EL PAíS
› UN REPRESOR VIOLO LAS CONDICIONES DE SU DETENCION
De la fiestita a la huelga
Juan Amelong organizó el cumpleaños de su hijo en el batallón en el que estaba preso. Lo cambiaron de sitio, pero se resiste.
Por José Maggi
Desde Rosario
Un militar detenido por haber cometido graves violaciones a los derechos humanos comenzó ayer una huelga de hambre en rechazo al traslado a un nuevo lugar de detención ordenado por el juez de la causa, quien lo reubicó por haber violado sus condiciones de detención. Se trata del teniente coronel Juan Daniel Amelong quien desde mayo del 2004 estaba preso en el Batallón de Comunicaciones 121, ubicado en el sur de Rosario, lugar que debió abandonar luego de que la agrupación HIJOS denunciara que había organizado la fiesta de cumpleaños de su hijo. Esto motivó que el juez federal Carlos Vera Barros hiciera un pedido de informes al máximo responsable del Segundo Cuerpo, que confirmó la denuncia. Desde el jueves por la noche Amelong –que utilizó durísimos términos hacia el presidente Néstor Kirchner en una carta difundida esta semana por Página/12 en su edición de Rosario– está alojado en el Batallón de Arsenales 603 de Fray Luis Beltrán, ubicado en el cordón industrial rosarino.
Amelong fue procesado en junio de 2004 por varios hechos de secuestros y desapariciones ocurridas en una predio militar: la Fábrica Militar de Armas Domingo Matheu, donde hoy funciona la Jefatura de Policía rosarina. El juez federal Omar Digerónimo lo responsabilizó por las desapariciones de Ariel Morandi, Susana Miranda e Hilda Cardozo y la privación ilegítima de la libertad de los sobrevivientes Ramón Verón, Juan Antonio Rivero, Adriana Arce y Olga Moyano. Un mes antes el mismo juez lo había procesado por una veintena de secuestros –seguidos de torturas– y desaparición en la Quinta de Funes.
Amelong estaba detenido junto a otro represor Eduardo “Tucu” Costanzo en el Batallón 121 de Comunicaciones, donde según denunció la agrupación HIJOS, “viven un régimen de detención permisivo que inclusive les concedería la posibilidad de realizar celebraciones familiares o utilizar la piscina ubicada en el lugar, abierta al público durante el verano”. Juan Basso, de HIJOS, dijo haber recibido la denuncia de una persona que habría participado en una fiesta donde se celebró el cumpleaños del hijo de Amelong. “Esta persona nos contó que el 20 de febrero pasado, el ex teniente fue el anfitrión de una fiesta que rompió la rutina castrense en el batallón. Ese domingo comenzaron a llegar allí varios niños de cuatro años, en su mayoría alumnos del exclusivo Colegio Inglés de Rosario, que iban a festejar el cumpleaños del hijo más pequeño de Amelong”, contó Basso.
Tras tomar conocimiento de esta irregularidad, Basso se comunicó vía telefónica con el secretario general del II Cuerpo del Ejército, Luis Eduardo Chizzini Melo, quien “sostuvo que la responsabilidad era del juez federal Carlos Vera Barros debido a que había sido él quien había ordenado el lugar de detención”, comentó Basso.
Luego de este episodio el magistrado federal pidió un informe a las autoridades de la unidad militar que dieron su versión sobre lo ocurrido: que la esposa de Amelong es socia del lugar por lo cual puede utilizar el quincho donde se organizó la fiesta y que su esposo estaba detenido en el Casino de Oficiales que está a escasos metros de allí.
Con el informe en sus manos, Vera Barros decidió el traslado de Amelong, quien ayer mismo había hecho pública su intención de resistirlo, con una carta en que tildaba de “montonero” al presidente Néstor Kirchner (ver aparte).
Anoche, desde el juzgado federal confirmaron a Página/12 la huelga de hambre del militar, por lo cual se les exigió a las autoridades militares que controlaran el estado de salud de Amelong, a quien periódicamente deberá visitar un médico.
El centro clandestino de detención Quinta de Funes estaba ubicado en diagonal San José y Ruta 9 de esa ciudad. Su existencia tomó estado público con la publicación del libro Recuerdo de la muerte, escrito por el periodista Miguel Bonasso, basado en el testimonio del ex diputado y detenido durante la dictadura Jaime Dri. Este fue el primero en revelar que los grupos de tareas del Ejército operaban una red de centros clandestinos de detención en las afueras de Rosario.
Los jerarcas militares alquilaron el predio en 1977 para el confinamiento de militantes montoneros secuestrados. Leopoldo Fortunato Galtieri, que comandó el II Cuerpo del Ejército entre octubre de 1976 y febrero de 1979, no sólo utilizó esta quinta como un centro clandestino sino que también planeó la infiltración de esa organización política. El plan, sin embargo, quedó trunco por una denuncia de Tulio Valenzuela en la ciudad de México y significó la evacuación de los detenidos, quienes pasaron a engrosar la lista de desaparecidos. Justamente Amelong o el “teniente Daniel” como se lo conocía, fue uno de los tres militares que viajaron con Valenzuela a México.