Las repercusiones del congreso del PJ bonaerense en Lanús no fueron auspiciosas para el duhaldismo. El ministro de Interior, Aníbal Fernández, admitió que la posibilidad de un acuerdo entre kirchneristas y duhaldistas para el armado de las listas de candidatos en el distrito más importante del país está “muy lejos” aunque aún “las puertas no están cerradas”, pero expresó que las autoridades partidarias de la provincia “se convirtieron en un tribunal disciplinador” que “poco satisface” al gobierno nacional. En tanto, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, calificó las amenazas de expulsión para quienes vayan por fuera del partido en las próximas elecciones legislativas, avaladas en el congreso duhaldista, como un síntoma de “formidable debilidad” e insistió con la candidatura de Cristina de Kirchner como senadora provincial. El propio Kirchner recurrió al humor para diferenciarse de los hombres del ex presidente.
A pesar de la “prudencia” que intentaron darle al congreso realizado el domingo en Lanús, los dirigentes duhaldistas no imaginaron que las amenazas que dispararon sobre el gobernador Felipe Solá y la clasificación que hicieron sobre la identidad partidaria entre “puros e impuros”, para diferenciarse de felipistas y kirchneristas, se volverían en contra de sus aspiraciones. El propio Néstor Kirchner les respondió con un toque de humor en un acto oficial por la entrega de becas a alumnos bonaerenses que presidía en Casa de Gobierno. “Me siento complacido por estar con intendentes de todos los signos políticos: hay radicales y hay peronistas puros e impuros... como yo”, dijo el Presidente dirigiendo una mirada cómplice con Solá que también estaba en el Salón Blanco.
Pero durante toda la jornada de ayer, las opiniones de los hombres del Gobierno no fueron tan indulgentes. “No creo que haya muchas posibilidades de un acuerdo en las condiciones en que se manejó la política en los últimos días. No quiero cerrar la puerta, pero me parece que cada vez están más lejos del acuerdo”, dijo el ministro de Interior sobre la pelea partidaria y sostuvo que todos los sectores del PJ provincial deben “integrarse a un acuerdo” porque “nadie es el dueño del partido”.
La referencia a la propiedad partidaria es una clara alusión a la decisión del congreso duhaldista de expulsar del PJ a quienes conformen listas por fuera de la estructura oficial del justicialismo que tiene como destinatario al Frente por la Victoria, desde donde felipistas y kirchneristas promueven la candidatura a senadora de la primera dama. “No es la forma de construcción de política la de una amenaza o una cosa por el estilo”, sentenció Fernández sobre la determinación adoptada por el duhaldismo en Lanús, a pesar que reconoció que a ese ámbito pertenecen “muchos” de sus “amigos y afectos”.
Alberto Fernández también se pronunció en el mismo sentido: afirmó que “si un partido tiene que amenazar a sus miembros con expulsarlos si llegan a desamorarse del partido, demuestra la formidable debilidad que tiene”. El jefe de ministros también volvió a pronunciarse a favor de la candidatura de Cristina. “Yo quisiera que Cristina Fernández de Kirchner sea la candidata por la provincia” porque es “la representación más genuina que tenemos en nuestro proyecto”, insistió.
El congreso duhaldista sumó así un nuevo capítulo a la intrincada disputa interna del PJ bonaerense, pero la saga tiene un final próximo e inamovible: el 1º de julio, cuando vence el plazo de presentación de listas en la provincia de Buenos Aires para las elecciones legislativas de octubre, aunque en el orden nacional el plazo se extienda por una semana más.