Sáb 04.06.2005

EL PAíS  › EL MINISTRO DE JUSTICIA CONTESTO LAS CRITICAS DE BLUMBERG

Apoyo oficial para los supremos

Horacio Rosatti no mencionó a Zaffaroni y Argibay, a quienes Blumberg había criticado, pero defendió el proceso de selección de los miembros de la Corte, sus antecedentes y méritos. También dijo que coincidía con varias de las propuestas del padre de Axel.

El ministro de Justicia Horacio Rosatti fue ayer la voz oficial que respondió a las declaraciones que Juan Carlos Blumberg hizo el jueves en su marcha frente a Tribunales. “Las descalificaciones de tipo personal nunca han merecido un comentario y en cualquier caso las personas que se consideren afectadas deberían expresarse sobre el particular. Lo que puedo decir en relación con los ministros de la Corte designados por este gobierno es que nunca antes hubo un proceso de transparencia como lo hubo en este gobierno”, aseguró el funcionario ante una consulta periodística.
Rosatti no dio nombres pero Blumberg sí los había dado. El padre de Axel se había referido a los miembros de la Corte Raúl Zaffaroni y Carmen Argibay, a quienes vapuleó por –según dijo– “encarnar el abolicionismo del sistema penal”.
El ministro no mencionó explícitamente a los jueces pero sí defendió el modo en que llegaron al máximo tribunal, sus méritos y antecedentes. “En este gobierno cada ministro que accede a la Corte viene precedido de un proceso en el cual todos conocemos sus antecedentes y no solamente los conocemos porque están disponibles, están en Internet, sino que afortunadamente los conocemos quienes estamos en la comunidad jurídica, porque son quienes han hecho la doctrina, es decir, quienes han escrito en materia de derecho penal, derecho comercial, derecho civil, derechos reales.”
Rosatti hizo estas declaraciones en una conferencia de prensa realizada en el ministerio para comunicar la creación de diez nuevos juzgados comerciales para la Capital Federal. Pero el evento se convirtió en una evaluación sobre críticas de Blumberg hacia la Justicia. De hecho, el ministro señaló que compartía “muchas” de las “propuestas” que hizo el hombre y que éstas –como las que aludían el cumplimiento y ampliación de los horarios y la informatización del sistema judicial– debían ser resueltas en el ámbito del Poder Judicial y el Consejo de la Magistratura.
El jueves, antes de empezar su discurso, que también incluyó reproches al Gobierno, Blumberg le entregó al presidente de la Corte, Enrique Petracchi, una carta en la que reclamaba la implementación de una serie de medidas. Entre ellas, la elaboración de un índice de productividad de los jueces y la reválida periódica de los títulos de jueces, fiscales y defensores que incluya exámenes psicológicos.
“En términos generales creo que son propuestas constructivas y superadoras”, señaló Rosatti, aunque hizo una salvedad respecto de la posibilidad de revalidar los cargos de los funcionarios judiciales. “Si la medida supondría un acortamiento o fijación de un período de mandato de los jueces, habría que reformar la Constitución, que plantea la inamovilidad de los jueces mientras dure su buena conducta”, aseguró.
Durante la conferencia de prensa, el ministro reiteró la posición oficial respecto de las liberaciones de María Julia Alsogaray y Omar Chabán. Con el mismo espíritu con el que el Gobierno venía criticando estas medidas, pero con un tono mucho menos confrontativo, Rosatti manifestó que “la Argentina no tiene una posición unánime respecto del tema que habilita la excarcelación de una persona. Un sector de la comunidad está a favor de tomar la excarcelación como regla y la prisión preventiva como excepción, y otro sector no menos importante está propugnando la situación exactamente inversa. Yo tengo mi opinión y el Poder Ejecutivo lo ha expresado claramente. Respecto de la sensación que puede tener la gente, estamos en un momento en el que la sensación domina a los datos objetivos y está bien que sea así”.
Rosatti aprovechó el momento para volver a defender la posibilidad del Gobierno de manifestar reproches ante medidas judiciales, hecho que le valió al oficialismo el repudio de un sector importante del Poder Judicial, incluidos los jueces Zaffaroni y Argibay: “El Poder Ejecutivo emitió su opinión y le ha valido críticas, pero lo ha hecho en la inteligencia de que al expresar una disconformidad con un fallo o con una línea de doctrina judicial no estaba incidiendo sobre la independencia del Poder Judicial. Más que eso no podemos hacer, no vamos a hablar con ningún juez para que emita un fallo en un sentido o en el otro. No tenemos jueces adictos, no escribimos sus nombres en ninguna servilleta. Sí tenemos derecho, cuando una sentencia no nos gusta, a decir que no nos gusta, como tiene el derecho cualquier juez a decir no me gusta lo que dijo tal o cual funcionario”.

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