Con no poco esfuerzo, cierta resistencia del duhaldismo y tras una prolongada discusión, el fantasma de la ruptura del bloque justicialista en la Cámara de Diputados comenzará a desvanecerse hoy, cuando su mesa directiva acepte el pedido de licencia de su titular, el duhaldista bonaerense José María Díaz Bancalari, y proponga nuevas autoridades.
Mayoritariamente, respaldarán que los diputados Jorge Argüello, Osvaldo Nemirovsci, Carlos Caserio y Juan Manuel Urtubey sean los miembros de la futura conducción colegiada, tal como proponen los kirchneristas. Algo que el miércoles tendrá que ratificar el plenario del bloque. Entusiastas, los hombres del Presidente aseguran que tienen números holgados para que la propuesta tenga un respaldo mayoritario. Los duhaldistas, aunque prefieren que el reemplazo de Díaz Bancalari lo hagan los miembros de la mesa chica del bloque, no tensarán la cuerda para evitar la posible división que pondría en riesgo la holgada mayoría que el oficialismo tiene en la Cámara baja.
Desde que, en persona, el presidente Néstor Kirchner embistió contra Díaz Bancalari, por el hecho excluyente de ser el segundo candidato a senador en la lista que encabeza Hilda “Chiche” González de Duhalde y que enfrenta a la de su mujer Cristina, el riesgo de una ruptura en la bancada mayoritaria dejó de ser una posibilidad remota para ser algo posible. Algo que se encuentra a la vuelta de la esquina.
Cierto es que Díaz Bancalari no renunció, sino que pidió licencia por su condición de candidato, pero el gesto no dejó de ser vivido como una victoria por los más incondicionales legisladores del Presidente. Desde que ese escenario se convirtió en algo posible, comenzó a especularse sobre las futuras alternativas para elegir al sucesor.
Los duhaldistas se inclinan por una sucesión institucional. Pretenden que el lugar de Díaz Bancalari lo ocupen los integrantes de la mesa chica: el pampeano Manuel Baladrón, el santafesino Julio Gutiérrez, el santacruceño Daniel Varizat, el correntino Tomás Pruyas y el cordobés Carlos Caserio. En cualquier caso, esta alternativa también le daba al kirchnerismo una cómoda mayoría. No era el poder lo que los duhaldistas buscaban con esa propuesta sino frenar el deseo presidencial de tener, hasta octubre o en el mejor de los casos hasta diciembre, una conducción de cuatro miembros.
“Más allá de que los más fieles a Eduardo Camaño van a dar largas al debate y darán una discusión fuerte, el miércoles cuando se reúna el bloque no van a llevar las cosas al borde de la ruptura”, confía a este diario un legislador cercano a los que se identifican con el cacique bonaerense Eduardo Duhalde.
“Cerca de 80 diputados del bloque comparten la propuesta del Gobierno de tener una conducción de cuatro diputados”, dice enfático uno de los hombres del Presidente. Ochenta no deja de sonar como un número muy fuerte, tal vez demasiado optimista si se tiene en cuenta que la nota que reclamaba la renuncia de Díaz Bancalari apenas superaba las 60 firmas. Cuando este diario puntualiza ese optimismo, el diputado kirchnerista no lo duda y responde: “Somos razonablemente optimistas”. Porque los duhaldistas no quieren romper el bloque, porque los que están en el medio de los dos bandos no quieren enfrentarse a Kirchner, todo indica que el deseo presidencial se hará realidad este miércoles, cuando finalice el plenario del bloque.