Casi 600 obreros de uno de los frigoríficos más importantes del país comenzaron una movilización para reclamar por la recuperación de sus puestos de trabajo. Son los operarios de la planta de Pontevedra de CEPA SA que desde el mes de mayo han dejado de percibir sus sueldos. “Al comienzo nos ayudaba la solidaridad de la gente del barrio pero ahora, le digo la verdad, empezamos a sentir hambre”, confió uno de los obreros a este diario durante el día de ayer mientras emprendía una recorrida casi a tientas por oficinas públicas buscando una alternativa al reclamo.
“En este momento estamos pidiendo al menos un subsidio, pero lo que exigimos es trabajo”, explicó esta vez Washington Fernández, un contratado del frigorífico fundado en 1962 pero embarcado en un proceso de quiebra aparentemente fraudulenta con cambio de socios y de capitales entre 1999 y 2000. Pontevedra es sólo una de las tres plantas de este frigorífico, número dos después de Swift en la exportación de carne al exterior en 2004. Las otras dos plantas están en Venado Tuerto y en San Vicente con unos 700 obreros en total que atraviesan condiciones semejantes. Los operarios de Pontevedra nunca han abandonado la fábrica. En la última semana recibieron una intimidación judicial para abandonar el predio en 10 días. No lograron apoyo de la CGT ni de la Federación de la Carne, pero se fueron con la promesa de un probable seguro de desempleo del Ministerio de Trabajo.