El gobernador santacruceño Sergio Acevedo viajará hoy a Buenos Aires para anunciar junto a Néstor Kirchner la repatriación de algo más de 500 millones de dólares que la provincia tenía depositados en un banco suizo desde el ’93, cuando el Presidente dirigía los destinos de Santa Cruz. Acevedo firmará por la mañana –antes de emprender vuelo hacia la Capital Federal– el decreto que ordenará el regreso al país del millonario depósito donde la provincia patagónica guardó durante más de una década los recursos obtenidos por regalías petroleras y gasíferas. Y a las 19 compartirá con Kirchner el anuncio oficial en la sede porteña de la Casa de la Provincia. La oposición denunció la medida como un “acto de campaña” e insistió en sus denuncias sobre manejos oscuros de esos fondos.
Salvo con el Presidente, Sergio Acevedo se negó a compartir con cualquier otro funcionario el protagonismo sobre el anuncio de la repatriación del millonario depósito bancario en una cuenta del Credit Suisse, un tema que fue su caballo de batalla de la campaña electoral que lo consagró gobernador de Santa Cruz en noviembre del 2003. Hoy compartirá con Kirchner todos los detalles sobre la decisión provincial: desde el reaseguro de que ningún fondo buitre reclamaría el dinero ante un tribunal extranjero hasta las inversiones a las que se destinarán los recursos.
Según los datos que dejó trascender el gobernador, la provincia crearía un fondo anticíclico para superar cualquier eventualidad financiera y formaría un fideicomiso para inversiones en obras de reemplazo de los recursos energéticos no renovables, como una represa hidroeléctrica sobre el río Santa Cruz y el desarrollo de energía eólica, aprovechando los fuertes vientos que cruzan la Patagonia.
Santa Cruz recibió esos fondos cuando en 1993 Domingo Cavallo reconoció la deuda por regalías que el Estado nacional no había saldado a la provincia. Un reconocimiento que llegó de la mano del apoyo provincial a las leyes de provincialización de los yacimientos y la privatización de YPF. Los fondos, unos 650 millones de dólares en bonos, fueron invertidos en acciones de YPF y en títulos de la deuda pública, que una vez vendidos se convirtieron en efectivo que fue depositado en el exterior. Una medida que en plena crisis del 2001 fue enarbolada como un acierto por el entonces gobernador Kirchner y denostada por la oposición provincial.
La trama financiera de esos fondos fue también motivo de controversia entre el oficialismo y la oposición durante todos estos años. Elisa Carrió fue dirigente opositora que ayer con dureza cruzó la decisión repatriadora del gobierno de Santa Cruz. “Sabía que iban a hacer un acto de campaña, lo cual es bastante absurdo”, igual “que un gobernador que responde a un Presidente sea quien traiga el dinero”, dijo la líder del ARI sobre el regreso del dinero. Pero Lilita cargó rápidamente sobre las dudas que aún deja la operación financiera: “no hay documentación” sobre el monto total de lo depositado. “Hay una especie de blanqueo con una gran oscuridad hacia atrás del 2003”, denunció.
Tratándose de dinero, el empresario Mauricio Macri fue mucho más cauto. El candidato a diputado nacional por Compromiso para el Cambio estimó que el regreso de los fondos de una cuenta en Suiza “le da tranquilidad a la ciudadanía de que el Presidente no tiene nada que ocultar”, y añadió que “le hace bien al Presidente y le hace bien al país” esta decisión de repatriar los recursos económicos provinciales.
En tanto, el diputado socialista Ariel Basteiro destacó “la falta de transparencia en el manejo de estos fondos. Nunca se aclaró debidamente dónde estuvieron depositados, ni cuál era el monto exacto, ni los intereses generados por los plazos fijos. Además sigue habiendo interrogantes sobre la forma en que vuelven al país”. Otro diputado, el radical por Santa Cruz, Alfredo Martínez, dijo en declaraciones radiales que “lo que sorprende es que hayan concretado lo que hace rato vienen anunciando”, y expresó que “no sólo vengan (esos fondos) sino que setransparente todo el proceso que tuvieron” hasta culminar en una cuenta de un banco suizo.