Algunos votantes porteños elegirán a su candidato el 23 de octubre con sólo apretar un botón. Aunque no tendrá la validez de la elección oficial, podrán participar de una prueba piloto de voto electrónico organizada por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires en 52 escuelas, en las que hay unos 300 mil electores habilitados. Se testearán cuatro sistemas distintos de voto electrónico. “La idea es ver cuál de los sistemas se adapta mejor a la idiosincrasia de nuestros vecinos”, afirmó ayer el jefe de Gabinete porteño, Raúl Fernández, que presentó la prueba piloto junto al director nacional electoral, Alejandro Tullio.
Las máquinas –que se parecen a cajeros automáticos– se instalarán en una suerte de stands identificados como “prueba piloto” en cada escuela. Los votantes serán invitados a participar voluntariamente. Luego de controlar que ya hayan votado en la elección oficial, recibirán una breve capacitación y, tras elegir, completarán una encuesta con los problemas o dudas que puedan haber tenido con alguno de estos cuatro sistemas:
1. Se trata de un sistema belga. El votante introduce en una primera máquina una tarjeta magnética que le entrega el presidente de mesa. En una pantalla le muestra las imágenes de las boletas. Selecciona la que desee votar con un código que se digita en un teclado y la máquina le devuelve la tarjeta con su voto grabado. Esta tarjeta (como si fuera el sobre) se introduce en la segunda máquina, que funciona como una urna electrónica.
2. Es uno de los más comunes en el mundo. El votante pasa la tarjeta por un lector y luego selecciona la lista presionando sobre una pantalla táctil. La máquina muestra una impresión del voto, que cae en un depósito herméticamente cerrado y se conserva para auditar el registro digital.
3. Los otros dos sistemas funcionan con un escáner, en lugar de un registro electrónico directo. El tercero es el más parecido al actual, ya que se introducen boletas de papel en una máquina-urna. Previamente, el presidente de mesa debe habilitar la máquina con un control remoto.
4. El último usa, en lugar de una boleta, una planilla que contiene la lista de todos los partidos que se presentan. En el cuarto oscuro, el votante debe seleccionar una rellenando el casillero correspondiente con un marcador especial. Luego lo introduce en una máquina que está junto al presidente de mesa que lee las opciones elegidas con un escáner.
Los sistemas contemplan la opción de votar en blanco y tienen varias confirmaciones para evitar que se elija una lista por error. Aunque la transmisión de los votos será digital, cada máquina imprimirá un acta escrita. El voto electrónico podría usarse en una elección no demasiado lejana. “Está la posibilidad de estructurar el voto en la ciudad en 2007, aunque depende de la evaluación que hagamos de la prueba y de un marco legislativo previo”, dijo Fernández. Tullio sostuvo que el sistema podría llegar a implementarse en 2009 a nivel nacional para algunos distritos.
La prueba forma parte de un convenio del Gobierno porteño con la Corte Suprema y la Cámara Nacional Electoral. Desde 2002, el gobierno desarrolló los sistemas, con un presupuesto de tres millones financiado en parte por el BID. Trabajaron con software abierto (que puede ser auditado) y con una máquina estándar, que puede ser provista por distintas empresas. “Hay que destacar la decisión política de probar tecnología sin atarse a ningún proveedor”, afirmó Tullio, que comentó que el 23 de octubre también se testeará el voto electrónico en Mar del Plata y Berisso, aunque sólo para extranjeros. Los resultados de la prueba porteña se verán el 24, para que no haya ningún tipo de confusión con los datos oficiales.

Informe: Werner Pertot