Sáb 05.02.2005

EL PAíS  › EN NEUQUEN, KIRCHNER COMPARTIO EL PALCO CON SOBISCH

Diferencias a flor de piel

El Presidente y el gobernador neuquino no se privaron de hacer explícitas sus divergencias. Sobisch reivindicó la década menemista y Kirchner la criticó. “Seremos rivales en el 2007”, deslizó el anfitrión.

Como buen anfitrión, Jorge Sobisch trató de mostrarse amistoso. Con la voz cansada pero sonriendo, aseguró que las diferencias políticas que puedan existir con el gobierno nacional “no lesionan la amistad que nos une, ni nuestros intereses comunes”. Después destacó los “logros” de su gestión al frente del Ejecutivo provincial. “Tenemos que trabajar todos juntos –dijo– y desearía para la Argentina muchas de las cosas que hoy pasan aquí.” Sentado detrás suyo, a pocos metros, Néstor Kirchner escuchó cada palabra, hasta que Sobisch le cedió el micrófono. Desde su primera frase, el mandatario terminó con las incógnitas sobre cómo iba a desarrollarse su primera visita a este territorio en manos de un opositor declarado. “Yo vengo a hablar sin hipocresías”, disparó e hizo una pausa. “Sabemos lo que pasó en la década del ’90: nos tocó una Argentina al borde del precipicio, a la que nos llevaron aquellos que ahora hablan como si los argentinos no tuviéramos memoria.” Sobisch bajó la vista y vació de un sorbo el vaso de agua que tenía a mano para aplacar el calor que le invadió el cuerpo.
A esta altura, no resulta llamativo que Kirchner aproveche sus viajes al interior para cargar contra la dirigencia política de la década pasada. Pero su visita a Neuquén, la primera que realiza desde que llegó al gobierno, tuvo la particularidad de que su gobernador es un viejo aliado de Carlos Menem que aspira a la Presidencia.
El Presidente llegó temprano al aeropuerto de Chapelco y recorrió en un ómnibus privado los 23 kilómetros que separan esa localidad de San Martín de los Andes, que ayer festejó los 107 años desde su fundación. Además de valles esculpidos por glaciares y bosques de araucarias, a los costados de la ruta provincial 41 se apreciaban cientos de cabañas a estrenar, que forman parte del boom inmobiliario que se disparó en la zona tras la devaluación.
A cielo despejado, la comitiva presidencial llegó a la plaza central de San Martín de los Andes donde se respiraba un clima de campaña electoral. Todas las expectativas estaban puestas en el trato que se dispensarían Kirchner y Sobisch.
El primero en hablar fue el intendente local, Jorge Carro, un kir-
chnerista cercano al secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, quien participó de la visita al igual que los ministros de Planificación Federal, Julio De Vido; de Desarrollo Social, Alicia Kirchner, y del Interior, Aníbal Fernández.
Luego fue el turno de Sobisch, quien supo explotar su localía: nutridas columnas de militantes del Movimiento Popular Neuquino lo ovacionaron. El mandatario provincial desplegó palabras de agradecimiento a Kirchner por su visita y sobre todo por los 200 millones de pesos en obras públicas y los 330 millones para salud, desarrollo social y educación que anunció durante el acto. Al mismo tiempo aseguró que “a pesar de las diferencias” con el Gobierno “hay que buscar un punto de equilibrio, en el que cada uno pueda defender sus ideas: bienvenidos los disensos”. “Necesitamos un Estado que acompañe el crecimiento económico, como estamos haciendo en la provincia”, recomendó luego.
El comentario no fue bien recibido por Kirchner. “Es verdad que tenemos que construir una fuerte unidad nacional; es verdad que hay que poner todo el esfuerzo para dar las batallas que hacen falta. Pero los argentinos tenemos que terminar con la doble moral de decir una cosa y hacer otra”, dijo, y esta vez los aplausos llegaron desde el sector dominado por Barrios de Pie y las agrupaciones kirchneristas de la zona. “Señor gobernador, hace bien en pelear por sus ideas: si usted cree en sus ideas, si cree en lo que cree, luche por las suyas, pero sepa que hay un pingüino en la Casa Rosada que cree mucho en las que tiene y va a luchar fuertemente por esas ideas”, dijo Kirchner para marcar la cancha.
“Y bueno, seremos rivales en el 2007”, deslizó Sobisch al finalizar el acto.

Informe: Alfredo Ves Losada.

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