La inflación de enero fue del 1,5 por ciento en relación con el mes anterior y del 7,2 por ciento en el último año, informó el Indec. El dato, que fue adelantado por Página/12 la semana pasada, representa el salto más importante desde agosto de 2002, cuando el dólar estaba cerca de los cuatro pesos y la economía mostraba los primeros atisbos del fin de la recesión. Desde el Ministerio de Economía se apresuraron a negar que se trate de un fenómeno “estructural”. Antes bien, se trata del producto de alzas estacionales, especialmente del fuerte aumento en los rubros turismo, medicina prepaga, taxis y cigarrillos. En cualquier caso, el salto es importante.
Cuando se analiza la evolución de los precios al consumidor por rubros se observa que, efectivamente, los aumentos fueron puntuales. De acuerdo con los datos del IPC difundidos ayer por el Indec, el agregado que más aumentó fue esparcimiento, que lo hizo el 5,8 por ciento en el mes. El impulso fue dado por el rubro turismo, que subió un 14,3 por ciento y, dentro de él, la Hotelería turística, que se incrementó un 53,4 por ciento. Es evidente que se trata de un fenómeno netamente estacional, pero también es cierto que se trata de un aumento superior al de enero pasado.
También es cierto que existe una demanda que convalida estos precios. Manuel Sánchez Gómez, de la consultora MVA Macroeconomía, recuerda que un año atrás, entre diciembre de 2003 y enero de 2004, los precios del turismo crecieron el 21 por ciento, pero en febrero y marzo cayeron el 12 por ciento. De igual manera prevé que bajarán en los próximos dos meses, pero el saldo continuará siendo positivo.
Los restantes rubros con fuerte aumento fueron la Atención Médica y Gastos para la Salud, que creció un 2,1 por ciento y Otros bienes y servicios, que lo hizo 3,3 por ciento. En el primero de los casos se debió al aumento de la medicina prepaga, los Servicios para la salud subieron el 4 por ciento, y en el segundo al aumento de Cigarrillos y accesorios, que subieron el 7,2 por ciento. Se trata de ejemplos de precios regulados, cuyos aumentos estaban previstos, pero que también son puntuales. Esto es, se producen de una sola vez cada determinado lapso, por lo que no estarán presentes en los próximos meses. Otros casos de aumentos de precios regulados fueron los de los taxis de la ciudad de Buenos Aires y el Gas Natural Comprimido.
Pero más allá de estos comportamientos, que permiten augurar una inflación menor para los próximos meses, también existe un cambio de tendencia cada vez más perceptible. Si se considera el total de los 65 rubros del IPC, en los últimos dos meses 54 experimentaron alzas y solo 11 bajaron. A modo de comparación, a mediados de 2004 las subas y bajas se encontraban equilibradas.
En rigor, el dato del 1,5 por ciento ya figuraba en el informe de inflación del Banco Central para el primer trimestre, una proyección relativamente inconsistente con la pauta trimestral del 2 por ciento, pues presupone inflación mínima para los próximos dos meses.