EL PAíS
› DIFERENCIAS DE IDEAS EN LA CUMBRE DE LAS AMERICAS
Cumbre borrascosa
Argentina y Estados Unidos expusieron sus disidencias conceptuales sobre el combate a la pobreza, tema central de la cumbre. Discursos de Taiana y Maisto, embajadores ante la OEA.
› Por Sergio Moreno
“Los países de América latina y del Caribe deben aumentar su competitividad para combatir la pobreza y la desigualdad y la próxima Cumbre de las Américas ofrece una ‘oportunidad de oro’ para enfocarse en las políticas necesarias para potenciar la competitividad regional.” La frase pertenece a John Maisto, embajador de Estados Unidos ante la Organización de los Estados Americanos, fue pronunciada en un seminario en Miami el 29 de septiembre y difundida anteayer, en el mismo momento en que el embajador argentino ante ese organismo, Jorge Taiana, apelaba en la sala central de la OEA a argumentos opuestos a los del norteamericano. “Estamos seguros de que todos los países que participamos de manera activa y constructiva en favor de un orden mundial capaz de lograr que la globalización opere para todos y no para unos pocos, un orden que nos permita a los países en desarrollo generar una mayor tasa de empleos, aumentar los niveles de ingresos de los más pobres y darles un mejor acceso a la educación, la salud, la vivienda y los servicios vitales de nuestros pueblos, a fin de poder garantizar una estrategia de desarrollo sustentable con inclusión social”, afirmó el vicecanciller argentino.
Las argumentaciones expuestas por ambos, en ámbitos diferentes, sintetizan de alguna manera las posiciones que tienen los países que representan ambos diplomáticos en la discusión central para elaborar el documento final de la Cumbre de las Américas, que se realizará en Mar del Plata el 4 y 5 de noviembre próximos. El lema de la cumbre –un triunfo diplomático criollo– reza “Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática”. Estadounidenses y canadienses mantienen posturas disímiles a las del resto de los países del hemisferio sobre la manera de crear empleo y combatir la pobreza. La difusión de un discurso que ofreció Maisto el 29 de septiembre en la “Conferencia sobre Competitividad”, auspiciada por el diario Miami Herald, es un ejemplo vivo del pensamiento imperante en el norte del continente para los países que se encuentran al sur del río Bravo.
“Lo que hace falta son iniciativas que entretejan políticas macroeconómicas acertadas con programas macroeconómicos eficaces que aumenten el acceso de todos nuestros ciudadanos a la oportunidad, en ámbitos como el crédito, la educación y la atención de salud”, dijo Maisto. “El proceso de la cumbre puede ayudar a mostrar el camino para lograr este tipo de agenda de reforma integrada”, dijo el funcionario.
Según el informe divulgado anteayer por la Embajada de EE.UU. en Buenos Aires, Maisto, que también se desempeña como coordinador nacional de EE.UU. para la Cumbre de las Américas, hizo notar que la mayoría de los países de América latina y el Caribe salieron mal parados en una encuesta reciente sobre la competitividad mundial. “Dijo que aunque países como El Salvador, Ecuador, Jamaica, Bolivia, México y Paraguay están tomando pasos en la dirección correcta y el crecimiento económico y las tasas de empleo son positivas, se debe hacer más para combatir la pobreza y satisfacer las aspiraciones del pueblo”, resalta el comunicado de marras.
Los argumentos del funcionario americano guardan una fina sintonía con el discurso derramado en el hemisferio durante la década de los ’90, conjunto de ideas macroeconómicas conocidas como Consenso de Washington. La misma artillería argumental es disparada por el funcionariado del Fondo Monetario Internacional. Según este viejo ideario, la competitividad de las naciones se mejora subiendo tasas, flexibilizando convenios colectivos de trabajo, abriendo las fronteras al libre comercio y al flujo de capitales financieros, entre otras lindezas. Durante la década mencionada, Carlos Menem y su brazo ejecutor Domingo Cavallo se empeñaron en la faena, continuada con el mismo ministro por Fernando de la Rúa. Los resultados sobre la población están a la vista; Argentina se “latinoamericanizó” en el peor de los sentidos.
Maisto no se quedó en la emisión de una arenga; sugirió que el asunto se debata en la Cumbre. Así fue hecho explícito en el comunicado de la embajada. “Conforme Estados Unidos continúa su colaboración con sus socios del hemisferio para dar forma al proceso de la cumbre, Maisto enumeró las expectativas de Estados Unidos para la reunión de líderes del hemisferio. Explicó que Estados Unidos apoya una iniciativa explícita en el Plan de Acción de la Cumbre que proponga una reunión de funcionarios de gobierno de alto nivel para discutir el tema de la competitividad. Maisto agregó que Estados Unidos espera también que la declaración de la cumbre apoye y dé un impulso a las actuales negociaciones de la Organización Mundial del Comercio, así como el proyecto sobre el Area de Libre Comercio de las Américas”, verbigracia, el ALCA.
Las declaraciones del representante de EE.UU. ante la OEA introducen, según comentaron diplomáticos argentinos a Página/12, cuestiones que no fueron contempladas en las conversaciones de las reuniones preparatorias de la Cumbre. Una buena manera, usualmente utilizada por Washington, para tensar la cuerda y obtener posiciones favorables a sus intereses.
En su discurso ante la OEA –en la apertura de una nueva ronda de conversaciones sobre la Cumbre llamada GRIC–, Taiana recordó que “tenemos sobre nuestras espaldas dos miradas escrutadoras: la del presente, observando si somos capaces de demostrar que es posible alcanzar consensos, limar asperezas, conciliar posiciones y reconocer coincidencias ... La del futuro, que podrá ser el de un continente democrático, libre, justo y seguro; o el de un continente en el que se hayan agudizado la pobreza, la frustración, la anomia y el temor”.
La discusión cobra voltaje y las posiciones se alejan a medida que se acerca la Cumbre. Esto es apenas un comienzo.