Lun 24.01.2005

EL PAíS  › CONTINUA HOY EL DIALOGO FELIPE SOLA-JOSE DIAZ BANCALARI

Llegó el momento de la mediación

El gobernador y el titular formal del PJ bonaerense se verán nuevamente hoy. Las posiciones y lo que podría ocurrir.

› Por Sergio Moreno

El gobernador bonaerense Felipe Solá y el presidente del peronismo distrital y a la vez titular de la bancada de diputados nacionales del PJ, José María Díaz Bancalari, volverán a encontrarse hoy para seguir conversando cómo salir del pantano que convirtió a la provincia, la pelea entre el mandatario y el duhaldismo. “Yo voy a designar un mediador”, pensaba Solá momentos antes de subirse al avión de la comitiva presidencial, en París, el sábado por la noche. “A mí no me dijeron que debía aprobar el presupuesto”, contaron que dijo Díaz Bancalari, en ese mismo momento. La charla entre ambos, forzada en la capital francesa por Néstor Kirchner, fue un inicio. El Presidente se ha erigido, con sus gestos, en garante del diálogo. Para los bonaerenses será difícil acordar, pero también desairar al patagónico.
En su estadía parisina, Kirchner desplegó una fuerte gestualidad en este asunto. Caminó y se fotografió con ambos protagonistas de la interna bonaerense, habló con los dos, juntos y separados, les pidió de varias maneras que se sienten a conversar hasta que, al ver que se terminaba la visita y no lo habían hecho, los volvió a sentar en una mesita del lobby del histórico y bello Hotel Meurice, donde paraba la delegación argentina.
Los fotógrafos congelaron el momento. Tras una introducción más o menos prolongada, Kirchner los dejó solos. Solá y Díaz Bancalari conversaron durante media hora más, hasta que los integrantes del ceremonial argentino informaron que había que partir hacia el aeropuerto de Orly, donde esperaba el Jumbo 747-200 de Aerolíneas Argentinas que utilizó la comitiva para realizar ese viaje.
Kirchner expresó sus deseos claramente: no interfiere en la interna, pero no quiere que corra riesgo la institucionalidad de la provincia ni que se vea afectada la gobernabilidad del distrito. Solá entiende que eso se consigue si los legisladores votan las leyes que envía el Ejecutivo provincial, entre ellas el presupuesto primigenio, mochado por una alianza entre duhaldistas y radicales, el cual volverá a ingresar en la Legislatura la semana que viene. Díaz Bancalari sostiene que la institucionalidad provincial no está en riesgo, y que el gobernador puede gestionar prorrogando el presupuesto 2004 y con la nada desdeñable masa de impuestos que ingresa a las arcas del erario provincial.
Pero la espita de la paciencia presidencial está cerrada en ese punto: Kirchner le dijo al diputado y presidente del peronismo bonaerense que quiere que aprueben el bendito presupuesto de Solá, quiere esa señal, según comentaron a Página/12 dos de los actores principales de este entuerto.
El convidado restante está en Venezuela y, después de terminar una gestión internacional, partirá unas semanas de vacaciones. Eduardo Duhalde no es un observador pasivo de estas evoluciones, está enterado por boca de Díaz Bancalari de los dimes y diretes parisinos tanto del Presidente cuanto del gobernador. El diputado informó vía telefónica a Caracas, casi en tiempo real, lo que estaba ocurriendo en París.

Número equivocado

–Marcá el número correcto– dijo Juan Garivoto, el presidente del bloque peronista de diputados provinciales, hace un mes.
–Yo marqué el número correcto, necesito que aprueben el presupuesto– replicó Felipe Solá.
–Mirá, si marcás el número correcto, el presupuesto sale en un segundo –chuceó Garivoto.
–El único número que tengo que marcar es éste y vos sabés lo que quiero –retrucó el gobernador. Después, cortó la comunicación.
El diálogo que precede estas líneas se produjo un mes atrás, cuando Solá intentaba convencer a los diputados duhaldistas de que votasen la ley de la discordia. Después pasó lo conocido: la ley fue aprobada con modificaciones que imponían una suerte de co-gobierno con las cámaras legislativas. En la provincia de Buenos Aires esto le implicaba a Solá una negociación permanente con el duhaldismo, que le quiere cobrar caro el lanzamiento de su línea interna y su adhesión a la inminente candidatura a senadora nacional por el distrito de Cristina Fernández de Kirchner.
Uno de los senadores más importantes reflexionó ante este diario: “Duhalde se está equivocando. Se está cerrando en un partido anquilosado que, por más que gane elecciones, cada vez lo hace con menos votos. Cuando aparezca alguien de afuera, se queda con todo. Ese alguien bien puede ser Cristina (CFK). Ahí se enfrentaría a una derrota segura que, si no se deja llevar por los consejos de los interesados, debería evitar”.
Hoy, cuando Solá vuelva a verse –tal vez por última vez cara a cara– con Díaz Bancalari, irá con la confianza que le da saberse mucho más fortalecido que cuando comenzó la lidia. El claro respaldo presidencial –desde la invitación a viajar a París el día siguiente de haber vetado el presupuesto, hasta las gestiones para que el duhaldismo le dé la ley que él quiere– es un argumento de alto poder disuasivo.
Díaz Bancalari, por su parte, se enfrenta a una tarea no menor: conseguir, como presidente del PJ de la comarca, que sus diputados y senadores provinciales desanden un camino que recorrieron con el cuchillo entre los dientes. Para eso, debe moverse con el aplomo de un funámbulo sobre el alambre, y lograr que Duhalde calme sus iras para con el gobernador. Si el diputado consigue ese prodigio, su sitial en el peronismo bonaerense obtendrá otra densidad.
Pero todo esto está por verse.

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