EL PAíS
› LOS EMPLEADOS DEL CONGRESO PARALIZARON LAS SESIONES
Negociación a la medianoche
Por A. M.
Los recintos de diputados y senadores fueron copados ayer por los empleados del Congreso, en reclamo de un aumento salarial. La inédita medida gremial, a la que adhirió incluso el cuerpo de taquígrafos, interrumpió el maratón legislativo de fin de año, y sólo pudo ser votada ayer la ley de unificación de las elecciones y la de residuos peligrosos. Al cierre de esta edición, los empleados decidieron levantar el paro, luego de llegar a un acuerdo con las autoridades de Diputados y Senadores, que se comprometieron a otorgar una suma de 100 pesos no remunerativos a partir del 1º de enero.
Los bombos, cánticos y estruendos comenzaron a escucharse a mediodía en el Salón de los Pasos Perdidos. Un grupo de manifestantes intentó entrar a la Cámara de Diputados, y en medio del forcejeo se rompió una puerta. Mientras algunos legisladores proponían sanciones, el presidente del cuerpo, Eduardo Camaño, decidió no desalojar por la fuerza el recinto y esperó hasta que los empleados lo abandonaran por sus propios medios. Al cabo de una hora, la sesión se inició con 162 diputados e inmediatamente Camaño ordenó votar la ley de unificación de elecciones.
Hace cuatro años, diputados y senadores deliberaron en medio de una huelga del personal parlamentario. Pero ayer, con el correr de las horas, fue imposible llevar adelante las sesiones previstas en ambas Cámaras. Durante toda la jornada los empleados se hicieron sentir en los salones y los pasillos del Palacio, mientras los dirigentes negociaban con las autoridades de las Cámaras, Camaño y Daniel Scioli.
El secretario de organización de ATE, Franco Granata, explicó a Página/12 que en septiembre, en la primera reunión paritaria, consiguieron destrabar el congelamiento salarial que llevaba 12 años. Esto implicó que cobraron 100 pesos no remunerativos en octubre, y lo mismo en noviembre y diciembre. Ese mes se conformó una comisión negociadora para seguir cobrando los aumentos no remunerativos en enero y febrero. “Esta fue la asamblea más grande en la historia del Congreso, impedimos sesionar en ambas Cámaras pero no lo quisimos sino que nos llevó a esto el empecinamiento de las autoridades”, dijo Granata.
A última hora de ayer, la oferta era de 150 pesos para destrabar el conflicto y discutir paritarias en marzo. Pero los empleados se negaban a desalojar la Cámara alta por temor al incumplimiento del acuerdo por parte de las autoridades. E incluso manifestaron temer que el Congreso amanezca rodeado de efectivos policiales.
Pero tras arduas negociaciones, los empleados administrativos –que reclamaban un aumento de 200 pesos– aceptaron el ofrecimiento de 100 pesos que realizaron las autoridades parlamentarias junto con los negociadores del Ministerio de Trabajo, tras lo cual se comprometieron a desalojar el edificio que mantenían ocupado desde el mediodía de ayer.