Dom 16.10.2005

EL PAíS  › LOS PLANES DEL GOBIERNO PARA AMPLIAR SU SUSTENTACION

Con la UCR y el PJ en la agenda

Después de las elecciones en la Rosada piensan reconfigurar el PJ a imagen propia. Analizan una reafiliación masiva. También intentarán sumar a radicales que ya apoyan al kirchnerismo. La mirada en cada distrito.

› Por Sergio Moreno

“Tenemos que hacer algo con los radicales que nos están apoyando”, dice una primera espada del presidente Néstor Kirchner. Otro integrante del gabinete agrega que, además de “tender una mano a los amigos radicales, hay que tomar el peronismo y amoldarlo a las posiciones del Presidente”. Una hipótesis que se baraja es convocar a una reafiliación masiva nacional para el justicialismo. Y la apertura del gabinete a representantes de las fuerzas que apoyaron a Kirchner.
En el Gobierno aseguran que las encuestas les otorgan alrededor del 40 por ciento de los votos, a pesar de lo cual no consiguen distender su músculo eleccionario. Con toda la libido puesta en lo que ocurrirá en siete días más, en la Casa Rosada miran sondeos y agendas de actos con la fruición con que bebe un alcohólico. Sin embargo, a pesar del magnetismo que ejerce el momento, algunos atinan a despegar de la eléctrica coyuntura e imaginar el horizonte poselectoral.
“Después del 24 hay que agrandar la base de sustentación del Gobierno, debemos ser generosos”, sostiene uno de los principales consejeros presidenciales. El hombre confiesa que la idea es personal, que tributa a la mesa de discusión que, incipiente, comienza a armarse en la Rosada, y que no ha hablado del asunto con Kirchner. El Presidente piensa cada día como una sucesión de tareas que culminarán el domingo entrante, cuando se abran las urnas. Su brazo ejecutor, que lo acompaña en la vorágine preelectoral, augura el advenimiento de una nueva etapa tras los comicios. “Hay que dar cabida en este proyecto a otros sectores”, dice. La renovación del gabinete de ministros es una buena oportunidad para eso, abunda.

Adelante radicales

La mirada de varios estrategas del Gobierno está puesta, en primer lugar, en el radicalismo. Los análisis que hacen intramuros de la Casa Rosada concluyen que la UCR es la sombra del partido que fue, que se encuentra en diáspora y que, después del domingo, estarán mucho peor que hoy. “Van a desaparecer de la ciudad de Buenos Aires y casi de la provincia de Buenos Aires, pelean el segundo puesto en Córdoba con Luis Juez, en Santa Fe a pesar de aliarse con Hermes Binner salieron del escenario, en Río Negro van a perder a manos de (Miguel Angel) Piccheto y (Julio) Arriaga; en Corrientes y Santiago del Estero están aliados con nosotros. ¿Qué les queda? El Chaco, Mendoza, donde podríamos darles un susto. Si (Raúl) Alfonsín llegase a ser presidente del partido, terminarán de decretarse el fin que, de cualquier forma, no está tan lejos”, dice, apocalíptico, un funcionario que atiende en Balcarce 50.
Uno de sus pares tributa al mismo análisis. “En esta elección renuevan lo que ganaron en 2001, que fue una de sus mejores performances. Van a perder bastante. Será un sinceramiento: el radicalismo es un partido sobrerrepresentado en el Parlamento”, dispara. El análisis que lleva a concluir tal catástrofe para la UCR enciende como un brillo entre predador y tierno en los ojos de los centuriones kirchneristas. “Las crisis son, también, oportunidades”, parafrasea –a los ponchazos– a Confucio un ministro. Se deben tender puentes a los “amigos”, dicen.
Sin embargo, un viejo arquitecto político del Gobierno no alcanza a ver la forma en que se podría producir la incorporación de marras. “El radicalismo está en extinción –colige la fuente–, pero no sé qué podremos hacer para convocarlos. (El correntino Ricardo) Colombi es muy de aparato radical, (el santiagueño Gerardo) Zamora sería más permeable, Julio Cobos (gobernador de Mendoza) es él solo, porque la estructura la tiene Roberto Iglesias.”
En otro extremo de la Casa Rosada, otro miembro del Gobierno recuerda que la tarea de seducción sobre varios radicales bonaerenses comenzó tiempo ha. “Los del grupo Olavarría, Gustavo Posse, Elios Eseverri, Enrique “Japonés” García, van a votar por los suyos para los concejos deliberantes y consejos escolares. En la boleta a senador van a ir con Cristina Fernández de Kir-chner. El confidente de Página/12 abunda que incluso el intendente de Mar del Plata, Daniel Katz, es un blanco apetecible para los pescadores kirchneristas, para cuando sedimente el resultado de las elecciones.

A reafiliar

Respecto del peronismo, los creativos del Gobierno consideran que la situación actual –está acéfalo e inactivo– no es sostenible en el tiempo ni conveniente. Sostienen que el arcaico PJ, a la sazón un archipiélago de partidos provinciales comandados por el condottieri comarcal de turno, expresa una sustancia que ya no existe. “El peronismo que viene debe tener la forma que surja de las urnas, debe pararse claramente en la centroizquierda, debe expresar el liderazgo de Kirchner y debe tener paredes porosas, generosas con otros partidos y agrupaciones, debe ser frentista, debe ser un instrumento para cambiar el sistema de partidos en la Argentina y permitir el nacimiento de una dirigencia nueva.” La parrafada, casi una arenga, es peculio de un pingüino que cuenta con el oído presidencial. Otro miembro del gabinete abunda en detalles: “estamos analizando la posibilidad de pedir una reafiliación masiva en el PJ, a nivel nacional. Vamos a barajar y dar de nuevo”, grafica y aclara que dicha chance está aún en estudio.
El Jefe de Gabinete, Alberto Fernández, gusta imaginar la elección de dentro de una semana como un hito. Dice que estos comicios terminarán con una generación de políticos, aquellos que ya estaban en cargos importantes en los ’70, que cumplieron un papel central en los ’80 y los ’90 y que, cruzado el umbral del milenio, gorjean su canto del cisne. Son, siguiendo su razonamiento, Carlos Menem, Raúl Alfonsín y Eduardo Duhalde. “Los tres tenían cargos importantes antes del golpe del ’76, pero ninguno de ellos estaba en la Plaza (de Mayo). Néstor (Kirchner) es el primer presidente que estuvo en la Plaza en aquella época”, resalta el Jefe de Gabinete a modo de ejemplo de lo que podría ser el inicio de un –necesario– recambio dirigencial en el país. Tanto Fernández cuanto el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini, sostienen que el deseo compartido con el Presidente es dar espacio al crecimiento e instalación de esa generación. Para eso, creen, deben ganar por amplio margen para enfrentar los próximos dos años de gestión, que hasta podrían ser los últimos de Kirchner.

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