieron temas que a Kirchner le hubiesen venido como anillo al dedo, sobre los que tiene discurso. Se discutieron el exceso de ‘cumbrismo’, la realización excesiva de reuniones presidenciales en la región, prácticamente una cada mes, y la necesidad de coordinar los indicadores macroeconómicos en los países de la región para favorecer los procesos de integración. Kirchner hubiese brillado en esos debates”, estimaron.
Ello no ocurrió y, de todos los presentes, los brasileños fueron quienes se sintieron más menospreciados. Poco aportó esa situación a la negociación para limar el diferendo nacido ante la actitud argentina de aplicar salvaguardas provisorias por un año a una serie de electrodomésticos brasileños. Las tratativas, que se llevaron adelante el viernes pasado en Buenos Aires, no llegaron a buen puerto. La situación desmejoró notoriamente. Tanto que Bielsa le llevó un planteo caso extremo a Kirchner.
–Vamos a denunciar el Tratado de Asunción –dijo.
Dicho tratado –que dio nacimiento al Mercosur– posee un artículo que dice que los países deberán propender a la integración, coordinando primero sus políticas, a fin de que no haya desventajas macroeconómicas para nadie. El canciller argentino entendió que la intransigencia brasileña en las negociaciones violaba el artículo de marras. Kirchner lo frenó. “No es bueno generar otro problema con Brasil antes de fin de año”, dijo el patagónico.
–¿Cómo lo arreglamos? –requirió Bielsa.
–Voy a viajar a Ouro Preto –replicó Kirchner.
La reunión en esa ciudad brasileña está prevista para el jueves y viernes de la semana entrante. Allí Kirchner y Lula se volverán a ver frente a frente y, según lo dio a entender el Presidente argentino, retomarán el diálogo que habían perdido desde hacía dos meses.