Como un regalo para el presidente de los Estados Unidos, George W. Bush, Fidel Castro consiguió, sin viajar a la XV Cumbre Iberoamericana en Salamanca, que los 19 presidentes que participaron exhortasen ayer a Estados Unidos a terminar el bloqueo norteamericano a Cuba. En un anexo del documento final, plantearon su “enérgico rechazo a la aplicación de leyes y medidas contrarias al Derecho Internacional, como la Ley Helms-Burton”, que habilita el bloqueo. La Argentina, además de los anuncios sobre Aguas Argentinas, se llevó de la cumbre –valga la expresión– más agua para su molino: los mandatarios también se pronunciaron a favor de reanudar las negociaciones por las islas Malvinas.
“Resulta inaceptable la aplicación de medidas coercitivas unilaterales que afectan el bienestar de los pueblos y obstruyen los procesos de integración”, sostuvieron los jefes de Estado sobre el embargo a Cuba en el cierre de la cumbre, que se hizo en la Capilla del Colegio de Fonseca que, como muchos de los edificios de Salamanca, fue construido en el siglo XVI. “Pedimos al Gobierno de los Estados Unidos de América que cumpla con lo dispuesto en 13 sucesivas resoluciones aprobadas en la Asamblea General de las Naciones Unidas y ponga fin al bloqueo económico, comercial y financiero que mantiene contra Cuba”, indicó el documento, que solicitó que “con carácter inmediato detenga la aplicación de las medidas adoptadas los dos últimos años con el objetivo de fortalecer y profundizar el impacto de su política de bloqueo”.
Aunque su ausencia se confirmó a último momento, Castro logró que la habitual condena cambiase el término “embargo” por uno menos laxo: “bloqueo”. Por esto, Estados Unidos presentó una queja diplomática ante el gobierno español. Los cubanos consiguieron, además, colar un pedido para que Estados Unidos entregue al terrorista anticastrista Luis Posada Carriles, quien mató a 73 personas al atentar contra un avión de Cuba en 1976. Actualmente, está detenido en una cárcel de El Paso, en Texas.
El gobierno de Néstor Kirchner también logró llevarse de vuelta a casa una postura favorable por parte de los 19 mandatarios: en el anexo a la declaración final de la Cumbre, los jefes de Estado solicitaron la “necesidad de reanudar a la brevedad posible” las negociaciones sobre la soberanía de las Islas Malvinas entre la Argentina y Gran Bretaña. Los presidentes afirmaron que debe encontrarse una solución para el conflicto “en conformidad con las Resoluciones de las Naciones Unidas, de la Organización de Estados Americanos y las disposiciones y objetivos de la Carta de las Naciones Unidas”. El reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas ha sido uno de los caballitos de batalla de la política exterior de Kirchner, que incluso se lo ha hecho saber, en otras reuniones bilaterales, al primer ministro británico Tony Blair.
Además de las perlitas para Cuba y la Argentina, los presidentes coincidieron en la creación la Secretaría General Iberoamericana (Segib) que actuará como “órgano permanente de apoyo para la institucionalización de la Conferencia Iberoamericana a la organización de Naciones Unidas”. Tendrá como función, además, “respaldar las diversas iniciativas para eliminar el hambre y la pobreza, impulsar los programas de canje de deuda por educación y establecer un diálogo en materia de inversiones”.
En particular, se pronunciaron sobre el canje de deuda por educación. Los mandatarios apoyaron la conversión de deuda externa en los países de América latina en inversión en educación. Se trata de una idea acorde a los postulados del jefe del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero y que, en la Argentina, es impulsada por el ministro de Educación, Daniel Filmus. Los presidentes señalaron que “conscientes de la urgente necesidad de aliviar el grave problema de la deuda externa que afecta a muchos países de la región, apoyamos explorar el desarrollo de iniciativas de conversión de deuda externa por inversión en educación”. “Reiteramos nuestro compromiso de fortalecer el financiamiento de la educación, por medio de la obtención de recursos presupuestarios adicionales y de una gestión más eficaz de los existentes”, concluyeron.