La versión de una supuesta declinación de Hilda “Chiche” Duhalde a la candidatura a senadora ganó fuerza ayer en los pasillos de la Casa Rosada y se convirtió en un estandarte de la guerra de nervios entre duhaldistas y kirchneristas. Pero cerca de la ex primera dama aseguraron anoche a Página/12 que no existe decisión alguna sobre el tema, aunque mostraron, no obstante, vocación dialoguista con el Gobierno para llegar a un entendimiento.
“Hoy habrá definiciones importantes y mañana se comunicará oficialmente”, aseguró a este diario un secretario de Estado en off the record. De su mismo despacho salió la versión de la declinación de Chiche a una candidatura que nunca anunció formalmente.
La mujer de Eduardo Duhalde estuvo ayer, hasta más allá de las 9 de la noche, en el Instituto Argentino para el Desarrollo Integrado (IADI). Se trata de un piso frente a la Plaza del Congreso, en donde se reunió con representantes de seccionales del interior bonaerense.
El diputado Alfredo Atanasof fue uno de los que corroboró que Chiche, lejos de la especulación de la Casa Rosada, estaba en tareas propias de una candidata. “El PJ bonaerense está definiendo las listas provinciales para presentarlas antes del 1º de julio. En las nacionales no se ha avanzado porque se está conversando”, dijo.
De hecho, el anuncio duhaldista de que recién presentará sus listas nacionales el 8 de julio y no mañana, como ordenó el juez electoral Manuel Blanco, parece confirmar que las negociaciones están a la orden del día. “Con esta decisión queremos dejar en claro que no queremos burlar la ley, sino ampliar el marco de las posibilidades de un acuerdo. Si el objetivo hubiese sido romper, directamente armábamos una lista y la presentábamos”, señaló a Página/12 Jorge Landau, apoderado del PJ bonaerense.
Los emisarios duhaldistas que atiende el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, son el jefe de la bancada de diputados del PJ, José María Díaz Bancalari, y los intendentes Hugo Curto (Tres de Febrero) y Juan José Mussi (Berazategui). Los tres son los más cautos a la hora de evaluar la evolución de las tratativas. De hecho, Mussi habló de un 50 por ciento de posibilidades de un acuerdo.
Esto contrasta con la versión del sector más duro del duhaldismo que ayer blandió la posibilidad de un acuerdo únicamente si Kirchner acepta ceder a Duhalde el 50 por ciento de las candidaturas nacionales y el 75 de las bonaerenses. Como si fuera poco, exige que en el 25 restante no figure ningún representante de gobernador Felipe Solá.
Al parecer ése sería el costo de resignar la candidatura de Chiche para que en su lugar se presente Cristina Fernández de Kirchner. Suena a una oferta con más vocación rupturista que a otra cosa. Pero los duhaldistas, al analizarla, van más allá de la provincia de Buenos Aires. Aseguran que al kirchnerismo le espera una “segura derrota” en Santa Fe ante el socialista Hermes Binner y un “probable traspié” de Rafael Bielsa en la Capital, ante Mauricio Macri o Elisa Carrió.
“Kirchner sabe que si el PJ va a unido en la provincia obtendrá un triunfo contundente, pero no tiene ninguna garantía de ello si va con lista propia, separado del duhaldismo. ¿No sería mejor ir todos juntos y arrasar?”, dicen los duhaldistas, seguros del poder que ostentan en el distrito más importantes del país.
En medio de los tironeos, el sindicalismo irrumpió sorpresivamente en escena para poner en conocimiento sus pretensiones. Lo hizo a través de las 62 Organizaciones Peronistas –el brazo político de la CGT– con un listado de nombres que a su entender Eduardo Duhalde debería incluir entre sus candidatos a diputados nacionales.
En la nómina aparecen los dos ex titulares de la central obrera, el histórico Saúl Ubaldini y el líder del gremio de la construcción, conbuena aceptación en el kirchnerismo, Gerardo Martínez. También el referente del sindicato de seguridad, Angel García.
En fin, por ahora mucho ruido y pocas nueces.