Jue 02.06.2005

EL PAíS

Los “Gordos”, más cerca de la fractura que de Moyano

Los representantes sindicales denominados “gordos” junto a Susana Rueda desconocen el liderazgo que el Gobierno depositó en Hugo Moyano. Por ese motivo no ocuparon sus sillas en el Consejo del Salario ni integran la misión sindical a la OIT.

› Por Diego Schurman

La ausencia de los denominados “gordos” sindicales en la reunión del Consejo del Salario se convirtió ayer en una señal inequívoca del destino de fractura de la CGT. El sector interno que tiene en la cosecretaria Susana Rueda su cara más visible definirá esta jornada si formalizará su retirada o si, en cambio, buscará recuperar desde adentro el poder de la central obrera que hoy concentra Hugo Moyano.
“En los hechos, hoy la CGT está separada porque no hay democracia interna, no se debate nada... ni siquiera hay reunión de consejo directivo. Moyano hace lo que quiere sin tener en cuenta al resto. ¿Cómo íbamos a ir al Consejo del Salario si ni siquiera nos reunimos para fijar una posición”, señaló Rueda a Página/12.
La mujer, que en los papeles comparte la conducción tripartita con Moyano y José Luis Lingeri, dice sentirse aislada. Y asegura que por extensión el gesto afecta a todo el sector que representa, que hoy se reunirá en el gremio de sanidad para evaluar los pasos a seguir.
Los “gordos” es el apodo de un grupo de dirigentes sindicales, en su mayoría de gremios de servicios, que han sabido demostrar la flexibilidad del término “peronista”, siempre con el propósito de amoldarse al poder. No han logrado en esta oportunidad empatía con Néstor Kirchner, quien evidentemente decidió priorizar su relación con Moyano.
Los más fieles representantes de este sector son, además de Rueda, su mentor Carlos West Ocampo (Sanidad), Oscar Lescano (Luz y Fuerza), Rodolfo Daer (alimentación), José Pedraza (Unión Ferroviaria), Armando Cavalieri (comercio) y Manuel Pardo (mecánicos). Estos dos últimos son lo que tenían reservada una butaca en el Consejo del Salario y no fueron.
El faltazo no es el primer síntoma del internismo que ganó a la CGT en estos días. Los “gordos” también decidieron bajarse del vuelo a Ginebra, donde en los próximos días se celebrará la reunión anual de la Organización Internacional del Trabajo.
Como parte de una política de seducción, tendiente a quedarse formalmente con el poder de la CGT en el recambio programado para julio, Moyano le ofreció a Cavalieri encabezar la comitiva. Pero el dirigente mercantil, que ostenta el cargo de secretario de Relaciones Internacionales en la central obrera, desistió.
Por eso la representación cegetista quedó íntegramente compuesta por moyanistas o dirigentes que intentan mostrarse prescindentes de la pelea.
En lugar de Cavalieri, tomó la batuta Gerardo Martínez. El líder del gremio de la construcción partió ayer rumbo a Suiza y para el fin de semana terminará de sumarse prácticamente una decena de colegas, entre ellos Andrés Rodríguez (Personal Civil de la Nación), Julio Piumato (judiciales), Horacio Ghilini (docentes privados).
Lo que a la luz de la mayoría de los mortales puede resultar un simple cambio de nombres, para los “gordos” fue una ostensible violación del estatuto cegetista. Es que el listado con la delegación gremial designada para el viaje a Ginebra no fue aprobado por los “gordos” sencillamente porque nunca pasó delante de sus ojos.
“Moyano no se subordina a las estrategia del conjunto y acá hay una conducción tripartita que tiene que respetar. En este caso puntual hay, además, un acto de discriminación grosero por parte del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, que acepta las nominaciones de un sector y es cómplice con Moyano al desconocernos”, señaló Rueda.
Es más, la sindicalista podría realizar hoy mismo una presentación por discriminación contra el funcionario. “Según el estatuto, para que el listado que se lleva al Ministerio de Trabajo tenga validez hace falta la firma del triunvirato y el secretario de Relaciones Internacionales de la CGT. Y ni yo ni Cavalieri lo firmamos”, dijo la mujer.
Consultados por este diario, voceros de la cartera laboral señalaron que “el ministerio no interviene en la interna de los sindicatos, pero tampocoquiere que se la tiren encima. La OIT le exige al ministerio la presentación de la delegación y éste, previa consulta de los sindicatos y con el acuerdo de ellos, se la eleva”.

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