EL PAíS
› LOS FERNANDEZ EN ESPAÑA, DE EXPLICACION OFICIAL
El FMI es “incompetente” y el desafío es desendeudarse
En Madrid, Cristina Fernández y Alberto Fernández prometieron que no habrá nueva oferta a los bonistas, cargaron contra el Fondo y dijeron que la Argentina tiene que salir del círculo de la deuda externa. La senadora se cruzó dos veces con Felipe, una más suavemente por las empresas españolas y otra por el papel del FMI.
› Por Martín Granovsky
La sensación de alivio pertenece a un miembro de la comitiva argentina y fue pronunciada después de la reunión con directivos españoles, ayer por la mañana en Madrid, y fue relatada a Página/12 por un testigo: “Pasamos de aquellos empresarios que ladraban a estos que discuten cómo sumarse a nuevos proyectos”. Fue la principal conclusión política oficial de un día que marcó el debut en España de una palabra difícil y larga pero destinada a perdurar: “desendeudamiento”. Se trata de la operación para despegar a la Argentina del Fondo Monetario Internacional.
La senadora Cristina Fernández de Kirchner y el jefe de Gabinete Alberto Fernández dedicaron su primer día de contactos empresarios. En el caso de la senadora, empresario-políticos, que ésa es la mezcla que define ahora al ex primer ministro Felipe González, sentado con ella en un panel.
La referencia a los viejos ladridos aludía a la reunión mantenida por Kirchner el año pasado con empresarios españoles. El Presidente criticó la connivencia entre ellos y el régimen de Carlos Menem, y José María Cuevas, el eterno presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresarias, se le quejó. “Nos ha puesto usted a parir”, dijo entonces.
Tal como informó en exclusiva este diario el domingo, el motivo del viaje no fue la exposición de un plan específico sobre el desendeudamiento ni la búsqueda de un puente hacia Rodrigo Rato sino la consagración del vínculo entre Buenos Aires y Madrid.
“Tenemos una relación de privilegio con España desde que asumió (como presidente del gobierno) José Luis Rodríguez Zapatero”, dijo un funcionario del Gobierno. “Por eso es un país clave. Y, para nosotros, es la llave hacia Europa.”
–Cristina Fernández y Alberto Fernández no llevaron un plan escrito, pero nunca viajaron juntos a otro país en representación del Presidente. ¿Qué significa?
–Una señal, sin duda. Que España conozca antes que otros países nuestra idea sobre la deuda es una señal fuerte. Y quisimos darla con el viaje de Cristina y Alberto Fernández, del que hablaron Kirchner y Zapatero en la cumbre iberoamericana de Costa Rica.
Los funcionarios argentinos insistieron en que se trata de la difusión de un proyecto que todavía no tomó forma, más bien de una intención de política económica. Dijeron que la cuestión no obsesionó a los empresarios españoles que asistieron a las actividades públicas y desayunaron o almorzaron con los argentinos, a quienes acompañaba el embajador Carlos Bettini.
Algunos de los participantes fueron los ejecutivos de Edenor, Aguas de Barcelona, Repsol, Metrogás, Asturiana de Zinc (con intereses mineros en Tucumán), el Banco Bilbao Viscaya Argentaria y Endesa. Alberto Fernández tuvo un encuentro aparte, en el desayuno, con César Alierta, de Telefónica, que le contó el proceso de integración con Movicom y los planes para difundir el cablemodem.
Según los argentinos, no hubo un planteo colectivo de que el Gobierno permita un aumento de tarifas de servicios públicos. El único que levantó el tema en detalle fue el representante de OHL, la operadora de la autopista en la 205, que llega a Cañuelas.
En el almuerzo, Fernández Alberto explicó la política y la economía de la Argentina con estos argumentos:
- “Si sólo se discute el aumento de tarifas habrá un riesgo inflacionario en perjuicio de los asalariados”.
- “La ley de regulación de servicios públicos se está empezando a analizar en el Congreso. Dará seguridad jurídica. No hay mejor marco de seguridad que una ley, una situación infinitamente mejor que la perspectiva de que un empresario esté bajo el arbitrio, solamente, de un funcionario regulador”.
- “La Argentina supo terminar con la borrachera inflacionaria. Ahora tiene que terminar con la borrachera del endeudamiento externo. Hay que discutir cómo pagar, y cómo hacer para no contraer deuda nuevamente”.
- “En los últimos dos años y medio la Argentina bajó su exposición ante los organismos en nueve mil millones de dólares”.
- “La Argentina sólo anuncia que tiene intenciones de hacer lo que ya viene haciendo”.
- “El Gobierno confía en poder terminar esta etapa en enero, luego de que fuese demorado por alternativas que normalmente ocurren en este tipo de procesos”.
- “La oferta a los bonistas es inamovible”.
- “La Argentina insiste en su posición de comprometerse a cosas que no puede cumplir”.
El almuerzo fue moderado por Guillermo de la Dehesa, economista experto en globalización y miembro del directorio de sociedades financieras y de servicios. De la Dehesa integró la administración del Partido Socialista Obrero Español durante González. Como ministro de Hacienda, también formó parte de ese gobierno otro de los comensales de ayer, Carlos Solchaga, hoy a la vez ligado por línea privada a Telefónica y por línea pública al actual ministro de Hacienda de Rodríguez Zapatero, Pedro Solbes.
Los dos tienen una antigua relación con la Argentina, primero en tiempos de Raúl Alfonsín, después durante la primavera de negocios españoles con Carlos Menem y al final con Fernando de la Rúa, cuando el presidente de la Alianza visitaba España prometiendo recorte fiscal a unos anfitriones que esperaban, en cambio, aumento del consumo para reactivar la economía mientras se preguntaban cuánto aguantaría el país sin devaluar.
El papel de las firmas españoles figuró en el panel que compartieron Felipe y Cristina Kirchner.
“Queremos que a la Argentina le vaya bien porque, ¿qué van a vender si no, si son empresas de servicios?”, se preguntó González.
“Y qué se van a llevar, si no venden”, completó la senadora, antes de decir que para la Argentina “la relación con España es de intereses y de sentido común”.
No fue el único cruce con González. Hubo otro, más nítido, sobre el Fondo Monetario.
Cristina Kirchner repitió el mismo argumento de su marido en la última asamblea general de las Naciones Unidas. “Es necesaria una reformulación de los organismos que se han manifestado impotentes para frenar el unilateralismo, como la ONU, y quienes se manifestaron incompetentes en materia económica como el Fondo”, dijo. Como ejemplo del presunto fracaso nombró la guerra en Irak y la economía argentina.
“El Fondo comete errores y no funciona bien, pero si no existiera no habría quien depositara fondos”, replicó Felipe. “A veces solemos decir ‘menos mal que existe el Fondo’ porque si no, ¿a quién le echaríamos la culpa?”
Para Cristina Kirchner, también pueden ser culpables “los funcionarios que aplicaron las políticas del FMI”. Dijo también: “¡Pero vamos...! La política del Fondo la maneja el Grupo de los Siete, en especial los Estados Unidos.” Luego, en una aparente alusión a Transparency International, dijo que se investiga a los países “corruptos, pero no se avanza en las naciones que corrompen”.
La esperanza de los argentinos es que Rodríguez Zapatero muestre una alineación menor con el FMI que González. Podrán probarlo mañana, en una reunión ya programada, antes de otra que tendrán con el rey Juan Carlos.
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