EL PAíS
› JORGE CEBALLOS, PIQUETERO, KIRCHNERISTA, DIRECTOR DE ACCION COMUNITARIA
“No vamos a ser funcionales a la derecha”
Dirige el Movimiento Barrios de Pie y es director de Acción Comunitaria en Acción Social. Criticado por izquierda y por derecha, asumió en la función pública en un área sensible para el clientelismo. “Queremos terminar con esa práctica, que muchos toman como algo natural”, asegura.
› Por Juan Sasturain
Jorge “Huevo” Ceballos es cordobés, abogado y vive en un barrio de La Matanza. Es militante de la corriente de izquierda Patria Libre y dirigente del movimiento Barrios de Pie, que apoya al gobierno de Néstor Kirchner. Su designación como director nacional de Acción Comunitaria en el Ministerio de Acción Social levantó las críticas de las agrupaciones piqueteras opositoras y también de sectores de derecha. “Nosotros apoyamos sin poner condiciones a este Gobierno –señala–, lo que no signifique que no tengamos diferencias y matices, pero las planteamos sin hacerle el juego a la derecha que ha sido afectada por este proyecto de cambio.”
–¿Cómo resumiría su experiencia de este año en gestión pública?
–Son varias las experiencias, ya que es la primera vez que accedemos a cargos en la función pública. Una de las más interesantes fue la aceptación que hubo en el ministerio entre secretarios, directores y trabajadores del Estado. Con franqueza, veníamos con algunos prejuicios y vimos en muchos trabajadores del Estado mucha apertura a trabajar de otra forma. Creo que en cierta medida, nuestra llegada abrió una cierta expectativa. Personas que venían trabajando en una especie de resignación y de rutina, en cuanto a que el Estado tenía su lógica imposible de cambiar, se abrieron en un sentido positivo...
–¿No chocaron con el famoso muro burocrático que impide hacer?
–En el Estado quedan resabios que no se adaptan a esta nueva realidad y al papel que debería jugar. El Estado irá cambiando en la medida que vaya cambiando el país. Hay una cierta burocracia en un Estado que ha sido pensado y utilizado para otras políticas. Lo importante es que hay una voluntad de cambio de estas estructuras. Yo valoro mucho la iniciativa de la ministra Alicia Kirchner para impulsar “promotores para el cambio”. Se trata de salir del clientelismo que minó al Estado durante tantos años de neoliberalismo, porque se trata de detectar a los actores más representativos de la comunidad, ya sea en instituciones, oficiales o no, para que funcionen como articuladores entre los barrios, la sociedad y el ministerio. Serán miles de promotores no rentados.
–Los grupos piqueteros opositores han sido muy críticos con usted por haber aceptado este cargo...
–Yo diría que en su mayoría fueron críticos, pero respetuosos. Salvo excepciones, ninguno cayó en el agravio y me parece lógico porque compartimos con ellos las calles. El 26 de junio se cumplirá otro aniversario de la muerte de Kosteki y Santillán en el Puente Pueyrredón, donde estuvimos nosotros también. Cuando se comparten esas experiencias, las opiniones tienen que tener un grado de sensatez. Más allá de que desde el punto de vista político las diferencias son insalvables.
–Otra crítica apuntaba al hecho de que un piquetero asumiera en la función pública...
–Ese fue un cuestionamiento que planteó la derecha. Parece normal que en el área de deportes se designe a un deportista, en cultura a alguien que provenga de ese sector y lo mismo puede suceder con respecto a la comunicación, donde se suele buscar a alguien de los medios. Pero cuando se trata de trabajar con los sectores más humildes, ya no se acepta a alguien que provenga o que tenga la experiencia de vivir en los barrios. Se prefiere a un técnico que si tiene que cruzar la General Paz gestiona el pasaporte. Nosotros estamos y conocemos los barrios, tenemos experiencia de gestión en el movimiento social al que pertenecemos y por esa razón estamos habilitados para trabajar aquí con honradez y capacidad.
–¿Desde que asumió la función pública está más o está menos en los barrios?
–Estoy menos en los barrios donde tiene presencia nuestro movimiento y estoy mucho en otros barrios. Nuestro movimiento tiene más de cien mil personas organizadas, es un movimiento grande, pero indudablemente tiene una acción limitada y acá uno trabaja para millones de argentinos que hanvivido una situación crítica. Con esta dirección estamos en muchos más barrios en todo el país.
–¿Barrios de otros movimientos y otras agrupaciones?
–Ahora estamos desarrollando las jornadas comunitarias. Elegimos comunidades que tienen los indicadores sociales más graves de indigencia y necesidades básicas insatisfechas y estamos desarrollando allí estas jornadas. Desde nuestra concepción no se trata de llevar determinados bienes y nada más sino que fomentamos la participación comunitaria. En esas experiencias se juntan organizaciones sociales que están en esos barrios, instituciones locales, como las salitas de primeros auxilios, las escuelas y tratamos de integrar todas esas experiencias en un trabajo de desarrollo comunitario. Lo estamos haciendo en Florencia Varela y también en Concordia, a pedido expreso de la ministra de llevar el ministerio a esa zona porque tenía el nivel más alto de indigencia del país.
–Insisto con la pregunta anterior, ¿trabajan en esos barrios aun cuando los controlen agrupaciones opositoras?
–Nosotros no seleccionamos los barrios según quien los controle sino según sus necesidades. Allí nos relacionamos con todos aquellos que estén en el territorio y tengan voluntad de trabajo común, que es el mejoramiento de la situación de los argentinos que están en peores condiciones. No hacemos asistencialismo, nos interesa el desarrollo comunitario, la participación, porque queremos que el vecino no solamente participe en el diagnóstico sino también en el diseño y la ejecución de las políticas sociales. Estoy yendo a los barrios o traemos a los barrios acá dentro, porque es bueno que el ministerio tenga acá a los barrios. Hoy por ejemplo, tuvimos una reunión con una comisión barrial de la Capital Federal. En este caso se trataba de buscar soluciones al problema del deporte para los jóvenes. Estaba la comisión con la mamá de Ezequiel Demonty, este muchacho que fue arrojado al Riachuelo por policías.
–¿La interna política se manifiesta en el trabajo del ministerio ahora que se aproximan elecciones, por ejemplo, el debate con el duhaldismo?
–Bueno, hay muchas manzaneras que son muy buenas vecinas, que trabajan con las organizaciones sociales, tienen mucha capacidad organizativa. Lo que nosotros diferenciamos es a aquellos dirigentes tradicionales que hacen un trabajo clientelista. No pueden interpretar el concepto de este ministerio que considera al vecino como una persona antes que nada. No se trata de exigirle algo a cambio de lo que se le da. Esa no es la visión que tiene la ministra. Hay personas que vienen y no ocultan su forma de trabajo, lo consideran algo natural. Llegan y nos piden recursos porque “tengo que mover a mi gente”. No trabajamos así. En el terreno tratamos, y por lo general lo logramos, de que se integren todos los ámbitos, el provincial y también el municipal. Porque las internas muchas veces no son de los vecinos sino de los que dirigen, que muchas veces, ni viven en el barrio. Y la gente se mueve con sentido común y sabiduría popular. Cuando nos ven trabajando, ven las soluciones y se olvidan un poco de quiénes son sus tutores o referentes y no se dejan llevar por internas que no tienen que ver con el barrio.
–¿Entonces el balance de este año en la gestión para usted ha sido bueno?
–Muy bueno. Por la libertad con la que pude trabajar, por la experiencia que pude aquilatar. Para quienes entendemos que el Estado tiene un rol fundamental en un proceso para transformar a este país, esta experiencia ha sido importante. Por ejemplo, una de las direcciones que tenemos acá trabaja con instituciones no gubernamentales o también municipios, cooperativas y demás. Antes de que llegáramos, en el primer semestre de 2003, esta dirección aprobó nueve proyectos por 150 mil pesos. Y en el primer semestre de 2004 se habían aprobado 20 proyectos. Nosotros entramos después y en este primer trimestre de 2005, decimos con satisfacción que se han aprobado 135 proyectos que multiplican casi por 30 los montos. Estos proyectos han apoyado a centros de jubilados y geriátricos, jardines de infantes, dispensarios de salud, a escuelas, hemos capacitado enoficios, hemos impulsado carpinterías, trabajo juvenil, bibliotecas y demás.
–En el concepto clientelar, este tipo de apoyos se acrecienta en épocas electorales como la que se viene...
–El 60 por ciento de los apoyos que damos, son a municipios con menos de cuatro mil habitantes. Son barrios que muchas veces no son tomados en cuenta porque tienen pocos votos. Y el 90 por ciento fue a municipios menores de 50 mil habitantes. Hicimos mucho en cantidad de proyectos, en cuanto a montos invertidos en los mismos y en cuanto a la selección y calidad. Y hablo en plural porque esto es mérito de un equipo y quiero reconocer a los directores que están bajo mi jurisdicción.
–¿Con su participación en la gestión, el movimiento Barrios de Pie no pierde independencia, capacidad de crítica?
–Nosotros apoyamos sin poner condiciones al proyecto de cambio que encabeza el Presidente. Lo cual no implica no tener autonomía y libertad de pensamiento sobre lo que entendemos que debe hacerse en el país. Podemos tener matices y diferencias y nunca tuvimos la presión de tener que opinar de manera uniforme. Lo que tenemos en claro es que las diferencias las vamos a discutir en un marco que no favorezca a la derecha que se ve afectada por este proceso de cambio. No vamos a ser funcionales a esa derecha.
–¿Va a ser candidato en las próximas elecciones?
–Me lo han propuesto los compañeros de la provincia de Buenos Aires. En lo personal les contesté que me sentía orgulloso por esa propuesta, pero creo que necesito cumplir con la misión que me han encomendado acá en el ministerio. Yo estoy acá por el movimiento, no por méritos personales. Pero bueno, nosotros estamos a disposición de lo que el Presidente estime necesario.