EL PAíS
Piqueteros y familiares de Kosteki y Santillán escracharon a Alvarez
A 31 meses de la masacre de Avellaneda, las miradas se posaron en el nuevo secretario de Seguridad porteño. La manifestación se hizo en dos tandas. Por un lado el MTD Aníbal Verón y la CCC, y por el otro los familiares de las víctimas y otras organizaciones sociales.
› Por Laura Vales
Un manifestante se puso una careta de Eduardo Duhalde, otro la de Carlos Ruckauf, un tercero representó a Juan José Alvarez, el escrachado del día. Para dar un toque realista a este disfraz, el chico había cuidado algunos detalles. Había cubierto su torso desnudo con un saco. Y llevaba en las manos cartuchos rojos como los usados por la policía cuando mataron a Darío Santillán y Maximiliano Kosteki. Así personificado, el trío Alvarez-Duhalde-Ruckauf caminó por la avenida de Mayo seguido por los chiflidos de una columna de desocupados, en una protesta que pidió la renuncia del secretario de Seguridad porteño.
El escrache a Juan José Alvarez fue la actividad principal de la jornada de lucha por los 31 meses de la masacre de Avellaneda. “Sobre él pesan nuestros muertos. No puede ofrecer ninguna seguridad, porque el que mata no protege”, señaló el padre de Darío Santillán, Alberto, al recordar que el funcionario tuvo bajo su mando, el día de la represión en Avellaneda, el operativo coordinado de las fuerzas de seguridad.
La manifestación expresó fuertes críticas a la gestión de Kirchner y de Ibarra, pero se desarrolló sin desbordes. La sede del gobierno de la Ciudad y la Casa Rosada habían sido valladas de punta a punta. Detrás de las rejas se desplegó personal de Infantería. A un costado, hicieron guardia dos camiones hidrantes y cinco celulares. El tránsito fue interrumpido, pero los comerciantes de la zona, acostumbrados al paso de los reclamos, mantuvieron sus negocios con las puertas abiertas.
La manifestación se hizo en dos tandas. Divididos por la interna, los dos sectores piqueteros que pasaron frente al despacho de Aníbal Ibarra compartían sin embargo la misma mirada sobre Alvarez. Consideran que la represión del 26 de junio del 2002, cuando Alvarez era secretario de Seguridad de Duhalde, buscó frenar la ascendente ola de protestas contra el modelo económico.
En ese sentido, los dirigentes piqueteros descreen de la versión que dice que la masacre ocurrió porque el comisario Alfredo Fanchiotti se puso loco: recuerdan que en el puente hubo, además de los dos muertos, cuarenta heridos con balas de plomo. “Alvarez tuvo bajo su mando el operativo de coordinación de las fuerzas de seguridad y fue uno de los primeros en intentar encubrir los asesinatos acudiendo a la hipótesis del ‘enfrentamiento entre piqueteros’”, dijeron en un documento leído al término del acto.
También reclamaron que sean citados a declarar por la Justicia Duhalde y ex integrantes de su gabinete, como Alfredo Atanasof, Carlos Soria, Oscar Rodríguez, quien era segundo en la SIDE, y el ex ministro de Seguridad bonaerense Luis Genoud.
Participaron del escrache, en la primera tanda, el MTD Aníbal Verón que lidera Juan Cruz Daffunchio y la Corriente Clasista y Combativa. Con una columna muy numerosa, que cubrió más de tres cuadras sobre la avenida de Mayo, los desocupados pasaron por la jefatura de Gobierno y se dirigieron luego a la secretaría nacional de Derechos Humanos. En la segunda tanda estuvieron los familiares de las víctimas, Leo Santillán (hermano de Darío), Vanina Kosteki (hermana de Maximiliano), acompañados por el Frente Darío Santillán y las organizaciones que integran la Asamblea Nacional de Trabajadores, quienes redactaron el documento mencionado. En él los manifestantes consideraron la designación de Alvarez como “una expresión del pacto entre Kirchner y Duhalde”. Criticaron asimismo el nombramiento como subsecretario de Seguridad de Daniel Gorgal, “quien ha dirigido el área de Justicia y Seguridad del Grupo Sophia”, fundación vinculada con Mauricio Macri.