EL PAíS
› TENSION ENTRE LA CIUDAD Y EL GOBIERNO NACIONAL
“No analizamos la intervención”
Con esa frase el ministro del Interior aseguró que nadie en el Gobierno prevé una intervención federal a la ciudad. Los ibarristas desconfían y advierten sobre los peligros del “canibalismo político”.
› Por Santiago Rodríguez
“Ni el Poder Ejecutivo ni el Legislativo están trabajando en este tema.” Aunque el ministro del Interior, Aníbal Fernández, negó ayer de ese modo que desde el gobierno nacional se analice una posible intervención de la ciudad de Buenos Aires, Aníbal Ibarra advirtió que “lo que se ha desatado es claramente un canibalismo político”, porque “todo el mundo quiere ganar las elecciones”. Las declaraciones de ambos se inscriben en el marco de la pulseada que el jefe de Gobierno mantiene con los kirchneristas, quienes dejaron trascender que no lo tienen en cuenta en su armado político para las elecciones de octubre próximo. Si bien Ibarra no apuntó sus cañones contra la Casa Rosada, sus dichos cobran relevancia en ese contexto, así como también las críticas que le prodigaron desde el kirchnerismo porteño.
Fernández atribuyó la idea de intervenir la ciudad a los familiares de las víctimas de Cromañón. “Después de la tragedia que hemos vivido los argentinos de 193 muertes individuales, jóvenes y con mucho futuro por delante, hay una buena parte de los padres que plantean ese tema”, explicó el funcionario, pero aclaró que en las reuniones que mantiene con ellos “les he hecho conocer que el Gobierno no ha tenido una análisis de esas características”.
El ministro del Interior recordó que “la Constitución habla en dos casos puntuales de intervención: cuando se le da la atribución al Poder Ejecutivo porque el Congreso está en receso y cuando dice que es una atribución del Congreso, que lo decide ‘per se’ o aprueba aquella eventual intervención que haya llevado a cabo el Ejecutivo”. Afirmó después que “ninguno de los casos está en estudio en este momento”.
La versión de la posible intervención de la ciudad circula desde hace días. Los ibarristas sostienen que el rumor es parte de una campaña para desgastar a Ibarra, en la que incluyen también los trascendidos acerca de su eventual procesamiento en la causa Cromañón, y sospechan hasta de los mismos kirchneristas. El mismo jefe de Gabinete porteño deslizó días atrás que “debe haber distintas posiciones dentro del gobierno nacional” respecto de la continuidad de Ibarra, pero que “la discusión hay que encararla con seriedad y no poner de ninguna manera en vilo la institucionalidad de la ciudad”.
Aunque no cargó las tintas en el kirchnerismo, Ibarra declaró al diario español El País que en la ciudad “se ha desatado un canibalismo político” porque “todo el mundo quiere ganar unas elecciones” y repudió el hecho de que se pretenda un triunfo electoral “mediante la rentabilización de una tragedia”. Ya desde Madrid, adonde fue en busca de fondos para ampliar la red de subterráneos, el jefe de Gobierno porteño había hecho una declaración en tono de mensaje hacia los kirchneristas: “Dentro de poco se van a iniciar las conversaciones y vamos a llegar a un consenso para que haya una composición común de las listas, tanto de legisladores porteños como de diputados nacionales”. En el ambiente político todos entendieron cuál fue el propósito de esa frase del jefe de Gobierno: que en caso de que el kirchnerismo haya decidido soltarle la mano, lo diga públicamente.
Las declaraciones de uno y otro lado tienen como telón de fondo la reunión que el mismo Ibarra mantuvo el viernes pasado a la noche con el jefe de Gabinete nacional, Alberto Fernández, quien fue siempre su principal sostén en el kirchnerismo. En la Casa Rosada aseguran que Fernández le aclaró entonces a Ibarra que no hay planes oficiales de intervención, pero que le planteó que lo de Cromañón era un problema que debía resolver él solo. Contaron que también le sugirió que se esfuerce en la gestión y se despreocupe de las elecciones y de hacer modificaciones en su gabinete.
A juzgar por lo que empezaron a decir después de esa reunión, los ibarristas consideran que el kirchnerismo los abandonó a su suerte. Las críticas de Néstor Kirchner por el estado de las escuelas públicas y el silencio que guardó al ser consultado sobre la intención de Ibarra de compartir las listas en las próximas elecciones darían esaimpresión, como también la andanada que ayer descargó sobre el jefe de Gobierno el legislador kirchnerista porteño Helio Rebot: “Entiendo que tenga deseos de participar en la configuración de las listas pero que no se confunda, no le puede marcar la cancha al presidente Kirchner. Sería mejor que se dedique a solucionar el problema de los edificios escolares a los que se les caen los techos y, para colmo, están invadidos por las ratas”.