EL PAíS
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Misceláneas
La política de River. Larry hizo reír... y llorar. Mensaje para Rosso. La destemplanza de Bielsa. Una cruzada contra Barrionuevo. López Murphy, joya nunca taxi.
› Por Diego Schurman
El peor adversario es Merlo
La sonrisa que Julio Aurelio no le puede sacar a Chiche Duhalde, porque los números siguen favoreciendo a Cristina Kirchner, se la saca a José María Aguilar. Y es así porque las encuestas que el sociólogo elaboró sobre la “tendencia de voto” en River Plate siguen pronosticando la reelección del actual presidente, con más del 50 por ciento de las adhesiones. Aun aliándose, David Pintado, Alfredo Dávicce y Hugo Santilli, arañarían la mitad de votos de Aguilar, y muy detrás –con el 4 por ciento– quedaría Luis Corsiglia, el hombre que Néstor Kirchner nombró en el Banco Central. A ojo de buen cubero, lo que está claro es que el único que puede destronar al presidente Millonario es Merlo... y su pésima campaña.
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Uno que no sonrióTodo iba sobre rieles en el acto de Escobar del Frente para la Victoria. Hasta que en un momento Cristina Kirchner le pidió a una persona de ceremonial que hablara Larry de Clay, el humorista de la tropa de Tinelli devenido en kirchnerista. La mayoría de la gente festejó a excepción de Alberto Balestrini. Es que el intendente de La Matanza se quedó así ayuno de protagonismo. Para colmo, Larry cerró su arenga, a propósito de las cámaras ocultas que solían mostrarlo desnudo en VideoMatch, diciendo: “Me van a criticar por mostrar el culo, pero hay otros que no pueden mostrar ni la cara”. A pesar del mal semblante, estaba claro que no se refería al enojado Balestrini.
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Chicas traviesas
La mediatización de la informática en las relaciones personales produce cosas curiosas. Es el caso de los bancos cuando demoran pagos aduciendo una “caída del sistema”. Y es el caso, también, de las secretarias de Daniel Rosso cuando necesitan transmitirle un mensaje tranquilizador: no dudan entonces en activar un programa de voz que repite, altisonantes, frases previamente escritas en el ordenador, verbigracia “Relajate Daniel” o “Rosso, las chicas se quieren ir”. Así, las chicas que trabajan con el secretario de Comunicación de Aníbal Ibarra agradecen las respuestas esperadas y se hacen las distraídas en caso de que el humor de Rosso no acompañe el momento.
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Soy lo que soy
Rafael Bielsa estuvo calmo a lo largo del debate con Elisa Carrió y Mauricio Macri. Pero evidentemente la tensión iba por dentro. Y eso quedó a la vista cuando el asesor kirchnerista Eduardo Roust se le acercó para decirle algo al oído y el canciller, en una reacción destemplada lanzó: “Bueno, basta, déjenme de joder”. En rigor, nada extraño para quien, a lo largo de la campaña, se ocupó en desdeñar el asesoramiento de sociólogos y especialistas en imagen con el argumento de sostener su autenticidad.
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Se agrandó Chacarita
A cara de perro Ricardo López Murphy lanzó el desafío para el debate. Eso sí, no se olvidó de equiparar a Cristina Kirchner con Lassie, el paradigma de la bondad canina que reflejó una serie de televisión norteamericana. Rápido de reflejos, el candidato a senador bonaerense del PRO recordó su fama de bull-dog, evidentemente una raza más aguerrida que la de los Collie. Pero como si fuera poco esa figuración del mundo animal, trajo al recuerdo otro lugar compartido con su competidora y primera dama: aquellos viejos años en la Universidad de La Plata. “Es una mujer inteligente, vigorosa, y sacaba buenas notas”, arrancó, elogioso. “Pero yo –guiñó el ojo a su interlocutor– sacaba mejores.”
Colaboraron: Martín Piqué y Santiago Rodríguez.
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