Un comerciante de Río Gallegos denunció que un custodio del hijo del presidente Néstor Kirchner lo chocó, lo golpeó, lo amenazó y luego la policía provincial lo tuvo detenido hasta las cuatro de la mañana. El Gobierno, en cambio, dice que el policía escoltaba al auto de Máximo Kirchner y el comerciante se le cruzó y quedó detenido por romper un vidrio de la camioneta de custodia. Según esta versión, no hubo amenazas ni golpes. El guardaespaldas de la Policía Federal –cuyo nombre no se dio a conocer– no fue separado de su cargo, pero sí renunció ayer el jefe de la policía de Santa Cruz, el comisario Hugo Llamazares. En despachos oficiales niegan que su salida tenga vinculación con el caso.
Llamazares planteó que “el gobernador le había pedido la renuncia”. En cambio, el ministro de Gobierno de Santa Cruz, Claudio Dalle Mura, dijo que se retiró “por motivos personales”. Cerca del gobernador Sergio Acevedo afirmaron que no hay relación entre esta renuncia y el incidente del custodio, que figura como damnificado en otra denuncia judicial. Sin embargo, existían dudas dado que fue la policía provincial la que mantuvo detenido al comerciante durante seis horas.
El comerciante es Argentino Sacarello y presentó una denuncia ante un juez de Santa Cruz, Santiago Losada. Acusó al custodio de abuso de autoridad, lesiones, daño y amenazas. “Voy a seguir la causa hasta las últimas consecuencias”, dijo Sacarello. El ministro del Interior, Aníbal Fernández, replicó: “Tiene actitudes desproporcionadas e intentará sacar agua para su molino, porque no le va a ser fácil explicar eso judicialmente”.
Según Sacarello, el 29 de septiembre a las 22 una camioneta Ford Ranger azul con vidrios polarizados chocó su Ford Focus. “Sentí un impacto en el guardabarros trasero y me pasó una Ranger azul. No sabía que eran custodios presidenciales. Reaccioné como cualquiera: lo seguí para que me diera las explicaciones que correspondían”, relató. La camioneta paró en una esquina y el comerciante se bajó. “Cuando me acerqué, abrió la puerta violentamente sobre mi cabeza”, denunció Sacarello. Agregó que el custodio lo amenazó: “Te voy a hacer mierda. No sabés con quién te metiste. ¿Querés que te muestre?”. Dijo que se llevó la mano a la cintura como para sacar un arma. “Me corrí porque pensé que me iba a tirar”, contó.
Luego, el comerciante fue demorado en la comisaría 1ª de Río Gallegos hasta las cuatro de la mañana. “Pasaron el juez Losada, el vicegobernador (Carlos Sancho), el jefe de la SIDE local, Wilfredo Roque, y el jefe de la policía”, enumeró Sacarello, que es dueño de una zapatería. Su auto fue requisado y sigue en manos de la policía. “A las tres de la mañana, me llamó Roque y me dijo: ‘Esto no tendría que haber pasado de ser un hecho callejero. Nos vamos a hacer cargo de los daños y que esto no trascienda’”, dijo. “Yo tengo simpatía con el Presidente, aunque nunca participé en política. No me imaginé que delante mío iba su hijo. No tengo nada contra ellos”, advirtió.
Fernández sostuvo que la situación fue “exactamente al revés” y que el policía “vio que entre la custodia y el coche del hijo del Presidente se metió un coche sin patentes. Lo rebasó y, pacientemente, lo fue empujando hasta encerrarlo para no permitir que siguiera avanzando. Se supone que ésa es su tarea”. “Este señor se bajó con un fierro en la mano y le rompió el vidrio a la camioneta de la custodia, que no reaccionó ni tirando tiros ni cosa por el estilo. Simplemente, lo subió a un auto y lo llevó a la comisaría para radicar la denuncia”, relató el ministro. “El vidrio se rompió, pero contra la cabeza mía”, respondió Sacarello. “Si yo le hubiera pegado con un fierro, la policía tendría que tenerlo”, argumentó. “La situación en que se metió no es nada fácil”, concluyó Fernández.