EL PAíS
› CARMEN ARGIBAY HABLO SOBRE LA REFORMA PENAL Y EL ABORTO
Contra la prisión preventiva
“La superpoblación carcelaria se resuelve sin prisión preventiva. No deberíamos tener presos procesados. Es un abuso y está en contra del principio de inocencia consagrado en la Constitución Nacional”, expresó ayer la ministra de la Corte Suprema, Carmen Argibay, durante el seminario “Justicia Penal Internacional y Derechos Humanos” que se desarrolla en Santa Fe, provincia en la que el mes pasado se produjo un motín en la cárcel de Coronda que terminó con la muerte de catorce presos.
Aprovechando el marco de estos hechos, Argibay reafirmó la decisión de la Corte, que el martes exhortó a la provincia de Buenos Aires a flexibilizar el régimen de excarcelación. La medida podría significar la liberación de unos 2500 presidiarios. La magistrada arremetió contra la situación penitenciaria actual, a la que calificó como “un atentado contra los derechos humanos de los presos”, y contra la prisión preventiva.
“Para tener menos personas en las cárceles es necesario que aquellos que están siendo procesados no estén allí. No deberíamos tener presos procesados; es un abuso y está en contra del principio de inocencia consagrado en la Constitución Nacional. Nuestros principios constitucionales enuncian que los presos deben estar según ciertas condiciones que, evidentemente, no se cumplen”, evaluó.
Por otro lado, volvió sobre la polémica en torno del aborto y reiteró su postura a favor de la despenalización, para que sea contemplada en casos de mujeres que lo deseen “por algún motivo que parezca lo suficientemente serio”. De esta forma, la magistrada reafirmó su posición por la que fue altamente cuestionada cuando el Ejecutivo la mencionó como candidata para integrar la Corte. El tema además fue el eje de la polémica entre el ministro de Salud, Ginés González García, y el ex obispo castrense Antonio Baseotto. Si bien Argibay evitó hacer cualquier alusión a la discusión mantenida entre el Gobierno y la Iglesia, criticó duramente las posturas que no toman en cuenta la libertad de la que deben gozar las mujeres e incluso extendió el tema haciendo hincapié en la sociedad por “no acordarse qué pasa después con los niños que nacen”.
“Yo no estoy en contra de la vida, pero si hay alguna mujer que quiere abortar por algún motivo que parezca lo suficientemente serio, tiene que poder hacerlo en condiciones de seguridad en las que no arriesgue su vida”, concluyó.