EL PAíS
“Kirchner se equivoca en la búsqueda hegemónica”
En esta entrevista, el candidato a diputado del socialismo en Capital, Norberto La Porta, se desmarca del Gobierno. Dice que Carrió se corrió a la derecha y explica su relación con Ibarra.
› Por Santiago Rodríguez
Norberto La Porta es uno de los anotados en busca de una banca de diputado nacional por la Capital Federal. En su caso encabeza la lista del Partido Socialista, al que promociona como el mejor intérprete del “pensamiento progresista” del porteño. En busca del voto de ese sector del electorado, La Porta advierte que Carrió se corrió “a la derecha” al incorporar a su lista a Enrique Olivera; también sostiene que Néstor Kirchner “se equivoca en la búsqueda hegemónica del poder” y agrega: “No me animaría a decir que el Gobierno es absolutamente progresista”. En caso de llegar al Congreso promete ocuparse antes que nada de los jubilados, la desocupación y el trabajo en negro.
–¿Qué es lo que está en discusión en estas elecciones?
–Si el Presidente va a lograr o no el objetivo de la hegemonización del poder. Esa pretensión es negativa porque desconoce lo que debe ser realmente una renovación parlamentaria. Lo que hay que hacer es apuntar a todo lo que significa la salud institucional de la República; la división de poderes, que el Congreso deje de ser un apéndice del Ejecutivo. En ese sentido, uno percibe que el Gobierno apunta a todo lo contrario; apunta a tener una mayoría levantamanos. Estamos viendo la posibilidad de que se tenga claro de parte de la sociedad que en esta elección rige el sistema de representación proporcional, que permite que nadie pierda el voto.
–¿En qué lugar se para usted con relación al Gobierno? Por ejemplo, Hermes Binner también es socialista y las declaraciones que realiza sobre Kirchner son mucho más amistosas que las suyas.
–Eso forma parte del estilo de cada uno. Fundamentalmente trato de ubicarme en lo que considero que es la defensa de las instituciones y en especial de la Constitución, que define qué es la República. Cuando no se respetan algunas reglas de oro, como la división de poderes, la república se convierte en una ficción. Kirchner se equivoca en la búsqueda hegemónica del poder.
–¿Usted definiría al Gobierno como progresista?
–Tengo algunas dudas y me parece que el Gobierno todavía no ha definido claramente su rumbo. Me gustó cómo comenzó el tratamiento de la deuda externa porque pareció que se dejaba un camino de genuflexión de las últimas décadas, pero luego no me gustó el empeño en pagar hasta el último centavo que reclama el Fondo Monetario. Esa es una definición y también hay otras: la Argentina tiene una tremenda deuda social con los jubilados, los desocupados y los más rezagados y el progresismo se define claramente cuando hay una tendencia a sostener y a tratar de resolver ese problema. No me animaría a decir que el Gobierno es absolutamente progresista.
–¿Y usted cómo se define?
–Yo me siento candidato del progresismo porque quienes estaban en ese sector con posibilidades de representarlo han ido corriéndose hacia la derecha en la búsqueda de un pensamiento liberal que creen que puede ser mayoritario en nuestra ciudad. El pensamiento del porteño es progresista de centroizquierda y percibo en mis recorridas por la ciudad que se busca una alternativa progresista y el socialismo la representa cabalmente.
–Cuando habla del corrimiento a la derecha está claro que no se refiere a Macri, sino...
–...no, claro, Macri es la representación más evidente de ese pensamiento; es el representante de un conservadurismo que trata de presentar nuevas formas. El corrimiento lo observo en Bielsa, como consecuencia de tener que acatar las decisiones de su gobierno, y también en Lilita, de quien creo que está convencida de que los votos pasan por otra dimensión diferente a la de centroizquierda y es eso lo que la ha llevado a buscar la compañía de Enrique (Olivera). En el caso de Lilita, me han llamado la atención, además, algunas manifestaciones en el sentido de señalar que no existen las ideologías. Por el contrario, las ideologías están hoy más vigentes que nunca y no creo de ninguna manera en la teoría del derrame, sino en la necesidad de la participación del Estado para lograr una distribución de la riqueza que hoy no existe.
–Puesto a elegir, ¿con quién se queda: con un socialista corrupto o, como dijo preferir Carrió, con un liberal honesto?
–No me quedo con ningún corrupto, pero ésa no me parece una buena definición. Cuesta encontrar entre los empresarios argentinos gente absolutamente intachable, pero mucho más cuesta encontrar un deshonesto entre los socialistas.
–Usted fue ministro de Olivera en el gobierno porteño no hace tantos años. ¿Qué pasó: cambió usted, cambió él?
–En ese gobierno participaba en representación del Frepaso y tuvimos una buena convivencia. Eso no quiere decir que no tuviéramos diferencias ideológicas, pero era secretario de Medio Ambiente y apuntábamos a temas concretos de esa área. Si hubiésemos tenido que discutir temas de otra índole, seguramente hubieran surgido diferencias.
–¿En función del futuro del centroderecha porteño, quién conviene que gane las elecciones: Carrió, Macri o Bielsa?
–Conviene que consigamos la mayor cantidad de votos. No desearía el triunfo de Macri porque tenemos un pensamiento muy distinto de lo que significa la política.
–¿Qué rumbo debe tomar el centroizquierda a partir del 24 de octubre?
–Seguir trabajando para conformar una alternativa real, como se hizo en Uruguay. No tenemos que pensar en acciones electorales para la coyuntura, sino en trabajar como lo hicieron ellos.
–Acá todos los que se dicen de centroizquierda se llenan la boca hablando de Uruguay y después nada...
–Bueno, por eso los socialistas no quisimos repetir experiencias como las de la Alianza o con el ARI en las que siempre nos hemos sentido como una especie de furgón de cola. Nadie pretende tener representaciones que no le corresponden, pero tampoco estar marginados de la toma de decisiones y de lo que debe ser la construcción de un frente de centroizquierda.
–¿Qué vínculo tienen su lista con el gobierno de Aníbal Ibarra?
–Tenemos una relación que se ha construido a través de los años y que dio lugar a la participación en la lista de gente del campo popular y progresista, como el caso de Luis Véspoli, que viene en sus orígenes del Partido Intransigente, y de Sandra Castillo, que viene del peronismo y que ingresó en su momento al Frente Grande de la mano de Carlos Auyero. Es absolutamente legítimo que participen de nuestra lista de legisladores porque son personas comprometidas y de una honestidad incuestionable.
–¿No teme que el caso Cromañón juegue en contra de su candidatura?
–No hemos hecho esa especulación. Somos conscientes de que subsiste claramente el riesgo de que esta ciudad caiga en manos de la derecha. Eso es muy grave y no queremos sumarnos a aquellos, como el macrismo, que quieren llevarse puesto a un gobierno con la excusa de hacer justicia; eso tiene que quedar en manos de la Justicia.
–¿No tiene nada para criticarle al gobierno porteño por Cromañón?
–A lo mejor, no haber ejercido los controles que debieron ejercerse, pero de ahí a señalar que es el único responsable, hay un tranco largo.
–¿Cómo zanjó sus diferencias con Roy Cortina, con quien hoy trabaja codo a codo en la campaña y hace unos meses en la interna se cruzaron con fuertes denuncias de fraude?
–Una cosa es la emoción del momento y lo que a veces sale de la boca sin que a veces uno lo piense y otra cosa es la realidad. Se podrán señalar de mí muchos errores, pero a lo largo de mi carrera he dado muestras de mi honestidad cívica y de mi limpieza de conducta.
–¿Qué razón tienen los porteños para votarlo?
–Tengo la convicción de que nos van a votar muchos radicales y peronistas que están buscando otros objetivos y sé para qué les estamos pidiendo el voto porque hay dos o tres ejes que van a ser el leitmotiv de mi trabajo en el Congreso: la defensa de los jubilados, la desocupación y terminar definitivamente con el trabajo en negro que, como diría Alfredo Palacios, es una verdadera ignominia.