EL PAíS
› BIELSA TOMO DISTANCIA DEL GOBIERNO PORTEÑO
Un karma llamado Cromañón
“Está claro que el episodio (de Cromañón) fue un cúmulo funesto de desatenciones, de complicidades y de permisividades.” Ya en pleno ruedo electoral el canciller Rafael Bielsa orientó su artillería verbal sobre la tragedia en Once, devenida en el principal estigma con el que deberá cargar el kirchnerismo en el territorio porteño. Si bien el flamante candidato a diputado evitó hacer referencias explícitas, la sentencia apunta contra el jefe porteño, Aníbal Ibarra, reafirmando la distancia que, todo augura, buscará imponer el oficialismo con miras a octubre.
El incendio en República Cromañón ya había ocupado varias líneas del discurso con el que el sábado Bielsa lanzó su candidatura desde un sobrio escenario en el ND Ateneo. “La tragedia mostró una penúltima postal del Estado jugando al distraído”, expresó ante un auditorio en donde no faltaron funcionarios del gobierno porteño, incluyendo el vicejefe Jorge Telerman. Ayer, en declaraciones radiales, volvió a cargar sobre el tema: “En las actuaciones judiciales y en la comisión de la Legislatura tienen objetiva evidencia de los errores administrativos y de las complicidades y de la desidia”. Las declaraciones del titular del Palacio San Martín no pasarán inadvertidas en los pasillos del palacio municipal. Se trata de una nueva señal de distanciamiento, que las filas kirchneristas evalúan instaurar para no poner en riesgo sus objetivos electorales.
Con la intención de reafirmar el eje que organizará su discurso de campaña, Bielsa volvió a definirse como “parte de un dispositivo, del proyecto” que encabeza Kirchner y explicó que aceptó –con una resistencia poco disfrazada– dejar su lugar en la Cancillería para apoyar la “legitimación” que busca el Presidente en octubre. En este contexto defendió la convocatoria plebiscitaria y arremetió contra la candidata del ARI, Elisa Carrió, que la consideró como signo de la “política fascista” de Kirchner. “La forma por excelencia que tiene la democracia de valorar un proyecto es votándolo, y el Presidente quiere saber si la ciudadanía valida o no valida las cosas que él ha hecho”, respondió.
En un escenario que se ha tornado complejo para las intenciones plebiscitarias del kirchnerismo, con una competencia que por el momento augura ser pareja entre los tres principales candidatos –Bielsa, Carrió y Mauricio Macri–, el canciller buscó acelerar la carrera y nuevamente desafió a un debate a sus rivales. Frente a la incógnita sobre quién ocupará su lugar, Bielsa volvió a apoyar el nombramiento del ministro Roberto Lavagna, nombre que hasta el momento no había sonado en los pasillos de la Rosada.“Sería un canciller excepcional, por su talento y prestigio internacional”, aseguró. Pero inmediatamente aclaró que la decisión corresponderá a un “criterio personalísimo” de Kirchner.