EL PAíS
› LA REAPERTURA DE LA CAUSA POR EL ASESINATO DE ANGELELLI
Más de cien testigos esperan
Eduardo Luis Duhalde anunció que el Estado se presentará como querellante para esclarecer el homicidio del obispo Angelelli.
La investigación sobre el asesinato del obispo riojano Enrique Angelelli tendrá antes de fin de mes sus primeros avances. Se trata de la citación de un centenar de testigos, cuya presentación podría arrojar nuevos elementos para esclarecer el crimen. La Secretaría de Derechos Humanos se presentará en los próximos días como querellante en otro paso dado por el Gobierno para avanzar en la causa, reabierta la semana pasada tras años de archivo. Para ello el titular del área, Eduardo Luis Duhalde, viajó ayer a La Rioja, donde además firmó un convenio de colaboración conjunta con el gobernador Angel Maza con la intención de acompañar el impulso al proceso judicial.
La presentación que formalizará la secretaría que preside Duhalde contribuirá en dos aspectos. Además de aportar nuevos elementos para la investigación, se trata de un gesto simbólico por parte del Estado para apoyar posibles avances en el expediente. Tras estar archivada por varios años, la causa fue desempolvada la semana pasada luego de una reunión que mantuvo el juez federal de La Rioja, Franco Romano Grassi, con los fiscales a cargo de las investigaciones. Pasaron veinte años desde el asesinato de Angelelli hasta que la Justicia decidió dar este paso. En 1986 el juez Fermín Morales cambió la carátula de “accidente” por la de “homicidio fríamente premeditado”, pero el proceso había quedado paralizado con la sanción de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida. En diálogo con Página/12, el fiscal Horacio Salman adelantó que se comenzará en dos semanas con las citaciones a los testigos. Las presentaciones podrían extenderse por varios meses, ya que los testimonios sumarían alrededor de 140. Por el momento, las investigaciones sólo apuntan al responsable del Tercer Cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez, y a los coroneles Osvaldo Pérez Battaglia y Jorge Pedro Malagamba, si bien no se descarta que con el aporte de los testigos surjan nuevos nombres. En forma paralela, la Justicia también reabrió otras 37 causas por violación a los derechos humanos en esa provincia, aunque varios de los casos se tratan de personas que desaparecieron en otras provincias, con lo que las investigaciones podrían demorarse.
A la iniciativa de la secretaría se sumó un convenio firmado con el gobierno provincial, en donde ratificaron su compromiso para “el total esclarecimiento” de la muerte de Angelelli. La medida se encuadra en una decisión adoptada por el Gobierno para impulsar la investigación, algo que ya había puesto de manifiesto el presidente Kirchner al encabezar el homenaje por los 29 años de la muerte del obispo riojano. “No murió en un accidente. Terminemos con la mentira. Lo mataron por defender la verdad”, dijo en ese entonces. Ayer, el anuncio de las medidas se realizó en un acto donde participaron el secretario de Derechos Humanos de la provincia, Carlos Illañez, y dirigentes de algunas agrupaciones eclesiásticas. “Quisieron silenciar a un hombre modelo de la sociedad, y por eso el esclarecimiento de su muerte exige un compromiso de parte de todos”, señaló Duhalde. “La reapertura no tiene otro motivo más que el descubrimiento de la verdad para el bien de la diócesis, ya que Angelelli es parte de la Iglesia”, expresó el obispo Fabriciano Sigampa, sin dejar de olvidar el silencio de varios sectores del clero tras el homicidio.
Angelelli fue asesinado el 4 de agosto de 1976. Su nombre había cobrado notoriedad por su ferviente defensa en la lucha social. Luego de participar del Concilio Ecuménico Vaticano II, donde se plantaron las bases del movimiento de sacerdotes tercermundistas, regresó al país y empezó a dar misas en la Capilla Cristo Obrero de Córdoba. Ese compromiso asumido en la defensa de los más marginados le valió convertirse en uno de los blancos de la persecución de la Iglesia riojana, que el 18 de julio de 1976 se cobró sus primeras dos víctimas: los curas Gabriel Longueville y Carlos de Dios Murias. Días después, Angelelli viajó a Chamical y pidió que se investigaran los crímenes. En su regreso a la capital, a la altura de Punta de los Llanos, un Peugeot blanco le cerró el paso e hizo volcar la camioneta donde viajaba. Su cuerpo fue encontrado a unos 25 metros, con los brazos en cruz y el cráneo destrozado. Todo indicaba que había sido asesinado, pero el incidente fue caratulado como accidente, bajo el silencio cómplice de la Iglesia y varios sectores de la sociedad. Ayer, durante el acto todos recordaron su obra y nadie se olvidó de pronunciar su nombre, signo de un clima que parece estar cambiando en la provincia.
Informe: Carolina Keve.
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