“Ni el poder ni el partido son fines en sí mismos sino instrumentos para llevar adelante un proyecto con vocación mayoritaria y transformadora. El radicalismo no les pertenece”, aseguró Margarita Stolbizer ayer, a través de una larga y dolida carta en la que anunció su decisión de ceder a las presiones de su partido y resignar su candidatura a senadora en favor de Luis Brandoni. Stolbizer no encabezará la lista de diputados nacionales y sus voceros aseguraron a Página/12 que no va a romper con el partido, pero que se dedicará a construir una línea interna propia.
Lanzada el año pasado, la candidatura a senadora de Stolbizer comenzó a tambalear cuando, un mes atrás, Raúl Alfonsín logró convencer a Brandoni para ocupar ese lugar, con la idea de que la actual titular del Comité Provincia liderara la boleta de diputados. Sin embargo, ni Alfonsín ni el jefe político de Stolbizer, Federico Storani, lograron convencerla: ella insistía con su postulación a senadora.
Ayer, finalmente, Stolbizer anunció que estaba dispuesta a declinar la candidatura, pero que no aceptaba el ofrecimiento para liderar la boleta de diputados. “La respuesta a la construcción que nos permitía visualizar un radicalismo fuerte, competitivo y comprometido, ha sido volver a priorizar el mantenimiento de una lucha estéril de sectores en la que lo más importante es demostrar el ejercicio de un poder ficticio”, aseguró Stolbizer, en referencia a la tradición internista de la UCR y la eterna inferioridad respecto del peronismo.
En otro tramo de la carta, la diputada respondió a la solicitada de apoyo a Brandoni auspiciada por Alfonsín y Storani y firmada por intendentes, legisladores y dirigentes radicales. “Debería avergonzar a quienes han invertido en ella más de lo que ha costado la última campaña electoral, y mucho más de lo que el pueblo de la provincia puede tolerar”, escribió Stolbizer. Según explicaban ayer sus voceros, la idea no es abandonar el radicalismo, como se había especulado, sino construir una línea interna propia, alternativa a la CON de Storani.
Más allá de las explicaciones, la decisión de Stolbizer es consecuencia de una correlación desfavorable de fuerzas, expresada luego de que algunos intendentes importantes del storanismo –Daniel Katz, de Mar de Plata, Carlos Gorosito, de Saladillo, y Orlando Costa, de Bragado– anunciaran su respaldo a Brandoni. “Ella habla de proyectos, pero antes le había ofrecido la candidatura a diputado a Brandoni. No se entiende por qué si es bueno para diputado no es bueno para senador”, respondían cerca de Storani.
En cualquier caso, la carta de Stolbizer terminó de definir la oferta electoral del radicalismo bonaerense y puso en marcha su campaña para las elecciones de octubre, en las que Brandoni deberá enfrentar a Cristina Kirchner y, quizás, a Hilda “Chiche” Duhalde, aunque su desafío mayor es el duelo con un ex correligionario: Ricardo López Murphy, candidato por el frente de centroderecha, con quien Brandoni se juega sus posibilidades reales de ingresar al Senado.
No será sencillo. El protagonista de Una familia especial no contará, esta vez, con la tracción de los intendentes radicales, que podrán ayudar en la campaña pero que, al no elegirse cargos ejecutivos, no ponen en juego sus gestiones municipales. La boleta de diputados no lo ayuda: el storanismo piensa ubicar al tope de la lista a Pedro Azcoity, un diputado provincial que investigó la crisis del Banco Provincia pero que es un virtual desconocido, seguido por Daniel Salvador. De todos modos, Brandoni buscará recuperar terreno caminando una y otra vez el conurbano, el lugar más complicado para la UCR, con la esperanza de que su carisma televisivo le permita al viejo partido un resultado al menos decoroso.