El dirigente piquetero Raúl Castells, detenido por la presunta extorsión a una cadena de hamburguesas, entró ayer en terapia intensiva como consecuencia de la huelga de hambre que inició hace 14 días, según afirmó su esposa, Nina Peloso. En una protesta frente a la Bolsa de Comercio porteña en reclamo de su libertad, la dirigente del Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (MIJD) sostuvo que le pidió a Castells que abandonara la huelga, “pero va a seguir, porque tiene dignidad”. Peloso aseguró que pudo verlo unos minutos y que se encuentra “en muy mal estado, muy débil” y que perdió siete kilos. Castells, que había sido internado en el centro sanitario del penal de Marcos Paz, fue trasladado a un hospital público. Peloso responsabilizó al gobierno nacional por el estado de salud de su marido y sostuvo que es víctima de una persecución. También denunció que, por orden de la Justicia, “se le quiere dar de comer de prepo” a Castells quien, por otra parte, será lanzado por el MIJD este sábado como candidato a senador por la provincia de Buenos Aires.