El Gobierno congeló el conflicto salarial entre los camioneros y las empresas productoras de gaseosas, aguas y cervezas hasta después de las elecciones del 23 de octubre. Lo hizo dictando la denominada “conciliación obligatoria”, un instrumento legal que vuelve la disputa a foja cero durante un plazo de 15 días hábiles para que las partes encuentren una solución negociada.
La medida fue dispuesta por el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, luego de una infructuosa reunión de seis horas entre representantes del gremio de los camioneros, encabezados por Pablo Moyano (hijo del titular de la CGT, Hugo Moyano), y de las empresas, a través del abogado Daniel Funes de Rioja.
La conciliación obligatoria se inició formalmente ayer a las 20. A partir de esa hora, los camiones desbloquearon el ingreso a la planta de Femsa, que distribuye las bebidas de la línea Coca-Cola, en el barrio porteño de Nueva Pompeya. El paro, que se había dispuesto anteayer por “tiempo indeterminado”, en reclamo de una mejora salarial del 30 por ciento, también afectó a las productoras y distribuidoras de Pepsi-Cola, Villavicencio, Brahma, Dadone y Quilmes, entre otras.
Antes de que se supiera de la conciliación obligatoria, los empresarios manifestaron su temor por un eventual desabastecimiento de bebidas durante el fin de semana.
Según la resolución de la cartera laboral, deberán volver al trabajo los empleados de las siguientes empresas: Tranavalos, Special Truck, Levon, Expreserver, Tibet y Britten Argentina, Satro, Reginalli, Codil, Buenos Aires Refrescos, Río de las Vueltas, Transporte Ranelagh, Transporte Golda, Lodis Guzle, Transporte Ernesto Díaz, Sociedad de Hecho, Cinco L, Transporte Guillermo, Caprile y Barracas Logística.
Tomada dictó la conciliación obligatoria tras fracasar las negociaciones que durante toda la tarde de ayer se desarrollaron en la sede de la Dirección Nacional de Relaciones Laborales. “Vamos a acatar la conciliación pero, a partir de este momento, trabajaremos a reglamento, es decir, las ocho horas y nada más, porque lo que ellos ofrecen una miseria”, señaló el secretario adjunto de los Camioneros, Jorge Silva, sin dar demasiados detalles de la propuesta empresaria.
Por su parte, el titular de la Cámara Cervecera, Fernando Lascano, aseguró que los bloqueos que realizaron los camioneros “afectaron en un 80 por ciento la capacidad de producción y distribución”. El empresario también se quejó de la demanda de los camioneros, señalando que “los haberes de los trabajadores de la industria crecieron en un 80 por ciento tras la crisis”. “Esos salarios –afirmó– subieron por encima de la inflación y este pretendido aumento provocaría que los haberes superen el nivel que existía durante la convertibilidad, lo que provocaría un gran desorden en el escalafón salarial de todos los sectores.”
Con el aumento del 30 por ciento, los salarios treparían por encima de los 2000 pesos. Hoy el repartidor de bebidas cobra alrededor de 1600 pesos mensuales y un ayudante aproximadamente 1300 pesos.
La obligatoriedad para empresarios y sindicalistas de buscar durante 15 días hábiles una salida consensuada permitirá al Gobierno quitar del centro de escena un conflicto gremial en vísperas de las elecciones.