El ex juez de la Corte Suprema intentó una defensa: “Con el dinero mío —le salió– hago lo que quiero”. Adolfo Vázquez respondió de este modo a la investigación encarada por la Unidad de Investigación financiera del Ministerio de Justicia (UIF) a pedido de un banco de Luxemburgo en el que el ex magistrado intentó infructuosamente en el mes de abril abrir una cuenta para depositar nada menos que sus ahorros de un millón y medio de dólares. El nuevo affaire del ex juez de la Corte destituido el año pasado fue difundido en exclusiva el domingo pasado por Página/12. Y el ex magistrado ayer habló de una “venganza” y presentó una denuncia penal contra el presidente de la Corte, la titular de la UIF y el periodista Horacio Verbitsky por la supuesta “violación de secreto”.
El episodio del depósito comenzó el 18 de abril de 2005, cuando Vázquez se presentó con su hija en un banco de Luxemburgo para abrir una cuenta con un pasaporte español y un domicilio uruguayo. Dijo que tenía doble nacionalidad argentina y española, se identificó con un pasaporte español y fijó domicilio en Juan Sebastián Elcano, manzana 297, Solar 5, de la ciudad uruguaya de Canelones. Todos los papeles iban destinados a pedir la apertura de la cuenta para trasferir el “primer depósito” de un millón y medio de dólares desde Uruguay.
La operación finalmente no se hizo, según contó Verbitsky en su artículo del domingo pasado. “La investigación no comenzó en Argentina –dice Verbitsky–, comenzó en Luxemburgo donde él se presentó con pasaporte español y un domicilio en Uruguay y el banco de Luxemburgo, sospechando que es dinero de la corrupción de la política, le negó la apertura en cumplimiento de normativas internacionales”. El banco chequeó los antecedentes en Worldcheck, una base de datos reservada a organismos financieros. Vázquez, supieron entonces, había sido obligado a renunciar a su cargo en la Corte Suprema de Justicia “en medio de una serie de acusaciones de inconducta”, escribió Verbitsky. Y ahora agrega: “No se trató de una medida que sólo tomaron con él, lo hacen con todo el mundo, porque un miembro de la Corte que se presenta para hacer un primer depósito, tal como lo dijo, evidentemente no ha sido ganado honestamente”. Vázquez hizo ayer una réplica pública: “De mi patrimonio no tengo que dar cuentas a nadie –dijo–. Tengo absolutamente declarado el dinero, ante la AFIP”. Y, memoria colectiva mediante, explicó: “Después de lo que pasó en el año 2001 no quería dejarlo en la República Argentina. Con el dinero mío hago lo que quiero. Estamos en un país libre, si en la Argentina se respetara la Constitución, jamás hubiera pensado en depositarlo en el exterior”.
Pero Vázquez no sólo se equivocó con el depósito. Su mal paso incluyó una intromisión en la investigación que se abrió a continuación a pedido de los organismos internacionales. Un tema también señalado por Verbitsky el domingo pasado. La investigación internacional continuó con la mayor discreción en la Argentina hasta el día en el que la UIF decidió pedirle al actual administrador de la Corte, Nicolás Reyes, un informe sobre los bienes del ex magistrado. Pocos días después, escribió Verbitsky, Vázquez se presentó ante la UIF con una copia de la carta para Reyes firmada por Alicia López, la presidenta del organismo. Quería saber “por qué se había abierto un expediente sobre él”.
Vázquez volvió a decirlo ayer en un medio radial y, más tarde, en los tribunales federales de Comodoro Py. “En este mismo momento estoy firmando una querella denunciando violación de secreto contra el presidente Enrique Petracchi y Horacio Verbitsky”, dijo. A la tarde incorporó en la lista a la presidenta de la UIF. “Me retaceó los datos y la información –dijo sobre Alicia López–, pero se la panfleteó a la prensa.”
Pero el columnista de Página/12 tiene otro criterio. “En cuanto al secreto, los periodistas no tenemos ninguna obligación de respetarlo y esto es algo que él no entiende”, replicó Verbitsky. “Quien violó el secreto es su amigo Reyes, quien le anunció que la UIF lo estaba investigando y le dio una copia, quiere decir que quien violó el secreto es Reyes. Ese es un delito previsto con penas de hasta tres años de prisión por el artículo 22 del Régimen Penal sobre encubrimiento y lavado de Activos de origen delictivo”, continuó el periodista. Tal vez sea ése el próximo destino para quien, sigue Verbitsky, “es el último miembro de la mayoría absoluta”, en referencia a Reyes.
El caso seguirá probablemente en la Justicia. Durante los próximos días Vázquez deberá presentarse en los tribunales de Comodoro Py para ratificar su denuncia en el despacho de Ariel Lijo, el magistrado que ha quedado a cargo de la causa.