Dom 02.10.2005

EL PAíS

“Sumar gente que adule al Gobierno no ayuda al país”

El ex intendente de Rosario y candidato socialista a diputado por Santa Fe, Hermes Binner, habla de los apoyos y diferencias con el Gobierno y de las alianzas y el futuro de su partido.

“Sumar gente que adule al Gobierno no ayuda a construir una Argentina mejor”, define Hermes Binner, candidato socialista a diputado por Santa Fe del Frente Progresista, en alianza con la UCR. Binner ganó la intendencia de Rosario en 1995 y fue reelecto en 1999. Su gestión –en la que dedicó el 53 por ciento del presupuesto a salud y acción social– fue reconocida por las Naciones Unidas. En 2003 fue el candidato más votado, pero la ley de lemas le arrebató la silla de gobernador que ahora ocupa el peronista Jorge Obeid. Con 62 años, es el primero en las encuestas. Tanto es así que el ex ministro de Justicia Horacio Rosatti y la vicegobernadora María Eugenia Bielsa eludieron el convite kirchnerista de enfrentarlo.
–¿Por cuánta diferencia estima que va a ganar?
–Estamos muy bien y encontramos una gran recepción por parte de la población.
–¿Su victoria sería una fuerte derrota para el gobierno nacional?
–No lo vemos así, porque no creemos que sumar gente que adule fácilmente al Gobierno ayude para construir una Argentina mejor. Hay que tener un apoyo crítico, pero un apoyo en celeste y blanco, pensando que el país hay que sacarlo adelante, que es necesario más que nunca construir propuestas que hagan sustentable nuestro país.
–¿Se considera opositor u oficialista?
–Estamos en partidos diferentes. Esto es indudable. Estamos en propuestas políticas y visiones diferentes. Pero nos va a encontrar siempre trabajando en el mismo camino del celeste y blanco.
–¿Qué caminos comparte con el Presidente y cuáles no?
–Compartimos la renovación de la Corte Suprema, el tratamiento de la deuda externa, la política de derechos humanos, que se siga avanzando en el esclarecimiento del pasado de nuestro país. Lo de las monjas francesas es una prueba de esta cuestión. Hay que terminar con esa Argentina en la que veíamos todo en blanco y negro. Con esa Argentina podemos demostrar hoy que perdemos todos.
–¿Qué piensa de la denuncia que hizo Cristina Fernández de Kirchner en Rosario, en la que habló de una “alianza con la UCR para trabar el funcionamiento del Gobierno”, en referencia al frente que usted encabeza?
–Eso lo escuchamos ahí, pero no tiene ningún sustrato real.
–¿Usted lo considera parte de este blanco y negro que mencionaba?
–Tiene que aparecer ese pacto de desestabilización, si no se agota rápidamente. Terminan siendo opiniones. Si tuvieran realmente un sustento en la realidad, la noticia va creciendo y no es lo que ha ocurrido.
–Una de las cosas que plantea Agustín Rossi, el candidato del PJ, es que si no lo votan a él, después usted no va a aprobar las leyes que quiere el Presidente en el Congreso...
–Es lo que decimos antes: el Gobierno no necesita levantamanos, necesita apoyos concretos y crecimiento del país.
–¿Rossi es un “levantamanos”?
–No, no. Es un buen presidente del Concejo Municipal de Rosario. Seguramente va a merecer la atención de muchísimos justicialistas.
–¿Qué asignaturas pendientes va a encarar desde el Parlamento?
–Primero, pensar en la redistribución del presupuesto nacional, es una gran deuda que tiene el país con sus provincias. Si pensamos todos qué aporta Santa Fe en materia de retenciones e impuestos, vemos que a la hora de la redistribución es una de las provincias que menos recibe por habitante. La educación es un gran tema nacional. Vemos que el país retrocedió enormemente luego que abandonó la ley 1420. Hay que volver a esta idea sarmientina de la integración de los inmigrantes al proceso nacional. Verdaderamente, hoy esta idea está totalmente devaluada por una descentralización que nunca fijó metas en la educación, sino que fijó como pauta sacar la educación de encima.
–¿Habría que derogar la ley de educación federal?
–Hay que articular un proceso de centralización de ideas y de propuestas que, desde luego, después se descentralizará en las provincias. No digo que haya que volver atrás. Pero tiene que haber una idea de nación a través de la educación. Hay padres que han formulado sus preocupaciones, porque sus hijos cuando se cambian de provincia tienen dificultades para compatibilizar planes de estudio.
–¿Qué medidas se podrían tomar para redistribuir la riqueza?
–Tenemos que desarrollar el mercado interno. Que la gente pueda renovar las zapatillas de sus hijos, comprar un ramo de flores a su esposa cuando cumpla años. Eso está vedado para muchísimos sectores. Pensamos que el comercio exterior, de la mano de una paridad cambiaria muy interesante, tiene una fuerte presencia en el mercado externo. Pero si no reactivamos el mercado interno la gente no va a poder ser parte de este desarrollo económico. Y desarrollo económico sin justicia distributiva es un desarrollo que tiene un techo. Necesitamos un proceso en integración en el que el salario sea parte de la reactivación económica.
–¿Qué opina de la política actual del Gobierno con los piqueteros?
–El piquete es una forma de protesta de los sin trabajo, que se dio a lo largo y lo ancho del país. La gente no resolvió la inmensa mayoría de sus problemas laborales, pero buscó distintas formas de sustento. ¿Por qué sigue habiendo en Capital Federal y no en el interior? Da la sensación de que hay clientelismo político. Es desagradable ver cómo se recurre políticamente a los piqueteros para usufructuar la desgracia ajena.
–¿Cómo evalúa las candidaturas de los socialistas en los distritos de provincia de Buenos Aires y de Capital?
–Bien. Depende de la realidad de cada provincia...
–En Santa Fe armaron un frente con otros sectores y lo mismo ocurrió en la provincia de Buenos Aires. ¿Cómo evalúa la negativa de Norberto La Porta en Capital a generar alianzas?
–Depende de la lectura que ha hecho cada distrito. Nosotros evaluamos diciembre de 2001 como una bisagra entre un antes y un después en nuestro país, que está dado por la crisis de credibilidad que se dio en la población argentina y que todavía no ha sido resuelta. La gente todavía tiene animadversión hacia todo lo que sea política partidaria. Es mucho más grave la crisis de credibilidad que la crisis económica o social. Se puede empezar a resolver en la medida en que entendamos que fuera de la política existen grandes reservas morales que podemos incorporar.
–¿En qué reservas está pensando?
–En los movimientos sociales. Por eso, nosotros en Santa Fe hemos abierto la lista a la integración de los movimientos sociales, a las cooperadoras escolares, Cáritas.
–¿Van a armar una fuerza nacional después del 23 de octubre?
–Bueno, primero habrá que ver los resultados del 23 de octubre. Nuestra intención es siempre buscar coaliciones en el ámbito progresista.
–¿Quiénes serían los posibles aliados a nivel nacional?
–Yo creo que las alianzas tienen que estar dadas por propuestas concretas y no por la distribución de cargos.
–¿Se pueden pensar alianzas con fuerzas como el ARI?
–Sí, se puede pensar, ¿cómo no?
–Pero en este momento no hay conversaciones...
–Bueno, no hay, pero no por culpa nuestra. Pero puede haberlas. Particularmente, tenemos un excelente diálogo con (el intendente de Morón) Martín Sabbatella.
–¿Va a ser gobernador en 2007?
–En la Argentina, ésa es una pregunta de ciencia ficción. Ponemos todo nuestro entusiasmo en las elecciones a la renovación del Parlamento nacional. Si queremos renovar la credibilidad de la gente, tenemos que decir lo que pensamos y hacer lo que decimos. Tenemos que convencer a la gente de que no todo es lo mismo.

Reportaje: Werner Pertot.

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