Eduardo Duhalde decidió subir la apuesta en la guerra de nervios con Néstor Kirchner. En una reunión partidaria anunció sorpresivamente que su mujer, Hilda “Chiche” González, será candidata a senadora nacional. Fue un reconocimiento palmario de que el acuerdo con la Casa Rosada para ungir a Cristina Fernández de Kirchner al frente de una lista de unidad sigue siendo sumamente dificultoso... aunque no imposible. De hecho, se especulaba anoche con una inminente comunicación telefónica entre el actual y el ex mandatario para encarrilar las tratativas.
Duhalde planteó su desafío en una reunión nocturna del Consejo del PJ bonaerense, sobre la porteñísima Avenida de Mayo. Sus palabras fueron sucedidas por aplausos de los representantes de todas las secciones electorales bonaerenses, sobre todo de aquellos que gustan ser tildados de “duhaldistas paladar negro”.
Un dato a tener en cuenta: fuentes muy cercanas al ex presidente aclararon que el anuncio de Duhalde fue de carácter “extraoficial” y que su jefe de campaña, Juan José Alvarez, recién lo formalizaría en público la próxima semana. Supone entonces que a pesar del endurecimiento, las negociaciones siguen estando en el menú.
¿Qué significó echar al ruedo a Chiche? Un amague de ruptura para ejercer mayor presión en el armado de una eventual lista de unidad. De hecho, la mujer de Duhalde aún no fue inscripta como candidata del PJ. Y si lo hiciese en las próximas horas –tiene plazo hasta el próximo viernes– todavía le queda la alternativa de bajarse en caso de establecerse una alianza con el Frente para la Victoria que llevará a Cristina.
Dicho en otras palabras: hasta el 24 de agosto no hay nada cerrado, ni siquiera las listas de candidatos provinciales que el duhaldismo, por un lado, y el Gobierno y el felipismo, por otro, presentarán hoy ante la Justicia electoral. Es que también para los distritos existe la posibilidad de una alianza y, en consecuencia, de reformular las nóminas, siempre entre los candidatos de ambos partidos ya preseleccionados.
Chiche será secundada por José María Díaz Bancalari, el jefe de la bancada de diputados del PJ que hasta ayer se ocupaba de llevar al Presidente las pretensiones del sector. El combo se completa con Jorge Villaverde como cabeza de lista de candidatos a diputados. Y no es casual: las negociaciones con el kirchnerismo naufragaron precisamente porque en el Gobierno se negaban a que este legislador duhaldista ocupara el mismo lugar pero en una boleta de consenso.
El quiebre de las relaciones se produjo anteayer a la tarde, cuando Duhalde pidió no sólo más lugares de los originariamente pactados (de 4 pasó a 9) sino que exigió, entre otros, la cabeza de la lista de diputados nacionales, que Kirchner reserva para el intendente de la Matanza, Alberto Balestrini.
En la jornada de ayer bajó las pretensiones, pero el Presidente seguía cruzado y también jugó el juego de tensar la cuerda. Ni hablar cuando le anoticiaron que Duhalde levantó las acciones de su mujer. Pensar que hace poco Kirchner aseguró estar ajeno a la campaña y su antecesor insistió con eso de estar retirado de la política.
Una vez más los dos demostraron que el armado electoral los desvive. El Presidente recibió una ristra de intendentes, que mostraron sus porotos ante Alberto y Aníbal Fernández. Entre tantos otros desfilaron Julio Pereyra, de Florencio Varela; Alberto Descalzo, de Ituzaingó, y Julio Alak, de La Plata.
El jefe de Gabinete y el ministro del Interior también abrieron sus puertas a los emisarios de Felipe Solá, como el jefe de Gabinete provincial, Florencio Randazzo, y el ministro de Justicia, Edgardo Di Rocco. Ambos iban y venían de la Rosada a la sede del Banco Provincia, donde esperaba noticias frescas el gobernador. Alak, quien también se reunió con Solá pasada las 9 de la noche, no salía de su asombro por la decisión del lanzamiento de Chiche. La noticia lo encontró saliendo por la explanada de la Casa de Gobierno.
–No puedo creer que le hagan esto a Néstor. Me parece una muestra de tremenda ingratitud –dijo.
A esa hora el duhaldismo se esparcía por distintos bunkers. Uno era el Hotel City NH, otro el Intercontinental, y también el Consejo Partidario de Avenida de Mayo. En este último lugar fue donde Duhalde se reunió con los representantes de las ocho secciones electorales: Hugo Curto (por la 1ª), Díaz Bancalari (2ª), Baldomero Alvarez (3ª), Julián Domínguez (4ª), Dámaso Larraburo (6ª), Isidoro Laso (7ª) y Alfredo Atanasof (8ª).
De ese encuentro salió la versión de que Chiche podría hacer un acto de lanzamiento el próximo miércoles. Sonó a chicana frente a la prometida presentación de la candidatura de Cristina, al día siguiente, en el Teatro Argentino de La Plata.
El kirchnerismo devolvió ese supuesto intento de primerear el lanzamiento de la mujer del Presidente con otra chicana: comenzó a pedir el desplazamiento de Díaz Bancalari de la conducción del bloque del PJ, si es que se confirma su candidatura a senador. La voz de guerra estuvo a cargo del diputado rionegrino Osvaldo Nemirovsci. Habrá que acostumbrarse en los próximos días a este tipo de escaramuzas, tan propias de la interna peronista.