Haití necesita que sigan las fuerzas de paz de la ONU, por lo menos hasta las elecciones de octubre en ese país. Esa fue la principal conclusión de la reunión extraordinaria de los 19 cancilleres de los países que integran el Grupo Río. Se trata de un foro que, sin llegar a ser el Consenso de Buenos Aires, mantiene un perfil latinoamericano frente a los Estados Unidos. Luego del frustrado encuentro de presidentes del grupo (postergado para fin de año), en su lugar los diplomáticos tuvieron una reunión que culminó ayer en el Hotel Llao Llao de Bariloche, en la que también apoyaron la desmovilización de tropas irregulares en Colombia y condenaron las declaraciones de Pat Robertson, un reverendo que pidió que Estados Unidos asesinara al presidente venezolano, Hugo Chávez (ver aparte).
Los diplomáticos pedirán una prórroga a la ONU para que continúen en Haití las tropas de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas (Minustah) hasta que en ese país se normalice la situación institucional, luego de la crisis política y social que sufrió en febrero del año pasado y que terminó con el gobierno de Jean-Bertrand Aristide. Plantearon su “compromiso con los esfuerzos por alcanzar una solución democrática y duradera a la actual crisis” de Haití. El canciller Rafael Bielsa agregó que la desestabilización en ese país podría convertirse “en la promesa de otras inestabilidades en la región”, mientras que su par brasileño Celso Amorim consideró que, “si Latinoamérica no estuviera presente, otros lo estarían y podríamos tener una manera de encaminar las cuestiones que no serían las mejores para el pueblo”, en referencia a la posibilidad de una nueva intervención de Estados Unidos en la zona.
En sintonía con Amorim, Bielsa consideró además que “el sufrimiento del pueblo haitiano concierne a todos, porque las campanas no tocan solamente por ese pueblo, sino también por nosotros” y sostuvo que “la idea es que haya una asistencia al proceso electoral y poselectoral”. El canciller de Guayana, Samuel Isanally, manifestó su deseo de que “un nuevo gobierno democrático y representativo (de Haití) se integre a la comunidad hemisférica”. También intervinieron en la deliberación sobre Haití Juan Gabriel Valdés, el representante del secretario general de la ONU, Kofi Annan, en ese país, y el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza.
Por otra parte, Bielsa también resaltó el apoyo del grupo sobre la desmovilización de las tropas irregulares en Colombia, que –según un informe que se difundió en el encuentro– alcanzan los 17 mil miembros.
Los ministros de Relaciones Exteriores destacaron el “proceso de reinserción de las comunidades donde se dieron las desmovilizaciones para asegurar un proceso de paz sostenible” y respaldaron la Misión de Acompañamiento del Proceso de Paz de la OEA, que será evaluado por el Consejo Permanente de ese organismo.
Además, los cancilleres analizaron el Proyecto de Declaración Presidencial que se aprobaría en la próxima cumbre de mandatarios. Se barajan dos fechas para la próxima reunión: una es luego de la IV Cumbre de las Américas, que se hará del 4 al 6 de noviembre y reunirá a 34 presidentes en Mar del Plata. La idea es aprovechar que estarán todos los mandatarios juntos para ese encuentro, al que asistirá el presidente George W. Bush (que, por supuesto, no forma parte del Grupo de Río). Otra posibilidad sería la cumbre de presidentes del Mercosur, que será el 8 y 9 de diciembre en Montevideo. En ese caso, se haría en Buenos Aires, pero sin Chile, ya que el domingo 11 son las elecciones presidenciales. “Por año, los presidentes de la región tienen una cumbre por mes y esto es muy difícil de sostener”, reconoció Bielsa.