EL PAíS
› CERRARON LA PLANTA DE ALIMENTOS EN BARRACAS
120 despidos en Bagley
La sociedad que armaron Arcor y Danone decidió cerrar ayer la planta de Bagley en Barracas. Despidieron a 120 trabajadores que ayer protestaron cortando la calle. Hoy habrá una reunión en busca de un acuerdo en Trabajo.
Por Miguel Jorquera
“Queremos nuestras fuentes de trabajo.” La frase estampada en algunos improvisados carteles expresaba la voluntad de los 120 trabajadores de la planta Barracas de Bagley, que la sociedad compuesta por las compañías Arcor y Danone decidió cerrar definitivamente ayer. Hoy habrá una reunión en el Ministerio de Trabajo entre el sector empresario, el Sindicato de la Alimentación y los representantes de los trabajadores en busca de un acuerdo. Los despedidos, que hasta el sábado pasado trabajaron horas extras, solicitaron una audiencia urgente al Gobierno, reclamaron la implementación de la medida de no innovar y descargaron su bronca contra el mandamás del gremio, Rodolfo Daer: “El nos traicionó”, afirmaron a Página/12. En medio de muestras de solidaridad, los trabajadores decidieron “acampar” frente al edificio de la fábrica hasta que se resuelva la suerte definitiva de sus empleos.
“Notificámosle extinción del contrato de trabajo día 11-12-04. Le hacemos saber que la empresa asume el rol activo para mejorar las posibilidades suyas de obtener nuevo empleo y a tal fin pone a disposición un servicio de asistencia profesional gratuito que lo orientará y le brindará apoyo para facilitar su inserción en el mercado de trabajo”, reza la fotocopia del telegrama que la empresa les entregó a los trabajadores el sábado pasado al mediodía, cuando se retiraban de su habitual jornada laboral, y que la mayoría de ellos, hasta ayer, no había recibido en sus domicilios.
Eduardo Cabrera tiene 56 años, hace 16 que es motorista en la planta de Barracas y era uno de los pocos que habían quedado en el turno tarde por decisión de la empresa. “Vivo en Merlo, me fui de la fábrica el viernes a las diez de la noche y esta mañana me entero que me quedé sin trabajo porque mis amigos, que escucharon la noticia, me llamaron por teléfono”, le contó Cabrera a este diario en el corte de calle que los despedidos realizaron en Montes de Oca al 200, frente a la planta cerrada.
Sin embargo, para la mayoría de los trabajadores la decisión empresarial no fue una sorpresa. “Teníamos la sensación de que el cierre podía ser en cualquier momento, porque vaciaron la fábrica de a poco. Nosotros producíamos diez mil paquetes diarios de galletitas Criollitas y un día, en junio de este año, se llevaron la máquina a la planta que Arcor tiene en Salto (provincia de Buenos Aires)”, aseveró Mónica Sosa, una trabajadora de la línea de producción con 13 años de antigüedad y una de las cuatro personas en que sus compañeros depositaron la confianza para negociar con la empresa en el Ministerio de Trabajo.
La planta de Bagley, en el barrio de Barracas, llegó a emplear a casi cinco mil obreros hasta el conflicto gremial del ‘86, cuando se perdieron mil ochocientos puestos de trabajo por una reestructuración empresaria. En el ‘94, ya con la compañía Danone al frente de la firma, comenzó una interminable serie de retiros voluntarios, “despidos encubiertos” para los trabajadores, que redujo la planta laboral a una expresión mínima y dejó de fabricar café, dulce de leche y chocolates. A pesar de que la asociación con Arcor pretendía una mayor expansión de sus productos en el mercado.
“El gremio nos traicionó, con Daer a la cabeza. Los delegados de la lista Verde, que responde a la conducción sindical, empujaban a los trabajadores a llegar a un arreglo involuntario con la empresa, que no quería pagar la doble indemnización por despido y apenas ofrecía la mitad que nos corresponde por un indemnización normal”, relató Máximo Villanueva, otro de los representantes de los despedidos. “Hace unas semanas –continuó Villanueva– los delegados arreglaron, se fueron y nos quedamos sin representantes gremiales. Encima hoy (por ayer), cuando llamamos al sindicato, a las nueve de la mañana, nos dijeron que no había nadie.”
En medio de adhesiones de delegados de otras empresas de la alimentación, grupos piqueteros, partidos de izquierda, movimientos sociales y estudiantiles, los trabajadores decidieron pelear por sus fuentes detrabajo. Esa será la propuesta que defenderán hoy a las cuatro de la tarde ante empresarios y sindicalistas en la cartera laboral.
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