Sáb 08.01.2005

EL PAíS  › GUERRA DE BAJA INTENSIDAD EN EL PJ BONAERENSE

Solá y el veto de la discordia

Duhaldistas y felipistas se preparan para la interna. Ayer se fue el asesor general de la gobernación, Gastón Guarracino, un hombre del ex presidente. Los planes para vetar el presupuesto.

› Por Martín Piqué

Después de unas semanas de enfrentamientos públicos, el duhaldismo y el felipismo se llamaron a silencio. Ambos sectores optaron por el bajo perfil tras la aprobación del presupuesto que le quitó facultades al gobernador Felipe Solá. La tragedia de República Cromañón, con los familiares golpeando puertas en reclamo de justicia, no hizo más que reforzar esa postura. Sin embargo, detrás del respeto por el dolor ajeno, en el PJ bonaerense siguen preparándose para el 2005. El escenario clave será la interna partidaria y en qué condiciones –si será abierta o cerrada– se realice. Hasta entonces, lo que sigue será una guerra de baja intensidad, como demuestra el alejamiento de La Plata del asesor general del gobierno, Gastón Guarracino, un duhaldista. Igualmente, la pelea tendrá sus picos de tensión: de vacaciones en Cariló, el ministro de Economía bonaerense, Gerardo Otero, anticipó que la semana próxima Solá vetará el presupuesto aprobado por la Legislatura.
Incorregibles (diría Borges), los peronistas de la provincia están alistando sus tropas para la interna. Por ahora con mucha discreción. Y con la parsimonia típica del verano, una etapa del año que los encuentra casi siempre cerca del mar. Eso no impide que estén preparando sus movimientos. El felipismo, donde se ordenó un sugestivo silencio que están cumpliendo hasta los funcionarios más locuaces, se reunirá el martes próximo en La Plata. En esa reunión se terminará de definir el veto al presupuesto que dejó a Solá sin las atribuciones para reasignar partidas. “Para rechazar el veto el duhaldismo necesita los dos tercios y en diputados no los tienen”, aseguró a Página/12 un legislador enrolado en la corriente que encabeza el gobernador.
Si Solá veta finalmente el presupuesto, deberá enfrentar otra dura prueba en el territorio que mejor dominan sus adversarios: la Legislatura. Como la pelea será difícil, algunos felipistas no descartan que el gobernador se decida por un veto parcial o por otra estrategia legal. El problema es que los artículos que Solá necesitaba –que le atribuían la capacidad de reasignar partidas– fueron excluidos del texto aprobado por los legisladores. “No se puede vetar lo que no existe”, argumentaban los duhaldistas en aquella sesión. Jurídicamente, tienen razón. Y los felipistas lo saben. De allí viene la necesidad de encontrar un artilugio legal para contrarrestar la picardía duhaldista. En eso, se sabe (si no consúltese al abogado Jorge Landau) son expertos.
Pero la pelea mayor no será en la Legislatura sino en el territorio. En la interna, como corresponde a un partido con vocación de poder. Aquí la discusión es si hacer internas abiertas a todos los ciudadanos, con el padrón general y bajo la supervisión de la justicia nacional, u organizar una interna “cerrada” donde sólo voten los afiliados al PJ. El duhaldismo prefiere esta opción. Entre otros beneficios, permitiría que la convocatoria a las urnas quedara a cargo del presidente de la junta electoral del partido, el intendente de Tres de Febrero, Hugo Curto, ultraduhaldista. El felipismo, por el contrario, quiere competir en una interna “abierta” en la que puedan votar los independientes. Cerca de Solá piensan que así compensarían el peso del aparato duhaldista.
La ley electoral vigente determina que las internas deben ser abiertas, obligatorias y simultáneas. También establece que deben realizarse 90 días antes de las elecciones generales, que tienen la misma fecha para todo el país: el 23 de octubre de 2005. Si no hubiera ningún cambio, entonces, la interna debería ser a fines de julio. Pero no es tan fácil. El duhaldismo está pensando en modificar la ley electoral vigente para que cada partido pueda convocar a sus propias internas. Para eso necesitarían colaboración de otras bancas. En general, el radicalismo bonaerense siempre se ha mostrado dispuesto a ayudar a Duhalde. Habrá que ver qué pasa esta vez. Cerca de Solá amenazan con presentarse en la general, por fuera del PJ, si el duhaldismo limita la participación en la interna.

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